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Tribunales

La Fiscalía pide 15 años de cárcel para un hombre acusado de violar de su hija adolescente

La víctima declaró ante el juez que su padre le agredió sexualmente mientras ella dormía

El acusado de agredir sexualmente a su hija en enero de 2018

La Fiscalía ha pedido una condena de 15 años de prisión para un hombre al que acusa de haber violado a su hija adolescente en 2018. 

Ayer un vecino del Sur de 33 años se sentó en el banquillo de la Sección Primera de La Audiencia Provincial de Las Palmas al ser investigado por violar a su hija que, además, fue la primera en declarar. La menor, que tenía 12 años al momento de los hechos, relató ante el tribunal que la madrugada del 9 de enero de 2018 estaba acostada en el salón que figuraba como su habitación y de pronto se despertó en el dormitorio de sus padres junto a su progenitor ya que sentía que alguien le tocaba los glúteos y muslos y al abrir los ojos se percató de que era su papá.

Acto seguido y, sobre las cuatro de la madrugada, se levantó para huir de esa situación, regresó al salón y se acostó en su cama. Pasados unos minutos el procesado se le acercó y comenzó a tocarle de nuevo para después agarrarle las manos y violarla mientras ella “fingía que estaba dormida”. Por lo que empezó a “dar patadas” hasta que éste se le quitó de encima para después sentarse en el sillón a “terminar lo que había comenzado” -haciendo referencia a que se masturbó- Ella, según su versión, esperó a que él se regresara a la habitación que compartía con su madre para comunicarse con su tío y pedirle ayuda por lo que este acudió de inmediato al domicilio y se la llevó a su casa a la que también llegaron agentes de la Policía Nacional para tomar la denuncia y trasladarla a un centro asistencial.

La madre, por su parte, explicó que ellos estaban ya separados por lo que el procesado no vivía con ellos aunque sus tres hijos no tenían idea de esto. Pero ese día y “como siempre lo hace” se apareció en la casa cuando ella estaba con una vecina y él comenzó a beber y a consumir cocaína. Además, sostuvo que la adolescente no sabía que el investigado no era su padre biológico sino hasta el día de los hechos, debido a que éste la crió desde los dos años.

El investigado, según la testigo, se fue del domicilio y ella empezó a acostar a sus hijos pequeños para después salir a fumar un cigarro hasta que vio a su hermano llegar a la calle gritando y a su hija saliendo del portal a la vez que decía que su padre le había bajado los pantalones. Cuando el tío de la adolescente se la llevó, la mujer resolvió subir al domicilio y encarar al acusado que le “reconoció” haber agredido sexualmente a la menor y “pidió perdón” por lo que ella lo sacó del dormitorio y de la vivienda pero él “entró al patio se cambió la ropa, la metió en la lavadora y la puso a andar”. Agregó además que no sabe cómo el imputado logró entrar de nuevo a la vivienda si ya se había ido.

El acusado, por su parte, negó los hechos y sostuvo que ese día había ido a recoger a sus hijos a la escuela para llevarlos al parque donde se apareció la progenitora de la afectada “con alcohol y drogas” y con la “insistencia” de que se colocara. Y, aunque se negó, finalmente lo hizo mientras cocinaba el almuerzo. Cuando cayó la noche, una amiga llegó con una botella de whisky y siguieron bebiendo hasta que ellas se fueron a “comprar más drogas”.  

“La primera palabra que la niña aprendió fue papá, mis hijos siempre me han querido más a mí que a la madre porque yo los trato mejor”, aseveró el procesado a la vez que decía que nunca había tocado a la pequeña y que la víctima dijo todo eso porque su mamá, el tío y la exsuegra lo planearon para sacarlo de la casa y quitarle dinero ya que aseveró que era él quien se encargaba de los gastos de la vivienda. El ADN hallado en las partes íntimas de la menor coincide con el acusado que se encuentra en prisión provisional por esta causa desde junio de 2020 porque, según su testimonio, la madre de la menor le pidió volver al domicilio tras estos hechos y él accedió porque los niños lo necesitaban, así que se saltó la orden de alejamiento que tenía por esta causa. “Estando en prisión hablamos por teléfono y me dijo que me amaba. Esa familia siempre me ha amenazado, mi exsuegra y excuñado han visto como ella me pegaba cachetones y se burlaban, lo que quieren es dinero”, indicó.

Los agentes de la Policía Nacional que detuvieron al investigado manifestaron que éste no podía ponerse de pie debido al estado en el que estaba y es que “se notaba” que había consumido drogas, al punto de que llamaron a una ambulancia “para salvaguardad su vida”. La fiscal le acusó de cometer un delito de agresión sexual a menor de 16 años por lo que insistió en una pena de 15 años de cárcel y 20.000 euros de indemnización para la adolescente, mientras que la defensa pidió la libre absolución. El juicio quedó visto para sentencia.

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