Una parte de los vecinos de Mogán quiere paralizar el proyecto de la circunvalación del casco. La recién creada plataforma Salvar Mogán y el colectivo ecologista Ben Magec han presentado alegaciones al proyecto de construcción de esta carretera al considerar que tendrá un impacto negativo en el tejido económico del pueblo, al desviar a la mayoría de los vehículos que ahora pasan por casco; que no está suficientemente justificado que el volumen de tráfico que atraviesa actualmente el pueblo afecte al patrimonio arquitectónico; y que tendrá un elevado impacto medioambiental y sobre la destrucción del patrimonio etnográfico. La plataforma ha presentado 1.093 firmas contra este proyecto, que contempla una alternativa a la GC-200 a través de una vía de dos kilómetros y la construcción de dos viaductos para desviar la carretera del pueblo. Las plataformas han anunciado que se reunirán con el consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, para pedirle que se paralice el proyecto.
En una rueda de presa celebrada este jueves, los portavoces de ‘Salvar Mogán’ y de Ben Magec, Tenesor Sánchez y Noelia Sánchez, respectivamente, reclamaron al Gobierno de Canarias que se parelicen y retiren de inmediato los procesos administrativos para la aprobación y ejecución de la circunvalación y que como primera medida para eliminar los problemas de tráfico en el casco moganero se mejore la red vial ya existente en la zona. «Los ciudadanos nos manifestamos una y otra vez en contra de esta variante que no hemos pedido y de la cual no se nos ha consultado», señaló el portavoz de Salvar Mogán. Tenesor Sánchez sostuvo que los vecinos quieren «encontrar soluciones dentro del pueblo sentándose primero a hablar con los técnicos y los representantes públicos para decidir conjuntamente qué tipo de urbanismo se quiere para el casco».
El Ayuntamiento ha impulsado este proyecto porque, denunció hace años, el paso de vehículos de gran envergadura para las obras de la carretera de La Aldea estaba afectando a las estructuras de los edificios de las calles principales, llegando incluso a perjudicar a balcones y terrazas de establecimientos. Sin embargo, las dos plataformas sostienen que solo hay constsancia e una vivienda afectada. «La existencia de esta afección no justifica una obra de 6,5 millones de euros que va a afectar gravemente a flora,fauna y espacios protegidos», señalan.
Así, proponen la reordenación de las vías del casco, utilizando por ejemplo la calle Drago, que está en la zona alta del pueblo. Además, proponen la colocación de guardias muertos o semáforos de velocidad para limitar la velocidad de los vehículos y que así haya mayor seguridad en el pueblo. Explican además que la carretera de La Aldea encara sus últimas fases y ya no pasan tantos camiones, lo que obliga a replantear todo el proyecto. Los colectivos rechazan también que los tres minutos que va a ahorrar la circunvalación a la circulación no justifican «las consecuencias» de la obra sobre el territorio.
Paralelamente, denuncian que para proteger «un patrimonio arquitectónico del casco que no está catalogado se pongan en riesgo 17 inmuebles inventariados y 32 con valor etnográfico», como el Pozo de los Pasitos y un alpendre cercano.
Entre sus alegaciones, la plataforma señala que la vía afectará al alto valor paisajístico de la ladera contigua al barranco de Mogán, donde se proyecta la obra y destaca la presencia de poblaciones de tabaibal dulce grancanario y el cardonal, en el caso de la flora endémica, y de aves como la pardela cenicienta y el pedrel de Belwer, en el caso de la fauna.
Critican también esta obra porque el proyecto está incluido en las zonas de especial conservación ZECEl Nublo y ZECTauro, de la Red Natura; y hay dos espacios naturales protegidos, el PArque Rural del Nublo y el Monumento Natural de Tauro.
Para los colectivos, la construcción de esta circunvalación «no casa con los objetivos de la agenda 2030 de acercarnos a una política de mitigación del cambio climático donde la biodiversidadtiene un papel fundamental; seguimos consumiendo suelo y haciendo carreteras que van en contra de esas políticas».