La subida de la imagen de la Virgen del Pino a su camarín puso anoche fin a las fiestas de Teror, que como el resto de los actos celebrados durante todo este mes de septiembre se desarrolló con restricciones de aforo dentro y fuera de la basílica.

Miles de personas han pasado este mes por la villa mariana, respetando el llamamiento de hacerlo de forma escalonada para evitar la propagación de la pandemia.