La planta con nombre científico ‘Kunkeliella Canarienses’, conocida como garbancera o como Escobilla de Guayedeque, sobrevive en la ladera sur del barranco, en suelo del municipio de la villa de Ingenio. Esta es la valoración principal, y muy positiva, de los técnicos y biólogos respecto a este arbusto de hojas pequeñas, que está en peligro y con el que se trabaja y se investiga para que no desaparezca. Se trata de un endemismo único en el mundo que sólo existe en el lugar antes citado del barranco, en la zona conocida como Los Picachos. No es como el caso de la otra planta endémica llamada la Dama de Guayadeque, la cual está presente en varios puntos del barranco. Otra Kunkeliella, pero una especie distinta, existe en la isla de Tenerife.

En el caso de la garbancera o Escobilla de Guayadeque hay entre 20 y 30 plantas, cifra parecida a los censos anteriores que se han realizado desde 2007. Otro aspecto positivo es que los técnicos descubrieron ayer que murieron varios ejemplares pero se han incorporado otros nuevos.

Este arbusto endémico ha sobrevivido ante sus distintos enemigos, siendo el principal el conejo, además de la presencia humana y la sequía. A pesar de que se encuentran estas plantas en una zona de difícil acceso, una auténtica vertical en la ladera del barranco, se descubrieron ayer varios cartuchos de cazadores. El fruto es similar a un garbanzo pequeño, y es comido por lagartos endémicos, como constataron los biólogos y técnicos.

La consejera Inés Jiménez -centro- conversa con un técnico, junto a la concejala Minerva Artiles, ayer, en Guayadeque.

Un grupo de profesionales se desplazó hasta Los Picachos para conocer de primera mano el estado de esta planta, y para recoger datos para continuar con la investigación. La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Inés Jiménez, fue al lugar junto a la concejala de Medio Ambiente de Ingenio, Minerva Artiles; además del técnico municipal Narciso Olivares; la bióloga del Cabildo, Isabel Nogales; la bióloga del Jardín Canario, Rosa Febles; el responsable de los Viveros de Gran Canaria, Juan García; y el técnico del Cabildo, Mario Bordón, entre otros. También se sumó después el edil de Obras Públicas, Efraín González.

La bióloga Isabel Nogales destacó que “es una planta rara, pero es de gran valor, única, y hay que seguir investigando y trabajando”.

“Estamos hablando de un arbusto hemiparásito, es decir, que se engancha en las raíces de otras plantas, especialmente las tuneras para vivir. Es muy difícil su reproducción en los viveros por eso, y porque tiene flores hermafroditas y flores femeninas, con individuos masculinos inconstantes. De momento, no hemos logrado reintroducir esta planta en el campo”, explicó Isabel Nogales.

Respecto a la supervivencia de la garbancera, Nogales apuntó que “menos mal que no hay en el barranco cabras asilvestradas, como sí encontramos en otros lugares de la Isla, porque si no acabarían muy probablemente con estas plantas por sus sabrosas hojas”.

El Cabildo insular investiga esta planta rara, que tiene como mayor enemigo el conejo

Por su parte, la consejera Inés Jiménez manifestó que, “aunque está siendo complicado porque la sequía de los últimos años ha hecho que merme la vegetación en toda la Isla, nos vamos con una imagen muy positiva y con la sensación de que los ejemplares se siguen manteniendo”.

Minerva Artiles, concejala de Medio Ambiente, apostó por la protección de este endemismo único y por un llamamiento a la concienciación. “Tenemos que seguir trabajando para su conservación, protegerla de aquellos depredadores tanto naturales, como de senderistas, o de prácticas de la acción humana que dificultan su reproducción”, indicó la edil.

Sendero histórico

La consejera y la edil, junto a los demás técnicos, aprovecharon para acudir a la zona conocida como Montaña de Las Tierras, también en el barranco de Guayadeque, en relación al Camino de las Bestias, con el objetivo de valorar y estudiar el estado de la zona. 

El Camino de las Bestias está dividido en diversos senderos por los que se desplazaban los hombres con animales cargados desde una parte de la Isla a la otra, comunicando la Cumbre y el Sureste. El Cabildo y los Ayuntamientos de Agüimes e Ingenio trabajan para recuperar este sendero histórico y también en su señalización a través de balizas y mesas interpretativas. La finalidad de la recuperación es que sea un recursos para el disfrute y también para desmasificar algunas zonas naturales.