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Santa María de Guía.

La histórica Casa de los Quintana entra en obras tras años de abandono

Guía contrata su ejecución, después de requirir a los dueños hace más de dos años que arreglaran el balcón y fachada | La casona del siglo XVI está protegida

La fachada con su balcón de la Casa de los Quintana, junto a la Plaza Grande de Guía, protegida ante los posibles desprendimientos. | | LP/DLP

Después de años de burocracia, el Ayuntamiento de Guía ha contratado ya las obras de reforma básica de la Casa de los Quintana, una de las edificaciones más emblemáticas dentro del Conjunto Histórico del casco, cuyo origen data del siglo XVI, y donde vivió el primer alcalde tras su constitución como municipio. Tras desestimarse las últimas alegaciones de los propietarios, la constructora tendrá un mes para ejecutar los trabajos, que se centran en el balón, la fachada y en otros elementos de gran simbolismo en la casona.

En octubre del año 2019 el alcalde de Guía, Pedro Rodríguez, firmó un requerimiento a los propietarios de la Casa de Los Quintana, situada en la plaza Grande, en el que ordenaba el desalojo inmediato de la vivienda del siglo XVI por su elevada inseguridad, y les instó formalmente a que restaurara su histórico balcón y la fachada. El colectivo ciudadano ‘Guía se respeta’ venía alertando desde hacía meses del estado de abandono de este histórico inmueble situado en pleno casco antiguo, y catalogado de Monumento Histórico Artístico dentro del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri).

Dos años y casi tres meses después, el Ayuntamiento ha cerrado el expediente de la contratación directa por razones de seguridad de la empresa Rodríguez Luján, la misma que acaba de rehabilitar la Plaza Grande y su entorno, para acometer de manera inmediata una serie de obras de rehabilitación esenciales, por valor de 30.257,31 euros, y con un plazo de ejecución de un mes.

Los propietarios habían alegado a la citada resolución del alcalde que habían presentado ya un escrito en 2008 con una reforma para el balcón para garantizar la seguridad pública, y que no se los permitió acometerla. En cambio, el informe técnico recuerda que la propuesta no aparecía firmada por todos los dueños, ni contaba en ese momento de hace 13 años con una licencia de obras.

En ese sentido, un informe de Patrimonio Histórico del Cabildo señaló que una obra de este tipo requiere que se usen elementos de calidad, dada la relevancia histórica del inmueble. Además, dada su antigüedad, carece de adaptación a las nuevas normas de construcción. Los técnicos insulares recuerdan que debe desmontarse y acopiarse las tejas y morteros susceptibles de caídas, debe restaurarse todo el balcón in situ, y desmontarse los elementos no estructurales estrictamente necesarios y en ningún caso la estructura. Y deberá restaurarse todos los elementos que se encuentran ligeramente deformados, entre otras acciones para garantizar que se respete este conjunto arquitectónico de gran valor.

Tras agotar el proceso administrativo, y sin que los dueños hayan acometido las obras directamente, el Ayuntamiento ha adjudicado los trabajos «para resolver los problemas de seguridad en lugar público», y estarán dirigidos por un arquitecto y una restauradora.

El documento recoge que «a la vista de cuanto antecede, no concurren los presupuestos legalmente previstos para apreciar la responsabilidad de la Administración más allá de la desidia de la propiedad en el cumplimiento de las obligaciones que legalmente le son impuestas en cuanto al deber de conservación y mantenimiento del bien protegido, por lo que las alegaciones deben ser desestimadas y acordar la ejecución subsidiaria de la Administración».

De ahí que le pasará la factura de los trabajos a los dueños, un amplio número de herederos, como está estipulado por la legislación, además de las multas coercitivas que ello implica.

En el procedimiento se habla de 10 multas coercitivas previas a los propietarios, con una periodicidad mínima mensual, por valor máximo del 10% de las actuaciones ordenadas.

La obra ha sido adjudicada por vía directa a Construcciones Rodríguez Luján, tras rehabilitar el entorno de la Plaza Grande, «al tener que rematar parte del dominio público».

Un informe del arquitecto municipal detallaba entre las medidas a adoptar, recuperar el balcón a su estado original, el inventariado de las piezas que lo componen, recuperar las piezas originales y la sustitución de las desaparecidas, además del tratamiento de la fachada, especialmente de la limpieza de la piedra y el escudo emblemático, la carpintería de puertas y ventanas, y el acabado con pintura a la cal.

El edificio está considerado Bien de Interés Cultural (BIC) dentro del Conjunto Histórico de Guía, tanto por su historia como por sus valores artísticos, así como por encontrarse en la plaza principal de la Ciudad. Y, pese a su relevancia, se encuentra desde hace años estado «semirruinoso».

En este sentido, su exterior cuenta desde hace mucho tiempo con una red que trata de proteger a los viandantes que puedan pasar por la parte inferior, ya que existe un alto riesgo de desprendimientos.

Tras la marcha de su última inquilina, el estado de abandono es palpable, con su balcón en riesgo de desprendimiento, ventanas del frontis rotas, pintura exterior descascarillándose y sus dependencias convertidas en nidos de palomas, según han denunciado colectivos sociales.

El primer alcalde

La vivienda conocida como Casa de los Quintana es una edificación del siglo XVI, aunque su fachada fue reformada en el siglo XVII. En ella destacan la cantería y el balcón cubierto canario-mudéjar de madera. Destaca también en el pórtico el blasón de los apellidos Quintana y Guanarteme (familia propietaria de la casa en el siglo XVII). En su interior se conservan todavía elementos originales del siglo XVI, como un arco conopial. Y la fachada es de estilo tradicional del frontis grancanario.

La estructura del edificio se ajusta a los parámetros de la arquitectura doméstica tradicional de la clase acomodada de las Islas Canarias.

En la casona residió en el siglo XVI el primer alcalde de la Villa, Fernando Alonso de la Guardia (proclamado alcalde en el año 1526 tras la segregación del municipio de Gáldar).

En el siglo XVII pasó a ser la vivienda de Gonzalo de Quintana, a quien debe su actual nombre. Este inquilino reformó la fachada, concretamente el pórtico donde se añadió el almohadillado de cantería que presenta en la actualidad y el escudo de armas de su familia.

Guía de Gran Canaria era, hasta 1526, una población dependiente administrativamente de Gáldar. Es entonces cuando consiguió la Vara de Alcaldía. Para regir el nuevo Ayuntamiento, el gobernador Martín Fernández de Cerón le otorgó el título de alcalde real a Fernando Alonso de la Guardia. Este primer alcalde guiense fijó su residencia en la parte baja del casco urbano, frente a la aun no declarada parroquia de Santa María de Guía, que obtendría tal reconocimiento en 1533 (la mencionada zona del casco sería conocida como «Villa de Abajo», por oposición a la «Villa de arriba» que se formaría en los alrededores de la ermita de San Roque), según los estudios históricos.

Al cabo de varias décadas, ya a comienzos del siglo XVII, la vivienda había pasado a ser propiedad de Gonzalo de Quintana y Betancourt, razón por la cual es conocida como Casa Quintana o De los Quintana.

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