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Historia

Firrimindinguis

En el solar de este edificio tenía lugar las representaciones de los firrimindinguis. | LP/DLP

A la hora de pergeñar este artículo a modo de crónica, se trató de buscar el significado del vocablo «firrimindinguis». Tarea inútil, ya que no figuraba en el diccionario de la Lengua Española, tampoco en el diccionario Diferencial del Español de Canarias, ni en el de la Academia Canaria de la Lengua. Pancho Guerra y Alfonso O’Shanahan no la recogen en sus trabajos lexicográficos. Por tanto, hubo que acudir a la propia deducción a través del lenguaje popular para poder entender y transmitir el significado de esta rara palabra que más bien parece un sonido onomatopéyico, y que en razón a su aplicación podríamos definir como: «pequeña troupe de artistas aficionados que de forma itinerante recorren los pueblos ofreciendo al público al aire libre en un improvisado escenario, un espectáculo variado de música, prestidigitación, funambulismo y humor, obteniendo las ganancias con el dinero recaudado a través de rifas o donaciones entre el público asistente». En alguna ocasión se ha visto aplicar el término en sentido peyorativo en lo referente a la actitud de algunas personas. Sería interesante que alguien pudiera proporcionar el origen semántico y etimológico de este extraño sustantivo, casi perdido, que solamente pervive en el recuerdo de unos pocos.

Para los que nos tocó vivir la niñez, allá por la década de 1950 y tuvimos la suerte de gozar de sus actuaciones, ha quedado en nuestra mente el agradable recuerdo de aquellas noches, cuando con el permiso de los padres para prolongarse nuestra salida más allá del toque de oración, disfrutábamos rodeados de gente de todas las edades del espectáculo que nos ofrecían cada noche, durante una temporada los firrimindinguis.

La llegada a Ingenio de estos artistas aficionados, generalmente en número inferior a la decena, representaba una novedad en relación a los pocos entretenimientos colectivos del vecindario fuera de sus casas, que no iban más allá de las sesiones de cine diarias, bailes y paseos domingueros y alguna competición de fútbol o lucha para los aficionados. La estancia de los artistas en el pueblo solía prolongarse semanas y hasta meses en función de la acogida del público. Desde media tarde los niños se encontraban merodeando el lugar donde se habían establecido, para ocupar las primeras filas utilizando el suelo como asientos, mientras que la mayoría del público permanecía de pie o traían de sus casas el asiento correspondiente, si bien, en algunas ocasiones se disponía de toscos bancos de madera.

Las primeras imágenes que recuerda el cronista que suscribe de estas representaciones son aquellas que tenían lugar en la calle que antecede a la plaza de Nuestra Señora de Candelaria con escenario donde actualmente se encuentra la estatua del Doctor Espino, en un espectáculo cuyo protagonista casi único era el «Doctor Framba», o algo así, que, entre rifa y rifa, a escasos metros del suelo llevaba a cabo sus acrobacias en una cuerda, seguido de un interminable lapsus de tiempo, aprovechado para vender los motes de la rifa, para continuar con otros números; y antes de la medianoche, todos contentos a casa. En años posteriores, los firrimindinguis actuaron en una pequeña explanada en la Bagacera, lugar en el que luego se construyó la escuela unitaria de las «Casas Baratas» y donde hoy se encuentra en construcción un local de acogida. Allí tuvimos ocasión de disfrutar de forma novedosa del humor del inolvidable Pepe Castellano con sus monólogos de los cuentos de Pepe Monagas.

