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San Bartolomé de Tirajana

Maspalomas recupera la noche

Empresarios del ocio nocturno observan un notable flujo de turistas y «muchas ganas de fiesta» | La crisis lleva al 62% del sector al cierre definitivo del negocio

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Ruta del ocio nocturno en el Sur de Gran Canaria. José Carlos Guerra

Una ruta de noche por las áreas turísticas de Playa del Inglés y Maspalomas ofrece una buena muestra de que la reactivación económica empieza a ser una realidad en el sector del ocio nocturno. Eso sí, muy lentamente y lejos de los niveles previos a la pandemia. Los pubs y las discotecas empiezan a llenarse, siempre dentro del límite de las restricciones impuestas por Sanidad, y la ciudad que fuera la Meca de la fiesta en la etapa previa a la pandemia comienza poco a poco a levantar cabeza después de un año y medio de pérdidas. Y es que el aumento de los niveles de vacunación contra la Covid-19, el incremento en el número de turistas que llega a isla y la ampliación del horario de apertura de los establecimientos de ocio nocturno hasta las 04.00 horas de la madrugada ha tenido efecto inmediato: las discotecas y bares de copas ya reciben clientes. Residentes y turistas tienen ganas de divertirse y Maspalomas recupera la noche, aunque de forma agridulce porque la crisis ha abocado al cierre definitivo del 62% de los establecimientos de ocio nocturno de todo el Archipiélago, según datos ofrecidos por Alejandro Negrín, representante de la Asociación de Ocio Nocturno Canarias de Noche. De las 357 licencias que existían en las Islas, hoy quedan solo 175.

Vista general de las terrazas de la planta baja de Yumbo. José Carlos Guerra

Para alegría de los empresarios de la noche, el flujo de clientes es cada vez más elevado y las expectativas para los próximos meses son más que halagüeñas dada la previsible recuperación turística. Y es que las islas arrancan la temporada alta con 213 vuelos más que en 2019, antes de la pandemia, y con una previsión de gasto en destino de 600 euros por parte de los turistas, según datos de la consejería de Turismo del Gobierno de Canarias. Eso sí, aunque la percepción generalizada es que ese movimiento de personas es cada vez más notorio, no en todos los establecimientos dedicados al ocio nocturno y la restauración se benefician de la misma manera.

El flujo de turistas ya empieza a permitir que bares y discotecas comiencen a recuperar la facturación perdida desde hace año y medio pero, reconocen los empresarios, ese aumento de los ingresos no conlleva necesaria y automáticamente un incremento de los beneficios puesto que gran parte de esos ingresos deben destinarse a saldar las deudas acumuladas por el cierre del sector durante meses. «Estamos aguantando», dicen. 

El flujo de turistas es notorio pero la recuperación total del sector tardará mucho en llegar

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En el Centro Comercial Plaza de Playa del Inglés la actividad nocturna la mantienen prácticamente locales: las discotecas El Caserío, New One y Panamera, tres negocios cuyos propietarios están empezando a colaborar entre ellos con el objetivo de intentar reflotar la olvidada vida nocturna.

Jóvenes en El Caserío, discoteca de Plaza. José Carlos Guerra

El propietario de El Caserío, Salvador Márquez, afirma que en las últimas semanas ha notado un importante incremento de gente joven residente que consume ocio nocturno. «Después de tanto tiempo cerrados, la gente joven ha salido en masa con ansia por disfrutar de la noche», cuenta. Arrancó abriendo el local solamente los viernes y los sábados y ahora ya puede permitirse abrir todos los días. Evita la venta individual de entradas y solo trabaja con reservas de mesas de cinco personas con el objetivo de poder darle continuidad al negocio. De hecho, desde el miércoles tiene las reservas completas para el sábado. «Pero hay que tener en cuenta que el 75% del aforo permitido no es real, en mi caso solo llego al 50% porque las mesas con cinco personas ocupan gran espacio», matiza.

Movimiento de turistas, sí, pero con menos gastos, a juicio del empresario. «Los turistas vienen con menos poder adquisitivo, preguntan mucho por los precios, toman una ronda y se van, cuando antes una mesa podía dejarse 100 euros perfectamente; vienen limitados mirando mucho su dinero». «Hay movimiento, pero la recuperación económica total va para largo», lamenta.

