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Padre de la ley de espacios naturales

Fernando Redondo recibe a título póstumo el reconocimiento de Hijo Predilecto de Gran Canaria v En 1994 estableció las bases para la protección del Medio Ambiente

Fernando Redondo, en un retrato realizado en el año 2017 por el fotógrafo Tato Gonçalves para el suplemento ‘Pellagofio’. | | TATO GONÇALVES

El título de Hijo Predilecto se le concede a Fernando Redondo por “su prestigio como economista y su compromiso con el desarrollo económico y la lucha contra los desequilibrios sociales en Canarias; por su empeño en favorecer las mejores condiciones para la educación, su conocimiento profundo y generoso, su amplia cultura y su carácter afable y sociable, que le hicieron partícipe destacado de la vida de la Isla”.

Esos son méritos más que suficientes para ese galardón, pero el homenaje tiene un sabor amargo porque nadie esperaba que su vida se apagara el pasado 27 de diciembre, tras un infarto en su propio hogar. Tenía 72 años, enorme vitalidad y proyectos pendientes tras dejar la Presidencia del Consejo Económico y Social (CES) de Canarias.

Ese fue su último cargo público, en el que estuvo once años, entre 2006 y 2017, y desde el que no se mordía la lengua para cuestionar algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno autonómico y otras instituciones regionales.

“Era muy fiel a sus ideales, íntegro, honesto e independiente, no se casaba con nadie ni se rendía; siempre nos enseñó y nos animó a luchar por lo que creíamos”, relató ayer María Redondo. Tiene otros dos hijos, Fernando, músico que vive en Barcelona, y Enrique. Su esposa, Mercedes Miranda, falleció en 2003. Ella también obtuvo un título de Hija Predilecta, en su caso de Las Palmas de Gran Canaria, por su labor altruista en la organización de las asociaciones de padres de alumnos.

En sus once años al frente del Consejo Económico y Social mantuvo intacta su independencia

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Nació en Gáldar el 27 de julio de 1948 y se licenció en la primera promoción de Ciencias Económicas y Comerciales de la Universidad de Málaga. También era Diplomado en Relaciones Laborales y fue profesor de las Escuelas Técnicas Superiores de Ingenieros Industriales y Arquitectura y de la Escuela de Graduados Sociales de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En su biografía aparece además como docente en la escuela de la MBA, en los Máster de Dirección Hotelera de Hecansa y de Dirección de Empresas en las Universidades de Vigo, A Coruña y Santiago de Compostela.

Como buena parte de los estudiantes de economía de su generación, Redondo se formó políticamente en la izquierda antifranquista, primero en el Partido Comunista de España (PCE), en la clandestinidad, y después en Izquierda Canaria Unida (ICU) y en Iniciativa Canaria (ICAN).

En esa evolución tuvo como compañeros de viaje al también galdense José Carlos Mauricio y a Antonio González Viéitez, así como a otros dirigentes izquierdistas que luego tuvieron un protagonismo en el Parlamento o en el Gobierno regional, como Antonio San Juan, Fernando González, Gonzalo Angulo, Víctor Díaz o Diego León.

Consejero

Tras sus años de profesor y de asesor económico en numerosas entidades, entre ellas el propio Cabildo, en 1991 fue elegido diputado autonómico por Gran Canaria, en la lista de ICAN junto a González Viéitez y José Mendoza. El primer año y medio estuvo en los bancos de la oposición, pero la imprevista moción de censura de Manuel Hermoso (AIC) contra Jerónimo Saavedra (PSOE) dio paso a un gobierno de varios partidos antagónicos hasta entonces, que acabaron confluyendo después en Coalición Canaria (CC).

Así, en 1993 se convirtió en consejero de Política Territorial y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, el primero de la alianza nacionalista. En sus dos años al frente de ese departamento encabezó la redacción de la Ley de Espacios Naturales de Canarias, que se aprobó por unanimidad en la Cámara regional el 19 de diciembre de 1994. Hasta entonces no existía una legislación específica para las reservas protegidas de las Islas, sí declaradas por ley en 1987.

Economista y profesor, inició su carrera política en partidos de la izquierda canaria

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Para elaborar la ley se rodeó de tres personas: Gregorio Guadalupe, viceconsejero de Medio Ambiente; Faustino García Márquez, director general de Urbanismo y Disciplina Urbanística; y José Miguel Ruano, secretario general técnico de la consejería.

“Como jefe era una maravilla; nunca tuve un jefe como él, dejaba trabajar y sabías que te respaldaba en todo momento”, recordó García Márquez. “Antes de tomar decisiones cambiábamos pareceres y a veces discutíamos mucho las cosas, pero lo que más confianza daba era el rigor profesional en todo lo que hacía; no hablaba sin tener un conocimiento directo y profundo de los temas, tanto como miembro del Gobierno de Canarias como en su vida profesional o en su etapa como presidente del CES, era rigurosos y honesto al máximo”, apuntó.

Unanimidad

García Márquez resaltó que Redondo es sin duda el padre de la Ley de Espacios Naturales porque “gracias al diálogo y a su capacidad de entendimiento con las otras fuerzas políticas se logró la unanimidad del Parlamento de Canarias”. Tal fue el consenso que los artículos de esa norma no se tocaron en las numerosas modificaciones legislativas y permanecen intactos en la actual Ley del Suelo y de Espacios Naturales de Canarias de 2017. “Ese fue su gran legado político”, sostiene García Márquez, quien también citó como otro de sus logros la resolución del permanente conflicto laboral de los fijos discontinuos de Medio Ambiente, trabajadores a los que se contrataba cuando llegaba la temporada de incendios y a los que luego se despedía.

Redondo dio un paso a un lado cuando acabó esa legislatura, en 1995, y ahí acabó su carrera política. CC ganó las elecciones y le sustituyó González Viéitez en Política Territorial. De hecho, Redondo nunca llegó a ser militante de la coalición nacionalista. Viéitez siguió sus pasos dos años después, pues dimitió y abandonó CC después de que pactara con el PP.

García Márquez y Viéitez, también reconocidos como Hijos Predilectos de Gran Canaria en 2017 y 2018, fueron también compañeros de caminatas de Redondo, porque esa era otra de sus grandes pasiones. “Como persona era una delicia, hablaba de todo y con todo el mundo, estaba enamorado de su esposa y de su familia y, aunque no tuviera pinta de ello, era un asiduo senderista”, rememoró su amigo.

Casi todos los sábados, durante 15 años, se echaban al monte en compañía de Fernando Schamann y mientras caminaba seguía atendiendo llamadas telefónicas de presidentes de gobierno o de alcaldes que solicitaban su asesoramiento, subrayó su hija. Para ellos, su repentina muerte “deja “un hueco imposible de rellenar”.

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