El Cabildo ha entregado 700 trampas para proteger de la mosca de la fruta a casi 5.000 albaricoqueros en los altos de San Bartolomé de Tirajana, donde suponen una parte significativa de los ingresos agrícolas de esta zona de Gran Canaria.

Esta acción coordinada con el Ayuntamiento sureño protegerá a los albaricoqueros antes de que las frutas empiecen a madurar, fase en la que el insecto las pica y deposita sus huevos para que las larvas devoren la pulpa, lo que deja el interior de la pieza repleto de galerías que impiden su comercialización.

La iniciativa es un adelanto de la campaña de distribución de trampas contra esta plaga para llegar a tiempo de salvar los albaricoqueros de Tunte, pues su maduración se produce antes que en otros puntos de Gran Canaria por la alta insolación.

Por ello, técnicos de la Consejería de Sector Primario del Cabildo y del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana entregaron las trampas a una veintena de productores en las instalaciones de la Cooperativa Agrícola Zona Alta de Tirajana junto a un folleto con explicaciones y un enlace a un vídeo demostrativo para su correcta instalación en las fincas.

Estas trampas son parte de las 18.000 que podrán ser retiradas por los agricultores del 19 al 23 de abril en la Granja del Cabildo, que ha invertido 45.000 euros para blindar frente a la plaga a 140.000 frutales de toda Gran Canaria.

Además de los albaricoqueros, las trampas están destinadas a melocotoneros, durazneros, nectarinas, nísperos, caquis, mangos, higueras, guayabos, naranjos y mandarinos.

La medida pretende salvaguardar la producción e incrementar los kilos de fruta comercializada en el mercado interior para aumentar la renta en el sector primario y evitar el abandono agrícola, un riesgo que está asociado a las plagas.

Se trata de trampas de plástico cónicas que desprenden un aroma atractivo para las moscas que atrae tanto a machos como a hembras a su interior, donde perecen al entrar en contacto con el insecticida.

Este método evita aplicar insecticidas a la totalidad del árbol y su radio de acción hace que cada trampa valga para ocho árboles, lo que equivale al uso de una media de entre cincuenta y ochenta unidades por hectárea a tenor de la concentración media de las explotaciones de Gran Canaria.

Los frutales ocupan una superficie cercana a las 2.100 hectáreas en Gran Canaria, 750 de ellas de cítricos, otras tantas de especies subtropicales y las 600 restantes de frutales templados, caso de melocotoneros, higueras, nísperos o albaricoqueros como los que ya tienen un escudo protector en Tunte.