La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una isla, 21 monumentos

La enorme figura de las personas e instituciones homenajeadas suplen con creces la austeridad de un acto marcado por los tiempos que corren

Los galardonados, ayer, en el Auditorio Alfredo Kraus. LP/DLP

Eran las ocho y diez de la noche, unos cincuenta minutos después de empezado el acto de entrega de honores y distinciones en el auditorio Alfredo Klaus. Desde su inicio se destacaron méritos y se rubricaron con aplausos esfuerzos, logros, éxitos, y también penalidades. Pero de alguna manera, a esas ocho y diez minutos, cuando las palabras callaron tras el discurso del flamante hijo predilecto de la isla, que lo es desde ayer Jerónimo Saavedra, lo que salía en pantalla, y sobre todo, lo que se oía por el sistema de sonido, resumía con creces la obra de las 21 personas e instituciones a las que el Cabildo hizo merecedora de sus reconocimientos del también año 21.

La música corre a cargo de Stuart Branwell, un joven pero ya galardonado compositor de cine y televisión que creó la pieza para la ocasión, y en las imágenes, un torrente visual a la altura de la obra musical que ofrecía, sin caer en el tópico: la isla más abrupta y espectacular. Su flora, su mundo insular de agua adentro, sus valles y cafetales, los prados de la tierras altas del norte, y los barrancos más profundos. En la costa, la fuerza del Atlántico, el rebotar de las olas contra los acantilados, o los pinares en la cumbre, que ayudó a plantar Juan Nogales, los mil colores de los azulejos de piedra de La Aldea a Mogán, la arena infinita de las dunas del sur. Y de remate otra visión del Nublo y el Bentayga. Fue, ni más ni menos, la Gran Canaria que tenía ayer a su falda las figuras a las que se les ofrecía homenaje, a los hombres y mujeres monumentales que dejan al conjunto de los isleños a la altura de la tierra que los vio nacer, o que ayer terminó por adoptar.

Los representantes del colectivo sanitario fueron ovacionados con el público en pie

decoration

Desde que se iniciara el acto, el público del auditorio capitalino, compuesto principalmente por amigos y familiares dado el reducto aforo que marca la pandemia, el desglose de las biografías dibujadas en breves pinceladas mataban el mal sabor de la crispación para bajar a la tierra de los verdaderos. De los que luchan, mediante el arte, mediante la ciencia, o mediante la economía, para ir gobernando la proa de este barco llamado isla a un puerto cada vez mejor que el anterior, con sus tormentas, sus derrotas y sus quiebros, pero intentando siempre salir a flote por mucha que sea la galerna.

Se escenificó, de nuevo, cuando la médico de Urgencias, Carmen Rosa Hernández, la enfermera de planta, Carolina Ojeda, el jefe de celadores del área Norte del hospital Negrín, Antonio Jurado y la auxiliar de El Sabinal, Claudia Santana, recogían el Roque Nublo Social en representación del colectivo sanitario a las 19.39. El aplauso vibró con fuerza, con el público puesto en pie, y si en algún momento terminó, porque sigue retumbando, fue porque los cuatro profesionales bajaron del estrado.

La música del joven compositor Stuart Branwell emmarcó la potencia de la isla

decoration

También fueron especialmente emotivas las ausencias, más aún las de los que se fueron sin poderse despedir, como es el caso del economista y político Fernando Redondo, o los que se fueron hace tiempo pero cuya huella no solo se torna imborrable sino creciente, como ocurre con el compositor musical y docente Javier Rapisarda o el ya citado Juan Nogales, que con su tenacidad alfombró las cumbres de Gran Canaria.

La juventud, y lo que está por venir también tuvo su presencia con la jugadora del Barcelona Andrea Falcón, que se llevó un aplauso extra por subir en muletas como consecuencia de una lesión y que también aportaba con el Deporte una disciplina más del crisol de potencialidades de la sociedad isleña y de los que a ella llegan. Desde la solidaridad de Teodoro Bonyale o Salvamento Marítimo, a la impronta artística de Yolanda Graziani o Pino Marrero Berbel, sin desmerecer a los no citados, y cuyos nombres en su conjunto ofrecen el empaque al que, por el tiempo que corre, se sustrae del propio acto a la espera del aire más fresco de la próxima edición, y al que entre otros, también asistió el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, el vicepresidente Román Rodríguez, el alcalde de la capital, Augusto Hidalgo y el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana.

Compartir el artículo

stats