Otro año más , Santa Brígida y Mogán tuvieron que celebrar la festividad de San Antonio de Padua sin poder sacar a la imagen del santo en procesión por las calles de sus cascos urbanos. Las medidas sanitarias a las que obliga la pandemia dejó a los devotos de ambos municipios sin el jolgorio del día grande. En Moya, donde lo celebran el próximo domingo, disfrutaron de una feria de artesanía.
En Santa Brígida y Mogán ayer tocaba festejar a lo grande el día del patrón, San Antonio de Padua, pero, por segundo año consecutivo, debido a las medidas sanitarias a las que obliga la pandemia del coronavirus, la imagen no salió a recorrer las calles del casco de estos municipios.
Bajo estos condicionantes, la festividad religiosa se redujo en ambas localidades del centro y del sur de la isla a la celebración de la eucaristía. Y dado que el aforo estaba limitado, la bancada de la iglesia, tanto en Santa Brígida como en Mogán estaban al completo porque guardando la debida distancia de seguridad había el sitio justo para los fieles y los representantes del gobierno municipal.
Concluida la misa, que estuvo presidida por el párroco del Santo Cristo de Guanarteme, y vicario general de la Diócesis de Canarias, Cristóbal Déniz, los satauteños que aguardaban en la plaza de León y Castillo, tuvieron la oportunidad ver al santo que se asomó por unos minutos a las puertas del templo, al que recibieron entre aplausos. «El próximo año vamos a celebrar la fiesta a lo grande, y mientras tanto que San Antonio interceda desde el cielo por nosotros para que, mantenidos en la fe, podamos seguir creciendo cada día como personas y como pueblo», señaló el párroco, Alejandro Santana. Tras los vivas al santo, y más aplausos, el trono con la imagen regresó al interior del templo..
Entre el vecindario se notaba que se quedaron con las ganas de ver pasar la imagen por sus calles y algunos lo suplieron adornando la fachada con flores de mundo, que se dan bien en esta localidad, y objetos antiguos.
Se daba así por finalizada una semana festiva, que arrancó el pasado viernes con la lectura del pregón por parte del historiador y geógrafo Alex Hansen, en la que los actos tradicionales como la tradicional muestra de flores, plantas y aves, ‘Florabrígida’, así como la feria de ganado tampoco se han podido celebrar.
También en Mogán el día de San Antonio de Padua, que se conoce como la fiesta de San Antonio El Chico se limitó a una eucaristía en la que de la misma forma el aforo estaba reducido. En este caso, los moganeros no pudieron ver al santo fuera del templo aunque podían seguir la retransmisión en directo de la ceremonia por la televisión local y los perfiles oficiales de redes sociales del Ayuntamiento. No obstante, los vecinos de Mogán ya habían podido mantener esa cercanía con su patrón la semana pasada durante la ofrenda en la que tres representantes de cada barrio ofrecieron al patrón los mejores productos locales de la tierra y también plegarias en favor de los que más lo necesitan y en especial para los que se han visto afectados por esta crisis económica generada por la pandemia. Todo ello acompañado del repertorio de canciones de la música tradicional canaria en pleno directo.
Y en Moya esperan al próximo domingo para festejar el día grande en que se realizará de manera simbólica una ofrenda de productos no perecederos, que entregarán dos niños en representación de cada uno de los barrios del municipio. Pero desde este fin de semana había muchas ganas de fiesta. Arrancó el programa de actos con la celebración de la Feria Artesanal y Comercial en el Parque Pico Lomito y los conciertos de El Vega, Última Llave, Los 600 y la local Agrupación Musical Cumbres y Costas; además de diferentes espectáculos infantiles.
Varios cientos de personas se acercaron a lo largo de este pasado sábado y domingo hasta el municipio para visitar el Parque Pico Lomito, donde excepcionalmente se ha ubicado en esta edición de la Feria Artesanal y Comercial por San Antonio de Padua. Una muestra en la que han participado cerca de cuarenta puestos que ofrecieron al público los mejores productos de artesanía y alimentación, desde alfarería, cestería u originales propuestas textiles y complementos de moda manufacturados, hasta los afamados quesos locales o los tan conocidos bizcochos y suspiros de Moya.