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El último adiós a Paco Santana Hernández, el churrero de Ingenio

Paco ‘el Churrero’ fallece a los 84 años junto

a su esposa e hijos en su casa de El Burrero

El último adiós a Paco Santana Hernández, el churrero de Ingenio

Francisco Santana Hernández, conocido y llamado como Paco, falleció el domingo, día 16 de mayo, a los 84 años. La misa funeral tuvo lugar ayer tarde en Ingenio.

«Buena persona, buena». Esta frase fue una de las más repetidas durante el día de ayer en el tanatorio de Ingenio en relación a Paco Santana Hernández entre las decenas de familiares, amigos y vecinos que acudieron al velatorio. «Era tan bueno, bueno, que ni para morir dio la lata», afirmó ayer su esposa Catalina Santana González, de 81 años. Los dos han estado unidos como matrimonio durante 60 años y los hijos de ambos son Cristo, Inmaculada y Paco Santana Santana.

«Falleció como él quería, feliz en su casa, junto a su esposa y sus hijos, cerca del mar, en la casa de El Burrero [Ingenio]», afirmaron ayer varios familiares. Para la familia y para muchos amigos él fue un «claro ejemplo» de persona luchadora y trabajadora.

Paco Santana Hernández fue el fundador de la churrería Paco en 1966, que lleva abierta ya 55 años, y que se encuentra en la calle Arcediano López Cabeza, muy cerca de la iglesia de La Candelaria, en el casco histórico de Ingenio. Cuando había llegado el momento de jubilarse, Paco Santana cedió el negocio a sus hijos Francisco y Cristo Santana Santana, quienes continuaron con él. Ellos habían trabajado en esa churrería desde niños, etapa en la que se subían a una caja de cervezas para fregar. Posteriormente, Cristo Santana lo dejó por un tema de salud y su hermano Paco es quien está trabajando en la churrería desde hace unos veinte años.

El creador de esta churrería y bar, Paco Santana Hernández, no sabía leer ni escribir porque de niño no pudo ir a la escuela. Sin embargo, sí logró aprender esas materias durante el servicio militar obligatorio, aprovechando los ratos libres y la oportunidad de un amigo de enseñarle.

Paco Santana padre nació en Ingenio en 1936, pero su vida dio muchas vueltas desde pequeño, y su infancia la pasó en el barranquillo de Don Zoilo, en Las Palmas de Gran Canaria. Su padre trabajaba en el muelle capitalino.

Ya desde niño comenzó recogiendo basura en el barranquillo con un carrito que le hizo su progenitor. Después, ya con 14 años, trabajaba llevando las compras con sacos con la bicicleta y el carrito. Con 15 años se fue a trabajar a una plantación de tomates en Tenerife, durmiendo y viviendo en la cuartería.

Ya de vuelta decidió ir a vivir a Telde, a casa de su abuela, donde también estaban una tía y una hermana. Su abuela tenía un horno y él comenzó a aprender el mundo de la panadería y de los churros, gracias a Enrique Páez Castellano, quien le enseñó. También trabajó en un almacén.

Entonces se compró una cocinilla con petróleo y comenzó a vender churros en la plaza del mercado -antiguo- de Telde. Después, con el paso del tiempo montó una caseta.

En 1964 logró tener dinero suficiente para comprarse una furgoneta con la que vendía churros por Telde e Ingenio. Antes de instalarse definitivamente y comprar la casa para establecer su churrería bien cerca de la iglesia de La Candelaria en 1966, hizo el servicio militar obligatorio en Melilla durante 18 meses, y después fue como voluntario a la guerra de Ifni (1957-1958). En 1966 compró la casa que sería la vivienda de la familia y también churrería.

Paco el churrero era un gran aficionado al Real Madrid. Sus hijos Cristo y Paco militaron en el Club de Lucha Maninidra. Él también estaba orgulloso de los niños que trabajaron en la churrería. Les enseñaba «el valor del trabajo». El primero de ellos, Domingo Sánchez Vega, es considerado como un «hermano» por parte de los tres hijos de Paco y Catalina.

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