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La Aldea

Tasarte recuerda a Juanito el panadero

Su parranda de La Aldea ayudó a recuperar músicas tradiciones y el baile del zapatazo

Juanito enseña a niños de La Aldea a elaborar pan en un horno de leña LP/DLP

La Aldea perdió la semana pasada a uno de sus vecinos más queridos, ‘Juanito’, el panadero de Tasarte. También el músico que recuperó canciones tradicionales y el baile del zapatazo.

En Tasarte ya echan de menos a Juan Afonso Delgado, que hasta su jubilación fue el panadero de esa localidad, la única que aún hoy mantiene viva en La Aldea la tradición de los hornos de leña, y también era uno de los músicos que ayudó a preservar los temas del cancionero popular y a rescatar el baile del zapatazo. 

Juanito, como le llamaban en todo el municipio, falleció el pasado jueves, 28 de enero, y desde entonces se suceden los reconocimientos a su labor, pues también fue uno de los impulsores y fundadores del Proyecto de Desarrollo Comunitario de La Aldea, un colectivo que ha logrado crear 16 museos etnográficos y que ha recibido galardones como el Premio de Canarias a la Cultura Popular en 2003 y Roque Nublo de Plata del Cabildo de Gran Canaria, entre otros muchos.

Hasta pocas semanas antes de su muerte, a la edad de 82 años, se desplazaba habitualmente desde Tasarte al pueblo de La Aldea, donde se encuentra el Museo Vivo La Gañanía, para enseñar a los niños a hacer pan y reencontrarse con su parranda de tocadores, la misma que desde hace unos 60 años ha animado a generaciones de aldeanos en sus fiestas o bailes de taifas, según recordó ayer José Pedro Suárez Espino, actual presidente del Proyecto Comunitario.

«Iniciamos este proyecto etnográfico en la Escuela Hogar de La Aldea a finales de la década de 1970 y en ese momento Juanito era el panadero del barrio de Tasarte, que repartía el pan por todo el pueblo, ahí fue cuando tuvimos la suerte de conocerle», rememoró Suárez Espino. 

Cuando sus tres hijos, Juana, Miguel y Gema, tuvieron que estudiar la EGB, se matricularon en el colegio de La Aldea y se quedaban durante toda la semana en la Escuela Hogar, con otros muchos niños y niñas de Tasarte. «Los profesores que estábamos a cargo, buscando actividades donde participaran las familias, descubrimos entre otros a Juanito, un gran intérprete de los instrumentos de púas, laúdes y bandurrias, que en su juventud tocaba en los famosos bailes de taifa de su barrio, junto a sus hermanos, guitarristas, y otros vecinos con timples, percusiones y violines. 

Fue entonces cuando se creó una rondalla en la Escuela Hogar, donde participaban sus hijos, también grandes músicos como su padre, y empezaron a participar en las fiestas de Tasarte y de otros barrios. «Con él tuvimos acceso a un bonito repertorio de mazurcas, polcas y estilos musicales increíbles; muchos de ellos se grabaron en el trabajo de campo que hicimos con Tecnosaga en el año 1991 y desde ese momento Juanito el panadero fue una de las figuras importantes en este Proyecto Comunitario, participando en numerosas audiciones de música tradicional tanto en nuestra isla como fuera de ella», apuntó.

Parrandas

Nacido en Tasarte, vivió la música tradicional desde niño, pues casi toda la familia tocaba algún instrumento. «Formaba parte de aquellas parrandas de antaño que salían de casa para animar las fiestas de los barrios y no se sabía cuando volvían», explicó el actual responsable del Proyecto Comunitario, que en sus cuarenta años de actividad ha dado a conocer las tradiciones aldeanas y ha firmado convenios de colaboración con entidades tan relevantes como las universidades de Salamanca y de Las Palmas de Gran Canaria. 

Juan Afonso fue uno de los fundadores del Proyecto de Desarrollo Comunitario a finales de la década de 1970

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Fue precisamente Juanito uno de los músicos que ofrecieron la información necesaria para recuperar el zapatazo, un estilo que se hizo popular en los bailes de taifas de la posguerra. Esa parranda, según Suárez Espino, es la que mejor reflejaba la música de raíz, tocando siempre lo antiguo. «Nunca intentaron sacar canciones nuevas, sino tocar las que aprendieron en su juventud, con un repertorio inmenso», comentó.  

Simultaneaba la música con su trabajo en la panadería de Tasarte, en la que permaneció hasta su jubilación. Los actuales propietarios, dos jóvenes de la localidad, han conservado el horno de leña y siguen vendiendo el pan artesanal por los municipios cercanos. Desde su retirada, ha enseñado a los niños a fabricar el pan y a enriquecer los museos etnográficos. De Tasarte salió también, menos las paredes, la tienda de aceite y vinagre de Juan Déniz, que ahora se puede visitar en el pueblo de La Aldea. Fue el último comercio tradicional en cerrar. 

«A Juan Afonso Delgado lo recordaremos no solo como un gran músico, un gran informante, sino como una gran persona, compañero excelente y siempre dispuesto a enseñar todo los conocimientos que atesoraba. Este Proyecto Comunitario no tiene con que agradecer, tanto a él como a su familia, todo lo que compartió con nosotros», concluyó.

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