El Servicio de Patrimonio del Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Mogán han llegado a un acuerdo para que la Corporación insular realice un estudio que establezca medidas correctoras al objeto de que el futuro túnel que conectará Taurito con Playa de Mogán no afecte al Bien de Interés Cultural de la Cañada de Los Gatos. El tramo de la GC-500 que une estos dos núcleos turísticos está cerrado al tráfico desde julio de 2017 tras un desprendimiento que incluso casi cuesta la vida a dos miembros de una misma familia. En febrero de 2019 el Cabildo levantó un muro de bloques en la zona para garantizar la seguridad y para evitar el tránsito de personas y de ciclistas ante el riesgo de derrumbe

Tras una reunión mantenida esta semana entre el Cabildo y el Consistorio, Patrimonio Histórico se comprometió a realizar un estudio pormenorizado para que este yacimiento no quede afectado por el extremo del túnel en dirección a Playa de Mogán. Además, este estudio exhaustivo incluye un análisis para recuperar los yacimientos arqueológicos sepultados por la actual carretera. El objetivo, según explicó ayer la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, es que el estudio esté concluido durante el verano.

En la encuentro también participó José María Mañaricúa, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas, para defender los intereses de un sector que se ha visto perjudicado desde que hace casi cuatro años se cerrase la carretera al tráfico. «Trabajamos por un destino que además de sol y playa ofrezca otras opciones como el turismo deportivo, y desde que se cerró la vía el sector cicloturista se ha visto afectado porque ya no puede transitar por ahí y subir hasta Veneguera o La Aldea», señaló ayer Mañaricúa, «esa vía es transitada cada año por cientos de miles de turistas y debemos recuperarla cuanto antes». El presidente de la patronal turística reconoció además que el desprendimiento y posterior cierre ha generado un gran impacto en las empresas dedicadas al turismo deportivo, además de las afecciones al sector hostelero y las dificultades en los desplazamientos de los trabajadores entre ambos puntos.

Una de esas empresas es Free Motion, una empresa de alquiler de bicicletas que en período normal antes de la pandemia vio reducido el alquiler entre un 40 y un 50%, según revela su director general, Iván Illana. «Nuestra principal ruta es la que conecta Playa de Mogán y Playa del Inglés, y desde que está cerrada y no hay alternativas ha sido un desastre; es la ruta favorita de los turistas», apunta.