Los empresarios del centro comercial de Puerto Rico denuncian el «atosigamiento» que están sufriendo los turistas y clientes que acuden a estos negocios por parte de menores migrantes que se ponen en grupos de tres o cuatro a pedir dinero de manera insistente y «con malas maneras». El presidente de la comunidad de propietarios de este centro comercial, Francisco Rodríguez, ha dado traslado de la denuncia por escrito a la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, para que lleve a cabo las diligencias que estime oportunas para que resuelva este problema «que contraviene la ordenanza municipal» y la acompaña de los informes que realiza la empresa de vigilancia de las rondas que hace por el establecimiento.

En primer lugar, aclara el representante empresarial que no le mueve una actitud «racista» a la hora de exponer estos hechos sino que es simplemente el dar traslado de la realidad que se vive en estos establecimientos cada día a donde se acercan los menores migrantes, que se alojan en los complejos turísticos, solos y sin ningún tutor, sin la debida mascarilla de protección ante el Covid, a pedir dinero, cigarros y hasta a vender productos a los clientes.

La situación no es la misma que se vivió en el pasado mes de enero en que se produjeron actos violentos y destrozos, según Francisco Rodríguez, pero cuenta que lo cierto es que están a cualquier hora del día, abordando a los clientes, y ni siquiera cumplen con el toque de queda porque permanecen en este recinto después de las once de la noche. Insiste en que se puede entender que son jóvenes y se aburren, pero cree que en este caso al no poder estar junto a sus familias lo normal es que estén tutelados en un centro.

Además apunta que si a los turistas se les ofrece un lugar seguro lo normal es que las autoridades velen por garantizar esa seguridad, porque «al final estos incidentes lo único que hacen es perjudicar a la imagen de este destino, y sobre todo el trabajo de todos los que viven de este sector».