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Domingo Montes de Oca: “Llevaremos la experiencia de Canarias a la Península”

“El éxito de estos más de treinta años de ICOT está en todo el trabajo de un equipo de personas”

Domingo Montes de Oca

El grupo ICOT, líder en centros de rehabilitación en Canarias, que gestiona la residencia de mayores El Pino, servicios a domicilio, y ambulancias ha sido galardonada con el premio Roque Nublo por el Cabildo grancanario. Domingo Montes de Oca, director general, agradece la distinción, y anuncia que esta empresa canaria va a estar pronto en Álava. Y deja claro que el éxito de estos más de treinta años se ha logrado gracias al equipo de profesionales. 

¿Cómo recibe ICOT el reconocimiento que a través del premio Roque Nublo le otorga el Cabildo por el recorrido de su empresa?

Estamos muy agradecidos porque nos hayan seleccionado entre tantas empresas. ICOT es una empresa canaria que surge en Gran Canaria hace 31 años, y creo que este año el Cabildo ha querido escenificar, dando este premio a una empresa del sector sanitario, ese apoyo que el sector merece en un momento tan sensible como el que se vive con la pandemia del Covid. Pero más que hablar de que somos una empresa sanitaria nos gusta decir que somos un empresa que se dedica a cuidar de las personas, porque tenemos centros de rehabilitación, gestionamos centros sociosanitarios, tenemos ambulancias o servicios de atención a domicilio. Es un orgullo que en tu tierra reconozcan el esfuerzo que hemos hecho en esos años, sobre todo este último. 

¿Cómo les ha afectado el Covid? ¿Les ha obligado a modificar la gestión de los centros de rehabilitación?

El Covid ha tenido el impacto de un meteorito. De la noche a la mañana hemos tenido que cambiar costumbres y comportamientos. En el sector sanitario es donde se han tenido que hacer más cambios. Hemos tenido que trabajar con equipos de protección, y nuevos protocolos sanitarios, y generar circuitos diferentes para los pacientes, y todo nos ha hecho acercarnos de manera más humana a las personas. Con la mascarilla nos miramos más a los ojos, y quizás eso no acerca más al ser humano.

¿Cuándo en 1989 se crea ICOT lo hacen dando un servicio que no ofrece la sanidad pública y hoy día sucede igual?

En 1989 empezamos en el antiguo hospital Inglés como centro de rehabilitación porque nos damos cuenta que hay una necesidad de dar un tratamiento a pacientes que están accidentados. El desarrollo de la sanidad no era el que tenemos hoy. No existía el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín, la nueva fase del Insular. Los hospitales privados no tenían el desarrollo actual. Por eso vimos esa necesidad de dar servicio de rehabilitación para las compañías de seguros, y eso nos llevó a ver que este servicio estaba infravalorado para los ciudadanos de la Isla. Fuimos creando una red de centros de rehabilitación, entendiendo que debían estar cerca de los domicilios. Junto con eso, accedimos a los conciertos con Sanidad y en un momento Gran Canaria se nos quedó pequeña y extrapolamos este modelo a otras islas. Hoy estamos también en Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife. A la vez crecimos en otros servicios. Hace 11 años empezamos con las gestión sociosanitaria con El Pino.

¿Dentro de la empresa que predomina más los servicios para el Servicio Canario de Salud o la gestión privada?

Trabajamos para el sector asegurador, para la administración pública. Digamos que es un 50% a través de conciertos con la administración, y otro 50% privado.

 ¿Y cómo se consigue ser una empresa líder en sanidad?

Básicamente porque la concepción de la compañía es atender las necesidades del usuario. Lo que hoy hacemos nada tiene que ver con lo que hacíamos hace 30 años. Esto se ha basado en dos cosas: saber escuchar las necesidades de las personas y la administración, y segundo intentar conformar un equipo. No se conforma una empresa de más de 30 centros de trabajo, con 1.600 trabajadores si no existe ese equipo. Más allá de un proyecto si no hay un equipo no consigues nada y menos en el sector de salud que es un sector exigente y muy sometido al escrutinio por parte de la administración y usuarios. Si hiciéramos las cosas mal no recibiríamos más de 6.000 pacientes diarios para tratamientos. Y además como empresa hemos sido humildes, no nos hemos endiosado.

 ¿Es complicado gestionar un centro de mayores del tamaño de El Pino?

Muy complicado. Porque el centro de El Pino es una residencia que es más que una residencia, tiene más de 450 usuarios con todos los perfiles: mayor dependiente, trastorno cognitivo, el centro de día, salud mental, y todo en un mismo edificio. Son necesidades muy distintas. Hay que atender comidas y suministros como en una pequeña ciudad, y eso se resuelve con profesionales y con organización. Además se le ha dado mucha importancia a la innovación. El Pino es el primer centro en descontención para personas con trastornos cognitivos. Eso lo hemos hecho en cirugía, en técnicas diagnósticas, siempre con el fin de mejorar los tratamientos.

¿Desde el servicio de atención domiciliaria de Asidma han visto que cada vez se precisan más esos cuidados?

Curiosamente en un mundo digital cada vez se necesitan más personas para cuidar a las personas. En la evolución de la sociedad la familia ya no se puede hacer cargo del mayor y lo pone en manos de las instituciones. Y tenemos el deber de cuidar de los mayores a los que debemos lo que somos. De ahí que hemos pensado en incrementar esos servicios, porque todo no puede ser hacer residencias, que son caras y alejan a las personas de su entorno.

¿De todo el negocio de servicios sanitarios cuál es la siguiente apuesta?

Hemos hecho una UTE con Acciona y hemos accedido a un contrato público para gestionar las  ambulancias en Lanzarote y Fuerteventura, y empezamos el 8 de mayo en Gran Canaria. La idea ha sido dar atención. A nuestros centros llegan cientos de ambulancias y eso nos lleva a decidir dar la asistencia de forma global.

 ¿Han tenido problemas para disponer de profesionales preparados para su empresa?

Sí. Sobre todo de enfermeros y de médicos, y seguimos con una carencia. Ha habido falta de planificación porque un médico tarda doce años en formarse y encima se escapan a otros países. Y lo cierto es que este problema a corto plazo no se va a resolver.

 ¿Cuál es la apuesta de futuro?

Seguir creciendo en servicios. Lo definimos como crear un ecosistema alrededor de los pacientes. Y dar el salto a otros territorios. 

¿Y dónde van a estar?

Pues nos acaban de comunicar que nos han adjudicado el servicio de ayuda a domicilio en Álava. Siempre hay que identificar aquellas oportunidades para dar el salto. Sería el primer salto de la empresa en la Península y queremos hacerlo bien para trasladar allí sobre todo la experiencia que hemos adquirido en Canarias.

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