El avance del Plan General de Ordenación (PGO) de Villa de Ingenio, que no es definitivo y que se encuentra en exposición pública hasta el próximo día 21 de julio, plantea agrupar en nuevos asentamientos rurales las viviendas diseminadas, aparte de los ya existentes, que están vinculadas a las agricultura y en distintas zonas del municipio, para así proporcionarles un respaldo jurídico.
Según fuentes municipales, la figura urbanística de asentamiento rural permitirá que estas casas distantes unas de otras, que no están ya en un asentamiento rural, no estén fuera del ordenamiento y así «tendrán más beneficios».
Un ejemplo de las numerosas zonas de casas del municipio en suelo rústico que se encuentran en esta situación es Lomo Hospital. La intención es crear esta figura de asentamiento rural con la participación de los vecinos y vecinas en sitios que ya no lo sean. Otro lugar que se encuentra igual es la parte antigua de La Pasadilla, y no la que está pegada a la carretera, que es zona urbana.
Los lugares de Lomo Caballo y Vijete también son ejemplos y candidatos para este cambio. Hay una serie de requisitos para que un lugar sea calificado y designado como asentamiento rural, como un determinado número de viviendas y una concreta distancia mínima entre las parcelas.
Este tipo de valoraciones y opciones urbanísticas que se hacen en este avance del plan general son posteriores al estudio que realizaron los técnicos de cada uno y de todos los barrios y poblaciones de la villa. Los técnicos tuvieron en cuenta varios aspectos, como los metros cuadrados de zonas verdes que tiene cada núcleo, dotaciones y equipamientos. De esta manera se pudieron concretar las carencias de cada sitio.
El documento insta a que el suelo rústico no sea considerado como reserva de suelo para la ciudad
Otra de las conclusiones de este estudio es que en el municipio de Ingenio existen tres grandes ambientes rurales y agrarios, como tres bandas de oeste a este: una zona alta de prolongado abandono agrario; una zona intermedia con pequeños cultivos hortofrutícolas y residencial, disperso o no a la explotación agraria; y por último, una amplia zona en el litoral donde predomina el cultivo intensivo bajo invernadero sometido a las presiones de los grandes sistemas insulares (aeropuerto y su expansión; el tren y nuevas carreteras), como las inducidas al crecimiento residencial y, en menor medida, al industrial.
Entonces, en este avance del plan general se presentan una serie de directrices generales para condicionar el desarrollo normativo del suelo rústico y sistema rural. Entre esas directrices, que son ideas, y no decisiones o normas, están: concebir el suelo rústico como un territorio dinámico con valores medioambientales y culturales, que necesita un adecuado tratamiento de control e integración, e ir más allá de la filosofía tradicional en planeamiento de considerarlo como una reserva de suelo para la ciudad; introducir en el planeamiento y gestión del suelo un marco regulador adecuado para el mantenimiento, recuperación y relanzamiento de las actividades que le son propias.
Explicaciones
Sobre el avance del PGO con el que trabaja ahora el Ayuntamiento, la concejala de Urbanismo, Victoria Santana, explicó que se trata de «un documento que no tiene ningún compromiso de seguir lo que se indica en él. Hay tres alternativas, de la más ambientalista a la más economicista, pero igual lo que decidamos no tiene que ver con ninguna de las tres. Se puede plantear una diferente en base a la participación ciudadana».
«La revisión sustancial de un PGO es un trabajo de gran envergadura, y consta de varias fases reguladas. Después de pasar por la de diagnóstico y el borrador urbanístico, estamos en el avance, con análisis y clasificación del suelo rústico. Más adelante, pasaremos al suelo urbano», señaló la edil.
