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Guía

El bucio resuena desde la azotea

Guía festeja el 210 aniversario de Las Marías con el atronador sonido de las cajas de guerra y las caracolas en un acto sin público y un centenar de tocadores

El bucio resuena en Guía

El bucio resuena en Guía R. T.

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El bucio resuena en Guía Rubén Torres

Hace tantos «años y años» que Milagrosa Molina hace sonar su bucio que casi no alcanza a ponerle fecha a cuando empezó a tocarlo. A sus 82 años lo hace sin apenas dificultad a pesar de la energía necesaria para llenarlo de aire y hacerlo rugir, y ha sido capaz de aguantar 30 minutos soplando y soplando, sin cansarse, para honrar a la virgen María y cumplir con su Voto de Vergara. «Me siento divina cuando toco el caracol», como ella lo llama, y confiesa con humor que no padece de asma ni otras afecciones pulmonares. El municipio de Santa María de Guía disfrutó ayer del sonido de los bucios, que este año llegó desde las azoteas, los tambores y las cajas de guerra para celebrar el 210 aniversario de la fiesta de Las Marías, una edición por segundo año atípica dadas las restricciones impuestas para atajar la pandemia, pero que ha sabido mantener la esencia de esta festividad: cumplir el Voto de Vergara, la ofrenda de todo un pueblo a la virgen por haber intercedido para obrar el milagro y salvar a las cosechas de una inmensa plaga de langostas que arrasó los cultivos a principios del siglo XIX, en el año 1811.

En el 210 aniversario de aquella promesa, el Voto de Vergara se ha vuelto a cumplir, aunque en esta ocasión no ha habido ni bajada de la rama, ni romería ofrenda, ni la salida de la virgen a las puertas de la iglesia donde habitualmente la espera una lluvia de pétalos. Sin embargo, eso no impidió el anuncio de unas fiestas que sí contó con el repique de campanas, el lanzamiento de voladores y el tradicional toque de tambores desde la fachada de la parroquia.

El acto, cerrado al público, contó únicamente con la presencia de un centenar de tocadores a las puertas de la iglesia, mientras que los bucios este año se han soplado desde los balcones y azoteas de las viviendas del pueblo para garantizar la distancia mínima de cinco metros necesaria para evitar posibles contagios, dada la expulsión de aire cuando se toca este instrumento.

El bucio de Milagrosa tiene más años que ella. Tiene más de 150 años y lo trajo hasta la isla, desde Cuba, el abuelo de su marido. «Siempre lo he tenido yo porque mi marido nunca ha querido tocarlo», explicó minutos después de bajar del balcón del Ayuntamiento de Guía. Ella consiguió ese espacio privilegiado porque, dijo, es la persona que asa las castañas al Consistorio cada año en noviembre. «Les dije que yo siempre les saco las castañas del fuego, y ahora les tocaba a ellos», relató, y lo logró. Para ella, la fiestas de Las Marías «es la mejor de Gran Canaria» y se mostró convencida de que en 2022 recibirá más afluencia que nunca dadas las ganas de la población de volver a vivir esta festividad, sobre todo las nuevas generaciones, representadas en personas como su nieta María, heredera del bucio que hoy sopla su abuela.

En el polo opuesto está Isabel, una niña de nueve años hoy aprendiz de tocadora de bucio y futura mayordomo cuando herede el título que ahora luce su madre, Nayra. La caracola que aprende a soplar es de su madre, que a su vez heredó de su abuelo y tiene más de tres décadas. «Yo creo que se me da bien», señala, aunque reconoce que otras veces le sale «muy mal». Todo es cuestión de práctica.

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Fiesta de Las Marías en Guía La Provincia

Nayra, su madre, es desde hace 21 años mayordoma de las fiestas de Las Marías, al igual que Acoraida, ambas las primeras mujeres en heredar este título de sus padres. Hoy, el colectivo cuenta con cinco mujeres entre sus 21 integrantes. Acoraida, por su parte, acudió a la fiesta junto a su primo Carlos, procedente de Moya pero con raíces guienses. Ambos mayordomos, él desde hace apenas cinco años, han vivido estas fiestas «con ilusión, mucho sentimiento, trabajo y ganas». «Estemos donde estemos, el tercer domingo de septiembre siempre tenemos que estar en Guía», contaron, con la confianza de que la situación sanitaria mejore y el próximo año los actos de esta festividad vuelvan a celebrarse con total normalidad.

Con una camiseta serigrafiada con la imagen de la virgen también está cada tercer domingo de este mes en Guía Rosa Rodríguez, haciendo retumbar su tambor, desde hace 20 años, a las puertas de la iglesia. Y este año está contenta porque al menos se ha podido celebrar este acto. «Se ha podido organizar algo, aunque sea poco, y dentro de lo negativo estamos mejor que el año pasado, con la plaza decorada con eucaliptos». También toca el bucio, que cogió en Agaete hace 30 años, pero esta ocasión merecía el sonido de los tambores.

En este aniversario el colectivo de mayordomos ha recordado a Luis Miguel Arencibia, anterior Mayordomo fallecido el pasado mes de junio. «Lo hemos echado mucho de menos», señaló ayer Nicasio Guerra, nuevo presidente de la agrupación. Guerra confesó que se sentía nervioso «porque superar lo que había hecho Luis Miguel era muy difícil; él solo batallaba y organizaba todo, es una gran ausencia».

Tras finalizar el acto, la concejala de Festejos del Ayuntamiento de Guía, Aihnoa Martín, destacó el trabajo realizado por los mayordomos en la organización de este evento y en la decoración de la iglesia. «Son unas fiestas diferentes que se viven con mucha ilusión en la que los vecinos se han comportado de forma ejemplar», resaltó la edil.

La fiesta de Las Marías finaliza hoy con la celebración de la eucaristía a las 12.00 horas, y que tendrá el aforo reducido.

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