Arucas sigue retirando las placas del callejero del franquismo aunque todavía le quedan algunas más por cambiar. Desde este sábado la calle Calvo Sotelo, una vía empinada que se encuentra a la derecha de las Casas Consistoriales, ya no muestra la placa de mármol con el nombre del que fuera ministro bajo la dictadura de Primo de Rivera, y sobre ese hueco se colocará otra elaborada en piedra de cantería de este municipio que lleva el nombre del exalcalde socialista Luis Hipólito Hernández Afonso. Precisamente el hecho de que esta nueva placa de casi un metro de largo por unos cincuenta y tres centímetros de ancho, y cinco de grosor sea más pesada fue el motivo por el que en el acto de cambio de denominación que tuvo lugar este sábado aún no estaba colocada. Si que estaba puesta, al final de la misma calle, el distintivo de aluminio con letras en blanco sobre fondo azul.
«He dado muchos mítines durante muchas campañas electorales pero nunca he estado tan emocionado y tan nervioso como hoy», manifestó el que fue el alcalde de los aruquenses desde 1983 hasta 1991, con la voz temblorosa, en la Plaza de la Constitución donde se descubrió la placa de piedra. Las funciones al frente del Ayuntamiento de Arucas las compatibilizó con las de vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria, que estaba dirigido por Carmelo Artiles, porque aunque no figuraba en principio el cabeza de lista del Partido Socialista Canario por el municipio, tras la dimisión de Antonio Arencibia, la Agrupación Local decide que tome las riendas de esta localidad.
Agradecido y ante la presencia de los miembros de la corporación local, vecinos, amigos, y la compañía también de sus dos hijos, su nieta, y su pareja, Luis Hipólito aprovechó para pedir que cuando algún día fallezca no le organicen la ceremonia que se rinde a los regidores de una ciudad. «Hay que terminando con algunos privilegios de los alcaldes, que somos unos ciudadanos más que nos dedicamos a trabajar en mi caso por Arucas», señaló. En este sentido, destacó que la historia de Arucas no la escribe un alcalde sino los cerca de 40.000 ciudadanos que la habitan, y cada uno en su ámbito, «los padres en su misión de educar, los comerciantes en sus negocios, los profesionales en sus despachos, y así los que se dedican a trabajar en temas sociales o participan en las asociaciones de vecinos, porque todos tienen su misión».
Con todo quiso tener el detalle de referirse a esos otros vecinos que les ha tocado ejercer de alcaldes del municipio como han sido José Henríquez Pitti, Francisco Ferrera, Juan Antonio Ferrera, Antonio Arencibia, Ángel Víctor Torres, José Mari Ponce, Juan Francisco Padrón, y Juan Jesús Facundo, el actual primer edil, también militante socialista, que casualmente procede de su mismo barrio de Bañaderos. Tras dejar la política, a la que augura momentos complicados por la pandemia, que precisa de mucha serenidad para resolver los problemas de los ciudadanos, este mandatario público volvió a su trabajo de docente y ahora dice que ya disfruta de la vida como jubilado.
Por su parte, Facundo aseguró que a pesar de que Luis Hipólito le pidió que fuera un acto sencillo sin una placa, al margen de su humildad, había que reconocer su trabajo, y el de los compañeros de la corporación que le acompañaron dedicándole esta calle que se encuentra cerca de la sede de la Asociación de Memoria Histórica.
Sobre la retirada de las calles franquistas comentó que el próximo miércoles se cambiará el nombre de la calle de Los Caídos que va a llevar el nombre de Juan Cardona, un empresario que desde su molino de gofio, en Santidad , dio de comer en las situaciones complejas de aquellos años a muchas familias». Este hombre era el abuelo de Juan José Cardona, exalcalde de Las Palmas de Gran Canaria por el Partido Popular.
Aparte de esta calle, el alcalde de Arucas dijo que quedan unas «poquitas» por retirar, y entre ellas se refirió a otra que se localiza en Bañaderos, que se dedicó en su día a otro alcalde franquista, Antonio González, que sólo ostentó el cargo unas 48 horas, y que van a cambiar para cumplir con la Memoria Democrática.
