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Canarias pierde al sabio de la botánica isleña

Adiós a David Bramwell en el Gabinete Literario

La familia despide en la intimidad al prestigioso biólogo y exdirector del Jardín Canario | Gran Canaria prepara un gran acto de homenajear a «un genio»

David Bramwell, delante del Gabinete Literario. | LP/DLP

El Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria dará el último adiós en forma de homenaje al fallecido Premio Canarias e Hijo Adoptivo de Gran Canaria, el botánico y exdirector del Jardín Canario, David Bramwell, fallecido el jueves a los 79 años. El sepelio se desarrolló ayer en la intimidad, a petición familiar.

La botánica está de luto. Pero Gran Canaria y toda Canarias no ha podido darle la despedida que requiere una persona que dejó su semilla del conocimiento, pero también se granjeó muchas amistades personales. La figura de David Bramwell no solo se recuerda en su tierra de acogida, sino en muchos países del mundo.

El personal del Jardín Canario recuerda su faceta humana, además de su legado científico

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La pandemia ha obligado a su familia a organizar de una forma muy íntima sus últimas voluntades, lamentando incluso «profundamente no poder compartir con ustedes nuestro último adiós», como recogía la esquela publicada por este periódico ayer, al mismo tiempo que agradecía las muchas muestras de cariño recibidas.

Pero esto no quiere decir que tanto su Jardín Canario (que presidió durante 38 años), como el Cabildo de Gran Canaria (la institución propietaria del botánico), la comunidad inglesa a la que se mantenía apegado pese a dejar atrás su ciudad natal de Liverpool, como también muchas instituciones a la que estaba ligado y, sobre todo, una ingente cantidad de amigos que dejó, piensen ya en organizar un acto que sirva para recordar y realzar su ingente legado.

El Gabinete Literario acogerá ese acto de homenaje, aunque todavía su celebración debe concretarse. El presidente, Juan José Benítez de Lugo, señalaba ayer que este acto se hará cuando la familia y la situación general lo permita, pero deja claro que debe hacerse ese reconocimiento que merece «este genio», de la mano del resto de las instituciones.

Cambreleng subraya su conocimiento de Gran Canaria, sin olvidarse de las raíces británicas

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El Jardín Canario también se silenció con su marcha. Pero no su trabajo. De ahí que en el centro recordaran que allí se fraguó con Bramwell el primer Plan Especial de Protección de los Espacios Naturales de Gran Canaria; y la Declaración de Gran Canaria sobre el Cambio Climático, de la que nacería la estrategia mundial. Una preocupación, esta última, de la que había dejado constancia entre sus amistades.

Pero también se le recuerda por sus calles llenas de endemismos sus muchas habilidades humanas, tanto con el personal del centro como a la hora de saber manejar las situaciones con los muchos cargos políticos que fueron pasando. De ahí que todavía se recuerde la ocasión en la que dentro de un proyecto residencial lindante con el Jardín se pretendía aprovechar la urbanización del centro, y cuando se enteró optó por evitar el enfrentamiento directo con los promotores para parar la obra. En cambio, con buenas palabras se las ingenió para acotar la superficie del centro público en las horas siguientes, evitando el problema que él ya visualizaba cuando coincidieran guaguas turísticas y los coches que visitaran el lugar, con los coches privados de los futuros residentes en la zona.

Una enfermedad había debilitado en las últimas semanas su erguida figura británica. Pero contó con el apoyo del único hermano que tenía, que estuvo a su lado en esos momentos, junto a otros familiares y allegados.

Diego Cambreleng se congratulaba ayer de poder haber sido su amigo durante muchos años. Fue precisamente su sucesor (y primer canario en el cargo) como presidente del Club inglés, después de haber sido su último vocal en la directiva de la etapa presidida por Bramwell. «Hizo mucho por Gran Canaria», y siempre colaboraba con las entidades sociales ligadas a su país natal, aunque también tenía mucha vinculación con Irlanda, según Cambreleng.

El abogado también saca a relucir que era un experto en cerámica antigua, además de seguidor del histórico grupo de música Los Beatles (ambos eran de la ciudad de Liverpool).

Gracias a su gran pasión personal y profesional se pateó la geografía grancanaria, para descubrir muchas plantas, siendo un experto en los tajinastes.

David Bramwell acumulaba en sus estanterías un sinfín de premios. Entre ellos, el Premio César Manrique de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias; Hijo Adoptivo de Gran Canaria; Medalla Sir Peter Scott de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN); la Orden del Imperio Británico, entregada por la Reina Isabel II; el Pino Canario de Plata de Artenara; el Premio de Excelencia en Conservación del Instituto de Investigación Botánica de Texas; el Premio Canarias Internacional 2013; y la Medalla de Oro ‘Henry Shaw’ del Missouri Botanical Garden. También fue fundador del Consorcio Europeo de Jardines Botánicos y del Grupo de Expertos de las Islas Macaronésicas. Y es uno de los promotores de la Estrategia Mundial para la Conservación Vegetal del Convenio Internacional de Biodiversidad.

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