Una rebaja en los alquileres permite a Funny Boys, Terry Show y Coco Loco obtener beneficios

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Pese a todo, Márquez ve una «buena respuesta» de la gente. «Soy positivo, no me puedo imaginar que nos vuelvan a cerrar o que demos un solo paso atrás». Eso sí, se queja de que «Gran Canaria haya sido lenta en abrir las puertas a un ocio nocturno que es seguro».

El empresario considera que el aumento de la clientela, aparte de la mejora de las cifras turísticas, también se debe a que han cerrado otros negocios al no soportar la crisis y los clientes han buscado otras alternativas. «Tristemente, la caída de unos ha impulsado el negocio de otros», lamenta.

Público LGTBI

Márquez tiene otro local en Yumbo, el Divinity, un bar de copas destinado al público LGTBI que va incluso mejor que El Caserío. «Se trabaja muy bien con extranjeros y económicamente aguanta mucho más», dice, porque ha mantenido casi los mismos ingresos que en el año previo a la pandemia. «Por noche puede haber solo una diferencia de 1.000 o 2.000 euros de caja con respecto a 2019». Con todo, Salvador Márquez confía en que la normalidad sea «total» cuanto antes.

El pub irlandés Mulligans registra notable afluencia de clientes. José Carlos Guerra

A pocos metros de El Caserío, Antonio Gutiérrez reabrió hace tan solo una semana la discoteca New One. El empresario optó por retrasar la reapertura de su negocio porque dadas las restricciones no le salían las cuentas y porque los consumidores preferían ir a terrazas. El primer fin de semana no completó el aforo pero sí tuvo bastante asistencia de público. «La fiesta siempre ha existido, aunque fuese clandestina y en botellones, y con la reapertura y ampliación de horarios el público ha vuelto a los bares y discotecas, se notan las ganas», relata.

El casino mantiene el 70% de una clientela que gasta el mismo dinero que antes de la pandemia

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El local de Gutiérrez también funciona ahora bajo reserva y, como todos, con control del protocolo Covid-19 y la comprobación del certificado con la pauta de vacunación completa. «Estoy contento porque veo a la gente con muchas ganas de ocio nocturno y eso me da tranquilidad, después de un año y medio en que se han acostumbrado a la tarde y al terraceo», cuenta. Eso sí, sus palabras no quedan exentas de críticas a la Administración. «Las autoridades nos culparon sin motivos y sin pruebas que acreditasen que el ocio nocturno fuese inseguro o responsable de los contagios».

Acaba de abrir y por ahora solo trabajará los sábados y se plantea ampliarlo al viernes. «Quiero ir poco a poco hasta ver con exactitud cómo responde el sector turístico», afirma el empresario, que ya ha recuperado a los tres trabajadores que tenía en erte y está volviendo a contratar a antiguos empleados.

En el mismo Plaza, el propietario de Panamera, Alejandro Gil, por su parte, reconoce que «hay movimiento» de personas «pero la reactivación es lenta porque el turismo se queda en los hoteles». En su negocio ha tenido que aumenta la seguridad para controlar los aforos y el cumplimiento de las medidas anticovid. «Es complicado mantener las medidas de seguridad porque la gente quiere bailar y no se puede; a quien incumple lo invitamos a marcharse», indica.

Una pianista ameniza las cenas en el restaurante El Poncho. José Carlos Guerra.

En otro de los grandes centros de ocio nocturno de Playa del Inglés, el centro comercial Yumbo, la actividad también crece poco a poco. Fidel Rodríguez es propietario de tres míticos establecimientos: Funny Boys, Terry Show y Coco Loco, negocios donde «se nota movimiento desde hace seis meses y cada vez va a más». Sobre todo con eventos como la Fetish Week, celebrada hace unas semanas. En el caso del Funny Boys, Rodríguez ha optado por cerrar el espacio interior y trabajar solo en la terraza para controlar mejor el aforo. Por lo general, dice, «la clientela respeta las normas, pero hay gente que está muy sensible y a la defensiva», cuenta.