Años después, el lugar escogido fue un solar donde disfrutamos de las últimas representaciones, por la mitad del siglo pasado, a la entrada de Ingenio en la carretera que viene de Telde, propiedad de Ceferino Hernández Romero, en el cual se construyó un edificio de dos plantas posteriormente. Allí, al soco de la pared del antiguo almacén de la CIEL se encontraba el escenario y en el solar con piso de tierra la presencia cada día de un heterogéneo público que apenas tenía cabida en un espacio tan reducido, aguantando las inclemencias del tiempo, premiando las actuaciones con dinerillo que a veces se caía y que la oscuridad de la noche impedía recoger, encargándose de ello un grupo de chiquillos revolviendo la tierra al día siguiente para gastarlo en la compra de alguna golosina. Fue en esta etapa cuando más tiempo permanecieron en Ingenio, alternándose dos compañías diferentes, si bien, algunos artistas compaginaban ambas. Constantemente fuera de horas de la función solía verse a un señor al que llamaban Antonio que se encargaba de preparar el material para la representación. Diariamente se abría el espectáculo con la actuación de un trío de guitarras a los acordes de la canción «Tierra Canaria» de Los Huaracheros. Alternando los consabidos intermedios para las rifas, la actuación del payaso Fredy, que por otra parte, fuera de las actuaciones, era un hombre muy serio que se encargaba también de la gestión del espectáculo, actuando además un personaje que imitaba a Cantinflas, completándose la función con canciones con voces femeninas, entre ellas Ángela, pero especialmente recordada fue la jovencita Reyitas Saullo. La pegadiza canción de la «ovejita lucera» sonaba de manera insistente. No faltaron de forma ocasional las actuaciones de cantantes aficionados locales que voluntariamente se ofrecían.

Comedias

Junto a los firrimindinguis, debemos mencionar aquellas «comedias» que ocasionalmente se representaban en el Cine Moderno, a poco tiempo de inaugurarse, en el género musical, con actuaciones de cantantes locales y venidos de fuera como era el caso de la atractiva Margot Sánchez, con el cine a rebosar y como espectador incondicional ocupando una butaca en centro de la sala, nuestro recordado «Paquesito», que una vez salía a escena Margot, se levantaba y quitándose la cachorra, en voz alta le decía: ¡Vas a acabar con mi vida!, causando regocijo en el público asistente. Se recuerda de manera especial a Lidia Guillén, conocida por sus actuaciones en Radio Las Palmas en el programa «Desfile de variedades» que dirigía José María Ayaso y que más tarde triunfaría en toda España y en el extranjero con el nombre de Lea Zafrani.

Circo

Añadimos la presencia de un circo cubierto con lona al estilo clásico que solía levantarse aproximadamente donde hoy se encuentra el edificio de «Muebles Romero» en el Ejido en un terreno que daba hacia el barranquillo. Junto a los números tradicionales destacaba de manera especial la actuación de la simpática niña Pilarín de España con canciones populares españolas. También llegó a ubicarse el circo en un cercado en La Pastrana donde actuaba el popular cantante Félix de Granada.

Teatro

Completaba el panorama de espectáculos itinerantes, aunque exclusivamente en la vertiente teatral, el Teatro Popular Español, en una carpa cubierta a modo de circo con escenario y asientos, con un elenco de varios actores principales que venían precedidos de reconocimiento en el arte escénico a nivel nacional como fue Araceli Méndez. Diariamente se representaban dos obras en largas temporadas, poniendo en escena un variado programa, desde el sainete al drama, de las que se recuerda: «El niño de las coles» y «La malquerida». Esta carpa ocupaba un solar en la trasera de la farmacia de D. Pedro Limiñana y durante el día se solía ver a los artistas en un local de Enrique Espino en El Ejido. Su presencia en Ingenio se prolongó de manera periódica hasta bien avanzada la década de 1960.

Conclusión

Sirva este trabajo para rememorar una época de nuestra historia que abarca las décadas de 1950 y 1960 y la existencia de estos espectáculos y artistas ambulantes, con limitados recursos sin más pretensión que la de entretener a un público ilusionado que asistía a sus funciones después de una dura jornada de trabajo en los años difíciles de la posguerra. Espectáculo cuya tradición se pierde en el tiempo con los juglares en la Edad Media. A la misma vez recuperar la palabra firrimindinguis, desaparecida de nuestro argot popular, cuando, allá por la mitad del siglo pasado dejó de tener vigencia este tipo de diversiones al aire libre.

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