El Pleno del Cabildo de Gran Canaria ha aprobado este viernes, tras un largo tira y afloja entre el gobierno y la oposición, que la Isla se ofrezca «desde ahora» como sede del Mundial del Fútbol del año 2030 si finalmente ese campeonato se celebra en España y Portugal, pero sin comprometerse a ninguna inversión hasta conocer los requisitos que se exigirán a las ciudades candidatas.
Aunque la moción del grupo Unidos por Gran Canaria estaba predestinada a ser rechazada, por tratarse de un futurible a ocho años vista y proceder de un grupo opositor, al final originó el principal debate la sesión y acabó siendo aprobada por unanimidad, aunque con cambios en su contenido después de que tuviera que intervenir el propio presidente de la corporación, Antonio Morales, para buscar un punto de encuentro entre la propuesta de José Miguel Bravo de Laguna, portavoz de UxGC, y la alternativa planteada por el consejero de Deportes, Norberto Francisco Castellano.
Un asunto menor, pues ni siquiera es seguro que España y Portugal organicen ese campeonato (también optan Marruecos y una candidatura conjunta de Uruguay-Argentina-Paraguay-Chile) generó una intensa discusión sobre lo que constaría ser sede y las obras que habría que realizar para aspirar a acoger algunos de los partidos de ese Mundial.
Bravo defendió que «hay moverse rápidamente» porque hay muchas ciudades españolas y portuguesas interesadas en organizar ese campeonato y recordó que fue así como se consiguió ser sede del Mundial de Baloncesto, para el que incluso hubo que construir el Pabellón Gran Canaria Arena, que costó unos 50 millones de euros.
El portavoz de UxGC apuntó que ya hay «otras islas» que se están proponiendo pese a que no disponen de un estadio con los requisitos exigidos y tendrían que edificar uno nuevo. Bravo sostuvo que la capital grancanaria ya dispone de una gran estadio y, por tanto, «debe mostrar su firmeza» y presentar ya su candidatura.
En respuesta, Castellano se mostró de acuerdo con el fondo de la moción, pero no con el texto de UxGC, por lo que ofreció una enmienda transaccional en la que se aceptaba ofrecerse como sede, pero tras recabar información a la Federación Española de Fútbol sobre las condiciones para optar.
El consejero de Deportes señaló que los estadios del Mundial deben tener capacidad para 40.000 espectadores y el de Gran Canaria solo tiene ahora un aforo de 33.000 personas. Además, habría que concluir las dos torres, resolver problemas en las salidas de emergencia y construir entre seis y doce campos de fútbol de césped natural para que entrenen los equipos.
Bravo rechazó esa propuesta y alegó que solicitar esa información «ya vendrá después», mientras que lo importante ahora es que «el Cabildo lidere con firmeza y convicción» esa apuesta. «Si no actuamos ya, nos pondremos en la cola y no llegaremos a la meta», apostilló, dando por hecho que el grupo de gobierno iba a votar en contra, como ocurre en la mayoría de las mociones de la oposición.
Finalmente intervino el presidente Morales para recordar que en las mociones no se pueden comprometer gastos que no estén ya incluidos en unos presupuestos. A su juicio, habría que saber con antelación cuánto costaría participar en la organización del Mundial. Al respecto, preguntó a Bravo qué hacer si piden una inversión de 500 millones. Tras un cruce de cifras y de propuestas, se acordó suprimir uno de los cuatro puntos de la moción, el que señalaba que el Cabildo «se compromete, en caso de ser designada sede la isla, a realizar las obras precisas para remodelar, modernizar y terminar las obras todavía incompletas en el actual Estadio de Gran Canaria y toda su zona anexa».