El restaurante El Poncho ha rebasado en septiembre y octubre los números de 2019 en un 30% más de ingresos

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Con el resurgir de la noche, el empresario comienza a ver «pequeños beneficios reales» porque por ahora solo paga el 50% de los alquileres de sus negocios. «Los propietarios se portan muy bien conmigo, si no tuviera esa ayuda seguramente no tendría beneficio alguno», reconoce. El empresario cree que «ya estamos en la recta final y solo nos queda que nos den permiso para abrir las pistas de baile». «Ha vuelto la noche pero no nos estamos recuperando, estamos aguantando», comenta, «para recuperarnos necesitamos un par de años». Critica además que se haya echado la culpa de los contagios al ocio nocturno «cuando ha habido cinco olas y siempre hemos estado cerrados». La reapertura permite, señala, que se reduzcan los botellones que se sucedían en los pasillos de Yumbo.

En Yumbo, fuentes de otros locales como Silueta, Bunker y Kiki explican que la reapertura fue «lenta» al desconocer cómo se tomarían los clientes la vuelta. «Poco a poco comenzamos a subir y ahora los locales están a tope todos los días», reconocen. Para estos locales, la Fetish Week también ha sido clave y ha permitido «lograr un flujo económico importante y obtener beneficios». Todo ello augura «buenas perspectivas» aunque «no tiramos voladores».

Gran Casino Costa Meloneras. José Carlos Guerra

En otro entorno clave, Meloneras, el casino también aprecia un importante aumento de la clientelas hasta el punto de alcanzar el 70% de visitantes respecto al año previo a la pandemia. «Desde julio hemos notado un importante aumento de la clientela, sobre todo desde que en septiembre reabriese el hotel Costa Meloneras, ya que muchos de nuestros clientes provienen de los hoteles de la zona», explica Daniel Amorín, director comercial del Gran Casino Costa Meloneras. Si bien es cierto que aún el establecimiento no alcanza los niveles de antes de la pandemia, el gasto de los turistas en un establecimiento de ocio de este tipo, señala Amorín, es el mismo que antes de la crisis. «La gente viene con ganas de gastar dinero y eso incluso lo notan los bares de alrededor; se hace la misma caja que en 2019 con menos gente». La apertura hasta las 04.00 horas de la madrugada también ha sido un aliciente para este negocio.

El creciente movimiento de turistas y clientela local que se lanza al consumo después de más de un año y medio de restricciones no solo se nota en el ocio nocturno, también en pubs y locales de restauración de la zona turística. Es el caso del pub irlandés Mulligans de Playa del Inglés. Su propietario, Adrián Díaz, sostiene que «el aumento de la caja se nota con el turismo internacional, que es el que más gasta». Tras el confinamiento empezó reabriendo cinco días y ya ha vuelto a los siete días de la semana e incluso necesita personal. «Hemos pasado de abrir asumiendo pérdidas a tener una facturación más alta que hace un año», relata, aunque no hace previsiones «porque todo se puede dar la vuelta».

Espectáculo en el Funny Boys. José Carlos Guerra

En el restaurante El Poncho, su propietario, Álvaro Jiménez, está más que satisfecho. «Hemos rebasado en septiembre y octubre los números de los mismos mieses de 2019». Pero reconoce que puede ser «algo inusual que no se repetirá más ya que ha sido por las ganas de la gente de lanzarse al ocio tras tantos meses de restricciones». Calcula que ha ingresado en estos dos meses un 30% más que en 2019.

Con todo, el ocio nocturno comienza a reactivarse poco a poco, con mucho tiempo por delante para lograr una recuperación completa, pero con la esperanza de no volver atrás y de que las restricciones se levanten del todo más pronto que tarde.

PARQUES TEMÁTICOS

El aumento en la llegada de turistas ha permitido que parques temáticos como Aqualand Maspalomas y Palmitos Park hayan vuelto a abrir en su horario habitual todos los días del año. «Estamos notando en estos últimos meses una recuperación lenta pero gradual de llegadas de turista», indican fuentes de Aspro Ocio, la compañía propietaria de los parques, sobre todo en estas últimas semanas, cuando las vacaciones escolares en algunos países europeos ha permitido ver por la isla a turista de las nacionalidades habituales de esta época como los nórdicos, británicos, alemanes y holandeses. Aunque el flujo de turistas es notable, «todavía estamos bastante lejos de los números previos a la pandemia». | R. T.G.

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