La culminación de los trabajos en la nueva plaza de San Mateo y en la Avenida Tinamar han cambiado la imagen del pueblo en los últimos días, después de tres años y medio en obras, y en octubre se abrirá el aparcamiento subterráneo que mejorará de forma sustancial el tráfico por el interior del casco urbano, según anunció ayer el alcalde de la Vega, Antonio Ortega, quien precisó que solo falta que la compañía Endesa instale la subestación eléctrica que proporcionará la energía a las nuevas infraestructuras públicas.
Ortega explicó que la obra civil del nuevo pulmón de San Mateo, que se llamará Plaza de la Solidaridad y que albergará 500 plazas de aparcamiento en el subsuelo, ya está terminada, así como la rehabilitación y ensanche peatonal de la Avenida Tinamar, pero ambas están aún pendientes de recepcionar por parte del Ayuntamiento en espera de que Endesa ponga en marcha esa subestación.
La compañía eléctrica ya ha comunicado que el 23 de septiembre dispondrá de esos equipos y comenzará a instalarlos, con una reserva de potencia para suministrar la energía que necesitan el parquin subterráneo, el alumbrado público de la plaza y la Avenida Tinamar, el bar-restaurante de concesión municipal y el futuro edificio del mercado agrícola, ya en obras tras la demolición de la antigua nave.
Una vez realizadas esas conexiones eléctricas, solo quedarán pendientes las licencias de apertura de la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias y del propio Ayuntamiento, por lo que en el mes de octubre «habrá un nuevo San Mateo», según Ortega. «La previsión es que en octubre esté todo recepcionado, por lo que entrarán en funcionamiento en ese mismo mes, seguro que antes de Navidad», apuntó.
Los cambios en el casco de San Mateo se completan con la Avenida Tinamar y el nuevo mercado
Las obras de la plaza y el aparcamiento, en unos 6.000 metros cuadrados de superficie, se iniciaron el 25 de enero de 2018, con un plazo de ejecución de casi un año, pero han durado más del triple de lo previsto por modificados en el proyecto inicial, dificultades de las empresas y finalmente por las restricciones de la pandemia. Tienen un presupuesto de 8,5 millones de euros, de los que más de 7 millones fueron aportados por el Gobierno de Canarias y el resto por el Ayuntamiento, dentro del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan).
El cambio de nombre, de plaza del Pueblo a plaza de la Solidaridad, se adoptó por acuerdo del Pleno del Ayuntamiento después de una consulta popular en las redes sociales donde la segunda denominación se impuso de forma mayoritaria. «San Mateo es un pueblo solidario y siempre ha respondido cuando se necesita, por ejemplo en los últimos grandes incendios forestales, de ahí que el nombre también sea un homenaje a las personas voluntarias que han trabajado por el bienestar de los demás cuando se les ha requerido», comentó Ortega.
Transformación
«La renovación -añadió el alcalde- es más que evidente; estamos mejorando los espacios públicos y estas actuaciones están transformando el pueblo de San Mateo, sobre todo en la parte nueva, que se construyó en la década de 1970 y deja mucho que desear en cuanto a materiales y accesibilidad».
Ortega detalló que primero se intervino en la Avenida de Tinamar, luego en la plaza y ahora también en el entorno de mercado, con la ampliación del camino de Las Monagas, donde también se ha creado un parque público. En otra parcela, junto a la Plaza de los Gofiones, se han creado otros 100 aparcamientos subterráneos.
Respecto al nuevo mercado, el alcalde recordó que se demolió el antigua nave, levantada sobre una superficie de unos 1.000 metros cuadrados, y en su lugar se está construyendo un edificio de dos plantas y semisótano, que suman 2.400 metros cuadrados, para la instalación de los puestos de venta, cámaras frigoríficas y una cafetería para comerciantes y clientes.
Además de mejorar la accesibilidad, la estructura del nuevo mercado tendrá zonas acristaladas, que permitirán observar la actividad comercial desde las calles adyacentes.
La renovada imagen de la Vega también se aprecia en la Avenida Tinamar, la que divide el pueblo entre el casco histórico y la zona moderna. Aunque es una vía de carácter municipal, en realidad es un tramo urbano de la carretera de la capital a la Cumbre, la GC-15, que antes tenía dos sentidos de circulación y aparcamientos a ambos lados.
Con las últimas obras, también finalizadas, queda con dos carriles de subida y las aceras se ensanchan al doble, «para sacar los negocios a la calle y facilitar la accesibilidad, pues queda como una plataforma sin barreras ni bordillos, incluso personas con movilidad muy reducida», subrayó el regidor, quien consideró que «ahora sí ha pasado de ser una carretera a una auténtica avenida».
El pueblo queda con más de mil plazas de parquin y el precio en el subterráneo será de 1,70 euros
Los días de entre semana habrá aparcamientos en el carril derecho, mientras que en las jornadas de más tráfico quedará el izquierdo para acceder a los aparcamientos y el derecho para los vehículos que vayan hacia la Cumbre o a otros lugares de San Mateo.
Aunque los fines de semana se mantendrá el cuello de botella para atravesar el pueblo, pues se calcula una media de 14.000 vehículos, el alcalde sostiene que la mejora de esta vía y los más de mil aparcamientos públicos en el interior del casco, con un precio en los subterráneos de 1,70 euros las 24 horas, aligerará el tráfico.
El próximo paso sería la circunvalación, también el Santa Brígida, «porque la GC-15 se ha quedado obsoleta en todo su recorrido y es la gran olvidada desde hace 100 años en las inversiones del Cabildo y el Gobierno de Canarias».
