«La estampa lo dice todo, la política de los años de socialismo y populares ha dejado vacío el casco de la Villa de los árboles que embellecían el casco y que daban el verde de toda la vida, esta política de arboricidas no es una consecuencia de que se han enfermado los árboles, sino una estrategia clara de hacer del caso de la Villa Mariana un lugar austero y resignado al gris del adoquín». El principal grupo de la oposición, Nueva Canarias, que lidera Isabel Guerra, insta al gobierno municipal a que reponga los árboles en la Calle Real de La Plaza y que estudie la manera de reponer aquellos que rodeaban a la iglesia, al considerarlos «singulares para nuestro municipio». «En los últimos meses hemos visto como los pocos árboles que quedaban se habían muerto y desaparecido por la falta de rigor en su conservación, nos parece aberrante que el gobierno municipal se tire los trastos unos a otros en quien ha sido el culpable en las redes sociales, evidenciando que hay un desacuerdo en lo hecho en los últimos años en el entorno de la basílica», señala NC.

En este sentido los nacionalistas señalan racias que El laurel de indias y los Pinos Canarios no desaparecen, reclama la portavoz nacionalista, Isabel Guerra, para dejar yermo el casco histórico, pero ya toda la arboleda que existía y que embellecía de manera emblemática el entorno de la Basílica ha desaparecido, podemos tacharlos de ‘arboricidas” porque ha sido a sabiendas que los árboles estaban sufriendo el escaso espacio que se les habían dado para sobrevivir. «Un patrimonio histórico no solo se nutre de edificios singulares sino de un entorno amable, y del patrimonio verde de nuestros árboles, termina diciendo la dirigente nacionalista.