Canarias volvió a sufrir por tercer día consecutivo el efecto de la calima en un episodio que comenzó el pasado viernes, y que a tenor de las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología durará al menos hasta el próximo fin de semana, con la cautela propia de los pronósticos a más largo plazo. El potente episodio de calima seguirá azotando Canarias toda la semana.
El domingo, bajo aviso amarillo por este mismo motivo, que se amplía una vez más para la jornada del lunes, la densidad del polvo en suspensión se reducía un tanto con respecto a la del sábado, pero aún así siempre se mantuvo muy por encima de los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud, que fija en 40 microgramos de partículas PM10 por metro cúbico de aire el máximo para calificar un aire como saludable.
Así, en Arrecife se registraban a las siete de la mañana un pico de 605 microgramos por metro cúbico, para luego ir reduciéndose esta densidad a medida que avanzaba el día hasta unos más llevaderos 226 microgramos a últimas horas de la tarde.
En Puerto del Rosario la situación era diametralmente inversa, ya que a primeras horas de la mañana su estación de Tefia anotaba unos 298 microgramos de PM10 que se disparaban hasta los 673 microgramos a las seis de la tarde, reduciendo la visibilidad a menos de 3.000 metros.
En la capital grancanaria, según los datos ofrecidos por los detectores ubicados en el Mercado Central, salvo en un ligero respiro de una a tres de la tarde, en el que la densidad giraba en torno a los 329 microgramos, el aíre se mantuvo casi toda la jornada irrespirable, con cifras cercanas también a los 700 microgramos, tras mantenerse durante horas en torno a los 500 microgramos.
Todo ello mientras el viento sigue soplando del este hacia las islas más orientales, con el consiguiente transporte del polvo en suspensión, un aire que es absorbido por la circulación de la misma DANA situada al noroeste del archipiélago que ha desplomado las temperaturas en las islas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, tiñendo sus cumbres de blanco a remolque de unos registros de 4,4 grados bajo cero en Las Cañadas del Teide, por segundo día consecutivo, o de apenas 1,8 grados centígrados apuntados en las cotas más altas de la isla de Gran Canaria durante la madrugada de ayer domingo.
La diferencia entre las temperaturas máximas y las mínimas denotan la socorrida continentalidad insular, ya que en las cotas más bajas se llegaron a superar los 25 grados centígrados, como los anotados poco después del mediodía en la estación meteorológica del barrio marinero de San Cristóbal, en la capital grancanaria.
Esa diferencia se podrían incrementar aún más el lunes, ya que se esperan unas mínimas sin cambios y unas máxima en ligero ascenso, sobre todo en las zonas del interior. Los cielos amanecerán poco nubosos o despejados, pero turbios tanto en las islas de la provincia de Las Palmas como en Tenerife, un área al completo bajo aviso amarillo por reducción de visibilidad a distancias menores a los 3.000 metros. A ello se añade un viento de componente este en La Graciosa, Lanzarote y Fuerteventura que podrá soplar con fuerza en las vertientes oeste y el interior, mientras que en el resto de la Comunidad será del nordeste y con menor intensidad.
Para el martes martes, a la calima se le une la posibilidad de precipitaciones débiles en las islas de mayor relieve por la tarde, sin descartar algún chubasco. Además las temperaturas seguirán subiendo mientras el viento continuará del este en las partes más bajas para soplar en medianías y cumbre de componente sur, con algún intervalo de fuerte.
Para el miércoles el pronóstico de la agencia estatal apunta a nuevos chubascos, con lluvias generalizadas e incluso acompañadas de tormentas en las islas más occidentales. Y más calima.
