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Seguridad ciudadana

San Bartolomé de Tirajana figura entre las 10 ciudades más inseguras de España

El sindicato Stap denuncia que la falta de personal en la Policía Local limita los servicios

Imagen de archivo de un control de la Policía Local en San Fernando. | |JUAN CASTRO

El municipio de San Bartolomé de Tirajana se encuentra en el puesto número 6 de los 10 municipios españoles de más de 50.000 habitantes con mayores tasas de infracciones penales, con 62,4 casos por cada 1.000 habitantes, según el Balance de Criminalidad 2020 publicado por el Ministerio del Interior. En total, el año pasado se notificaron 3.300 infracciones. La lista la encabeza El Prat de Llobregat, con 86,2 casos por cada mil habitantes; Barcelona, con 70,8 casos; Torrevieja con 66,6 casos; Marbella con 65,5 casos por cada mil personas; Palma de Mallorca con 62,5; Calviá, con 61,6; Ibiza con 58,9; Girona con 57,8 y Lleida con 56,2 casos.

En Canarias, por delante de San Bartolomé de Tirajana solo se encuentra el municipio tinerfeño de Adeje como la localidad más insegura de las Islas y que no aparece en el top ten por tener menos de 50.000 habitantes, en su caso 49.000 residentes. Allí se cometen 64 delitos por cada mil habitantes. Por su parte, en la isla de Gran Canaria a San Bartolomé de Tirajana le siguen Telde, con 53,5 infracciones penales por cada mil habitantes; Santa Lucía de Tirajana con 46,5; Las Palmas de Gran Canaria, con 44,9 casos y Arucas con 33,8 casos.

Y en medio de este escenario, la cada vez más acentuada falta de personal en el cuerpo de la Policía Local de San Bartolomé de Tirajana está provocando que los distintos turnos del día empiecen a limitar los servicios a los que acuden porque precisamente la reducción de plantilla pone en riesgo la seguridad de los propios agentes. Así lo denuncia el Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública (Stap), que ha explicado que el ajustado número de policías en este cuerpo impide que se puedan realizar servicios en beneficio de la seguridad ciudadana como es el control del tráfico, los controles de alcoholemia, la asistencia a las denuncias por ruido o el control del aforo y el cumplimiento de las medidas sanitarias en los locales de ocio y restauración. Y es que, critica el colectivo, hasta tres y cuatro noches a la semana solamente hay una unidad en la calle, además del agente que custodia la comisaría. Este periódico ha intentado contactar con el concejal del área en repetidas ocasiones, sin éxito. La alcaldesa Conchi Narváez se reunió precisamente ayer con los responsables de la policía Local y con Eduardo Caudet, jefe de la Comisaría de Maspalomas de la Policía Nacional, asi como con sanitarios para abordar la nueva situación de la pandemia en Gran Canaria y los protocolos de trabajo de seguridad en el municipio.

En declaraciones a este medio, representantes del sindicato han denunciado la situación que atraviesa el cuerpo de Policía Local casi un año después de la última denuncia pública sobre la falta de personal y el impago de horas extras, dos problemas que no solo no se han solucionado sino que han empeorado. Si hace un año había en la plantilla 84 agentes -muy lejos de los 200 policías que necesita-, ahora las jubilaciones han mermado aún más al personal: solo 70 agentes en el cuerpo, de los cuales hay que restar aquellos de baja o en libranzas que no están en activo, y el sindicato calcula que de aquí a final de año se jubilarán otros 10.

Estrés y ansiedad

«Ahora hay muchos más servicios que el año pasado no había por la pandemia y el toque de queda; ahora ha reabierto el ocio nocturno y está volviendo el turismo, pero en muchos de los turnos solo hay una patrulla en la calle y dos personas en la centralita», critican los representantes de Stap, «eso implica que no se vaya a ningún servicio salvo que sea un accidente muy grave».

Como ejemplo de servicios no atendidos, el sindicato pone el caso de una residente en el Campo Internacional de Maspalomas que el pasado fin de semana llamó a las 00.00 horas, a las 03.00 y a las 05.00 horas para denunciar un botellón en unos aparcamientos y los agentes comunicaron que no podían acudir por falta de personal.

Situaciones como estas provocan malestar en la plantilla. «Somos nosotros quienes nos enfrentamos a las críticas de que no trabajamos», cuentan desde el sindicato, «pero la Corporación ha vendido que San Bartolomé de Tirajana es seguro y esa no es la realidad que se encuentran los vecinos y turistas desde el punto de vista de las competencias de la Policía Local, no de la Nacional». «Nos han avisado de grandes fiestas y botellones de 150 personas a los que no hemos acudido porque al ser solo una unidad lo que prima es la seguridad de los agentes», añaden. Los policías, manifiesta el sindicato, son claros con los vecinos cuando requieren su presencia. «Les decimos que no hay personal y se quedan sorprendidos».

La situación, dicen los representantes del sindicato, provoca «estrés y ansiedad» entre los agentes. «Se quitan las ganas de trabajar porque a veces nos dedicamos a jugar al escondite y no salir de la jefatura porque no se pueden afrontar los problemas», señalan.

«El Ayuntamiento ha abierto la convocatoria para cubrir 33 plazas, pero la situación no avanza y en el mejor de los casos los exámenes se harán en 2022 y luego los aprobados deben estar un año en la academia; es decir que hasta 2023 no se incorporarán los nuevos agentes, y eso en caso de que todo vaya bien». «El Ayuntamiento está paralizado». «Las convocatorias para las comisiones de servicio son otra venta de humo, porque ningún Ayuntamiento deja salir a ningún policía porque la falta de personal es generalizada», relatan desde Stap. En relación a la falta de material, el sindicato explica que en el último año solo han entregado un pantalón y una camiseta por agente «y algunas botas sueltas». Los policían denunciaron el año pasado que algunos agentes tenían que trabajar con deportivas porque tenían las botas rotas.

El colectivo reconoce que las conversaciones con el Consistorio no llegan a buen puerto y avisan de que este escenario continuará empeorando si el Ayuntamiento no pone en marcha un plan de chocque para paliar la situación en la Policía Local.

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