Un destrozo cada vez mayor y una palpable preocupación entre empresarios y transeúntes. El tramo del paseo del Faro de Maspalomas afectado desde la madrugada del pasado lunes por el fuerte oleaje y la subida de la marea que se registra en esta zona de Maspalomas ya está destrozado por completo. La misma fuerza del mar que hace dos días arrastró parte de la arena que sostenía la pasarela que discurre frente al centro comercial Oasis terminó de llevarse por delante lo que quedaba de arena en este tramo y prácticamente ha anulado el tránsito de personas por este lugar cuando la marea está alta. La Demarcación de Costas de Las Palmas continúa con su investigación para determinar si el Ayuntamiento movió rocas para ampliar la escollera sin estar permitido y a primera hora de la mañana de ayer envió a la zona topógrafos para medir la altura del rompeolas y determinar así si ha sido modificado. El Consistorio, por su parte, sigue a la espera de una reunión con responsables de Costas para saber cómo debe actuar en este entorno.
En el paseo del Faro ha llovido sobre mojado y sobre un terreno ya suficientemente debilitado. Mientras que el lunes aún quedaba en el paseo un ancho suficiente para que las personas pudiesen cruzar de un punto a otro, ayer ese espacio sucumbió a la fuerza del mar y el talud formado en la zona ha alcanzado directamente la facha de los establecimientos. Ya no queda arena frente a los locales comerciales y de restauración que se encuentran a pie de playa. Hasta el punto que en algunos negocios las escaleras de acceso están casi suspendidas en el aire y es imposible la entrada de clientes desde el acceso de la playa.
Para las personas que estos días han paseado por la zona la imagen es cuanto menos dantesca. Pero peor aún ha sido la logística que han tenido que poner en marcha para poder continuar su camino: padres con carritos de bebé que han tenido que sacar al niño y cargar el cochecito por todo el tramo caído, ahora lleno de callaos, o ciclistas que han tenido que bajarse del vehículo y continuar el camino a pie por este tramo para evitar caídas y lesiones. Otros optaron por no arriesgarse a bajar un talud que en algunos tramos casi llegaba a los dos metros de altura y dieron la vuelta para continuar su paseo por el interior del centro comercial.
Alicia y David, vecinos de Castillo del Romeral, se acercaron para ver cómo estaba la zona. “Estoy enfadada, se está destruyendo el paisaje”, manifestó. David alabó la valentía de Iván Monagas, denunciante del movimiento de rocas en la playa. Pedro Rodríguez, vecino de La Isleta, también estaba consternado por la imagen. “No sé cómo no lloro, porque la zona está destrozada”, señaló.
Los empresarios más afectados, por su parte, mostraron ayer su resignación ante la acción del mar y se mostraron preocupados por que esta situación pueda afectar a sus negocios.
Efectivos de Cruz Roja explicaron que no se han registrado incidencias y que fueron ellos mismos quienes propusieron a la Policía Local durante la tarde del lunes que acordonasen aún más la zona con la colocación de vallas ante la previsión de que una nueva subida de la marea terminase por llevarse el paseo.
La situación en el entorno del paseo del Faro es desastrosa y por ahora se va a mantener así, salvo que la naturaleza dibuje un nuevo paisaje con el paso de los días, porque el Ayuntamiento volvió a insistir en que no intervendrá de ninguna manera en la zona hasta que la Demarcación de Costas de Las Palmas se pronuncie sobre el informe que está elaborando y sobre otro informe que la empresa adjudicataria del mantenimiento y la conservación de las playas ha trasladado al Consistorio y que éste ha trasladado a Costas.
El primer teniente de alcalde, Samuel Henríquez, mantuvo ayer que el Consistorio no ha dado órdenes para ampliar la escollera y que espera por Costas para conocer cómo operar en la zona. El edil agradeció la colaboración de Monagas y otros surfistas porque “han estado vigilantes y para el Ayuntamiento es primordial conservar el medio ambiente”.