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Medio Ambiente

El tajinaste rojo, símbolo del Teide, coloniza la Cumbre grancanaria

El Cabildo y el Gobierno de Canarias tratan de hacer frente a esta especie invasora, que pone en peligro a otras variedades endémicas si se mezclan

El tajinaste rojo, en los alrededores de fincas privadas en Llanos de la Pez, en Tejeda, fotografiados el sábado de la semana pasada. | | NACHO G. ORAMAS

El tajinaste rojo, el símbolo de la primavera conocido como sangre del Teide (Tenerife), se ha ido abriendo paso en la Cumbre de Gran Canaria, poniendo en alerta a las instituciones que luchan contra las especies invasoras. El Cabildo, el Gobierno de Canarias y la empresa pública Gesplan están llevando a cabo una campaña para su erradicación, tras detectarse desde hace unos cinco años en zonas de Llanos de la Pez para seguir colonizando luego Cruz de Tejeda y Camaretas (San Mateo). Su imagen en su plenitud de floración en los últimos días ha creado una gran expectación, pero su propagación a través de la mano humana en fincas privadas está poniendo en peligro a otras especies que sí son propias de la Isla, como el tajinaste azul y el blanco.

La llegada del mes de las flores ha hecho brotar una especie muy llamativa, los tajinastes, que están en estos días en su máximo esplendor. Uno de los más impactantes es el tajinaste rojo, del que se han sacado muchas fotografías en el Teide, por su belleza y singularidad, ya que llega a alcanzar los tres metros de altura, con flores rojas, coral y en punta. Además, tiene la peculiaridad de que apenas florece unas pocas semanas al año, y no siempre.

Sin embargo, desde hace entre cuatro y cinco años ha empezado a detectarse también su presencia en el interior de Gran Canaria. Y este año ha vuelto a florecer. En concreto, en Llanos de la Pez, en Tejeda, aunque también se ha detectado en Cruz de Tejeda y en Camaretas, en San Mateo.

La imagen resulta llamativa, pero su aparición tiene también un efecto perverso en la Isla. «Es un grave problema biológico y botánico», advierte el director de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Manuel Amador.

Su aparición ha venido movilizando a los equipos que luchan contra las especies invasoras, en un intento por erradicarla antes de que arraigue en nuevos territorios. Sobre todo, porque su proliferación pone en peligro los endemismos de la isla de Gran Canaria, como son entre otros el tajinaste azul y el blanco, aunque existen otras variedades de colores que son menos llamativas. Todos ellos pertenecen al mismo género, el conocido como Echium.

«Un disparate»

«El tajinaste rojo está presente en las Cañadas del Teide, La Fortaleza, Valle de Ucanca y cercanías del Parador Nacional. Es la especie más representativa de Las Cañadas, territorio que constituye una de las zonas florísticas de mayor interés dentro de toda la región macaronésica. Convive con otros tajinastes», según la información oficial del gobierno de Canarias.

El mayor problema es la hibridación, como recalca también el técnico de Gesplan, Gustavo Viera, que han alertado del grave problema medioambiental que puede generar.

La empresa y el Cabildo cuentan con el apoyo del proyecto Redexos del Gobierno canario, que dispone de una web propia y una aplicación para avisar de avistamientos de especies exóticas invasoras.

Este año se ha retirado una cantidad considerable, apunta Gustavo Viera, aunque sigue sin controlarse. «En Llanos de la Pez hemos podido retirarla en la zona pública, pero cuando está en fincas privadas es más complicado».

Pero no ha sido la única institución que ha dado el aviso. En esta misma línea, la Fundación Telesforo Bravo ya había denunciado en 2019 que se estaban plantando tajinastes exclusivos de Tenerife en Gran Canaria. «Se trata de otro disparate más que puede alterar el frágil equilibrio de un ecosistema ya bastante alterado».

En un negocio llegó a detectarse la venta de semillas, por lo que fueron requisadas

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Gustavo Viera señala como su punto de partida a un particular lo plantó en Llanos de la Pez. Y que, desde ahí se ha ido expandiendo hacia otras zonas de la Cumbre y del interior grancanario.

La campaña se ha ido llevando a cabo en las zonas públicas, pero en el caso de las fincas privadas se está trabajando en la tramitación de requerimientos a los dueños que las tengan plantadas, para, en caso de no colaborar, actuar contra el propietario y entrar a retirarlas. «La gente no quiere quitarlo porque es muy bonito, pero no se da cuenta del riesgo que supone para otras plantas endémicas de Gran Canaria». El peligro es que el viento ocasione una hibridación, al trasladar miles de semillas, creando especies distintas que alteren la naturaleza autóctona.

Los arbustos se han localizado en Llanos de la Pez, Cruz de Tejeda, y Camaretas

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Manuel Amador apunta que hace unos años se detectó incluso la venta de semillas en un centro comercial, por lo que tuvieron que acudir para que se retiraran del mercado. Las autoridades remarcan que hay que concienciar a la población sobre este problema. Sobre todo, de sus consecuencias. «Se hace mucha inversión para intentar erradicar las especies invasoras, y su presencia tiene un gran impacto ambiental y económico para distintos ámbitos», recuerda Gustavo Viera, que señala la importancia de sensibilizar a a población, ya que su propagación genera un problema de futuro para otras especies.

Gran Canaria cuenta con varios tajinastes endémicos. Entre ellos el azul, que se localiza en zonas como Tenteniguada (Valsequillo), y que tiene la amenaza de los conejos y las cabras. La ruta del tajinaste azul es uno de los atractivos turísticos grancanarioa. «El sendero que parte desde la Caldera de Los Marteles a Tenteniguada es uno de los tantos rincones de la Isla que parecen creados para enamorar a los caminantes», señala la web promocional del Patronato de Turismo.

También el blanco, que se localiza en zonas más bajas de medianías de la Isla, y en zonas de bosques termófilos, siendo más dispersos. Pero hay tajinastes de otros colores, como el negro, aunque con una menor espectacularidad visual.

El azul de Valsequillo

El tajinaste azul, a diferencia del rojo, es una especie exclusiva de Gran Canaria. Y con tal valor, el Patronato de Turismo incluye entre sus rutas por la naturaleza este atractivo. También conocido como tajinaste de Tenteniguada, es un arbusto ramificado y con flores de color azul, fucsia o blanco, que crece en forma de cono. Solo se encuentra en el norte y noroeste, y se considera una especie vulnerable. Puede alcanzar los cuatro metros de altura. Según el Gobierno de Canarias, se cuantifica en unos 70.000 ejemplares, que se localizan en 14 poblaciones, ocupando unas 975 hectáreas, si bien la mayor cantidad se puede observar en Tenteniguada, Fagajesto (Gáldar) y Antona (Lagunetas). Es muy apreciado por su valor decorativo, pero no es muy común en el mundo de la jardinería.

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