La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Bartolomé de Tirajana

Arteara quiere agua

Los vecinos de este pago llevan doce años reclamando que se ejecute la obra de instalación de red de abastecimiento, adjudicada en 2009 y luego anulada

Pueblo de Arteara junto al palmeral. | | LP/DLP

Rafael Herrera tiene un ganado de 280 cabras a las que da de beber el agua procedente de un naciente, cuando nace, pero tuvo que cerrar la quesería que regentaba hace tres años por falta de agua de abasto. Vive en Arteara. Manuel Matas también tiene agua cuando el naciente que llega a su finca «escurre», dice, un poco de este preciado líquido, pero eso solo ocurre hasta mayo o junio y solo si el invierno ha traído buenas lluvias. Y también vive en Arteara. Estos dos vecinos de este pago del interior de San Bartolomé de Tirajana forman parte de una larga lista de residentes afectados por la falta de una red de abastecimiento de aguas, una infraestructura que en pleno 2021 aún no ha llegado hasta el barrio y que sus habitantes reclaman desde hace 12 años, después de que el Ayuntamiento adjudicase la obra de instalación de esta red en 2009 pero luego fuese anulada. El Consistorio, por su parte, quiere abordar «la necesidad de este pueblo a principios del año que viene», en palabras del concejal de Vías y Obras, Bartolomé Acosta.

«Disponer de una red de abastecimiento de aguas es un derecho, no un lujo, es un recurso elemental para la vida y más en 2021 y en un país desarrollado», manifiesta Andrea Varadi, secretaria de la asociación de vecinos La Vega de Arteara, un colectivo que desde hace más de una década ha dirigido hasta 40 escritos tanto al Ayuntamiento, al Cabildo como al Diputado del Común, para instar a que se ejecute aquel proyecto. Ante la falta de respuesta de la administración local a la Diputación, este organismo ya ha avisado al Consistorio de que si no remite sus respuestas procederá a declarar que su actitud «es obstruccionista y entorpecedora» de sus labores.

Cubas

La obra fue adjudicada en 2009 a la empresa Invercasti 2000 S.A. por importe de 59.316 euros, pero el contrato fue anulado después de que la compañía presentase un modificado que elevaba el presupuesto inicial de los trabajos.

La falta de una red de abastecimiento de aguas obliga a los vecinos a compartir el poco recurso que mana de los nacientes, cuando no a contratar cubas, con el consiguiente desembolso económico. «Es muy caro e inasumible para muchos vecinos», añade la secretaria del colectivo, quien reconoce además que los residentes tienen que recurrir al uso de pozos negros para evacuar el agua que utilizan al no disponer tampoco de una red de saneamiento. Así, ducharse o lavar la ropa es toda una odisea y la situación afecta a unos 40 inmuebles, entre viviendas y empresas de la zona.

En dos ocasiones, en 2016 y 2018, el Ayuntamiento respondió a la asociación que para ejecutar esa obra era necesario que los vecinos «dispusieran de suelo para construir las infraestructuras necesarias para ello, como un depósito de reserva de agua, red de tuberías de distribución y además se tendrá que tener suelo para acondicionar las instalaciones de la red de saneamiento y la preceptiva depuradora de aguas residuales», según reza ese documento. Y a pesar de que están dispuestos a ello, la administración «sigue sin un proyecto para el barrio», reclama Varadi.

La última respuesta por parte del Ayuntamiento fue en julio de 2020, una carta en la que el Consistorio se limitó a decir que por entonces se estaba instalando la tubería para el suministro de agua potable desde Tunte a Fataga y Los Sitios y que se continuaría con los trámites oportunos para seguir con la instalación de la tubería desde Fataga a Arteara para dar solución a este barrio. «Pero a día de hoy nada hemos sabido y han pasado ya 15 meses desde esa respuesta», señala Varadi.

El Ayuntamiento dará prioridad a los proyectos de agua a principios del próximo ejercicio

decoration

Su frustración aumenta cuando han visto que el Ayuntamiento conectó aquella tubería de 4,6 kilómetros hasta Fataga pero no ha concluido el trabajo con Arteara. «Esa es la solución y no podemos seguir esperando», argumenta la secretaria de la asociación vecinal, quien además teme una completa despoblación de este pago si la situación persiste durante mucho más tiempo. «Sin luz se puede vivir, pero sin agua no; poca gente se viene al campo a cultivar porque no hay agua y hay quien se ha marchado del barrio por no soportar la situación». Las sequías de los últimos años, además, han empeorado la situación porque los nacientes se secan mucho antes de lo habitual, si es que llegan a llevar algo de agua.

Rafael Herrera, ganadero de la zona, explica que la poca agua que tiene del naciente la utiliza para dar de beber a su ganado, pero la falta de agua de abasto le impide lavar las máquinas ordeñadoras. «Para eso tengo que contratar cubas y eso cuesta dinero», relata. Cerró la quesería hace tres años porque le costaba 90 euros cada cuba que necesitaba para lavar todo el material de la empresa. Para asearse o fregar la loza utiliza un hilo de agua de un naciente «pero que no tiene control sanitario», reconoce, por lo que a veces el mismo la desinfecta con unas gotas de lejía, «los demás vecinos la tienen que coger de un pozo pero puede estar contaminada».

Manuel Matas, por su parte, solo dispone de un naciente que se seca rápidamente si las lluvias son escasas. «El agua se acumula en una pequeña charca, apenas 50 o 60 litros, y luego tiro una manguera hasta mi casa», cuenta, «pero si la abro apenas 15 minutos ya se vacía». Él tiene una conexión de agua del Consejo Insular de Agua, que le ofrece 40 horas anuales para regar las 800 matas de manga y aguacateros que cultiva. «Es insuficiente, yo necesito al menos 80 horas; si tengo que regar cada ocho días, ahora lo hago cada 15», señala. «Los proyectos siempre salen para los mismos barrios y el Ayuntamiento solo mira para Tunte», critica.

Consultado por esta situación, el concejal de Vías y Obras del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, Bartolomé Acosta, explica que en cuanto el Consistorio contrate un gabinete de arquitectos externos, debido a la falta de persona, «lo primero» que hará es abordar la situación de los problemas de agua en las zonas de medianías. «Quiero que el proyecto de Arteara sea de los primeros porque es una necesidad que tiene el pueblo desde hace años y espero que a principios del año que viene estemos trabajando en él», afirma.

Compartir el artículo

stats