La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Bartolomé de Tirajana

El hotel de Playa del Inglés que expulsó a sus empleados quiere hacer pasar tres semanas como vacaciones

Los trabajadores de Parque Paraíso siguen yendo a diario a su puesto aunque no pueden acceder - «No estamos de vacaciones, nadie nos ha comunicado nada»

Los trabajadores de los hoteles Parque Paraíso I y II, este miércoles una jornada más a las puertas del establecimiento en Playa del Inglés.

Los trabajadores de los hoteles Parque Paraíso I y II, en Playa del Inglés, que hace más de dos semanas fueron expulsados de sus puestos de trabajo sin conocer el motivo de esa decisión han constado este tiempo en situación de vacaciones. O al menos así lo pretende hacer pasar la compañía propietaria de los complejos. Después de más de una semana de espera por la documentación de la empresa, este miércoles la inspección de Trabajo comunicó a los empleados que durante este tiempo han constado en situación de vacaciones, según reveló Sergio de la Cruz, uno de los portavoces de los empleados afectados. Los trabajadores empiezan a manifestarse desde este jueves al domingo de 11.00 a 12.00 horas con tambores frente a las puertas del complejo. «Nos han comunicado que la empresa nos tiene de vacaciones, pero no podemos estar de vacaciones porque la compañía no nos ha comunicado nada ni verbalmente ni por escrito; así que eso es mentira», señaló a las puertas de uno de los complejos, donde el medio centenar de trabajadores acude a diario para trabajar porque siguen dados de alta en la Seguridad Social, aunque la empresa les prohíbe realizar sus funciones.

Los trabajadores de los hoteles Parque Paraíso I y II, este miércoles una jornada más a las puertas del establecimiento en Playa del Inglés. LP/DLP

Los trabajadores están fuera de los hoteles después de que el 28 de febrero la empresa subcontratada que llevaba la explotación de los mismos les diera de baja por, explican los empleados, discrepancias con la propietaria de los complejos, una empresaria de origen alemán. Cuando fueron dados de baja entraron nuevamente en alta con la compañía propietaria, pero cuatro días después, el 4 de marzo, ésta solicitó a la Seguridad Social la revocación de esas altas al considerar que se habían hecho de forma «ilegal» por parte de la subcontrata. Según refieren los trabajadores, la Seguridad Social todavía no ha aceptado esa solicitud, por lo que continúan dados de alta pero sin poder trabajar.

Los empleados preparan protestas desde hoy al domingo para que se aclare la situación

decoration

Durante la jornada de este miércoles, la inspección de Trabajo otorgó otros 15 días de plazo para que la compañía entregue toda la documentación requerida a efectos de elaborar un informe y aclarar la situación. Por ahora, los trabajadores dicen estar en un «limbo laboral» pues están dados de alta pero no trabajan y tampoco pueden arreglar el paro. Así, temen que no vayan a cobrar las nóminas de este mes de marzo.

Apoyo a los afectados

En un comunicado hecho público hace unos días, la empresa que hasta ahora tenía la explotación del hotel lamentó la situación de los trabajadores «creada por la acción unilateral de la compañía hotelera» y remarcó que «ninguno ha perdido su empleo». «Apoyamos a las personas afectadas en esta difícil situación», señaló, al tiempo que explicó que el proceso de traslado de los trabajadores a la propiedad «fue aceptado por los hoteleros a través de las autoridades sociales». En esta nota, que recoge la web alemana infos-grancanaria.com, la compañía sostiene que impedir la entrada a los empleados fue una decisión que «se produjo de forma arbitraria por parte de los propietarios del hotel». La empresa señala que ha iniciado un proceso judicial contra la empresaria alemana y aclara que «los problemas financieros no dieron lugar a la disputa». Por otro lado, este periódico continúa a la espera de que la propietaria de los complejos dé su versión de los hechos.

Mientras la situación se resuelve, los 50 empleados de estos dos hoteles siguen acudiendo a diario hasta sus puertas para justificar su presencia en supuesto de trabajo. Los días continúan pasando sin tener nada claro y sin conocer cuál ha sido el motivo real de su expulsión. Con una bombona de camping gas para hacer café, los empleados pasan todos los días de 07.00 a 14.30 horas a las puertas del complejo. Y las historias personales empiezan a ser más dramáticas a medida que se acerca el final de mes sin saber si van a cobrar sus salarios o no. El daño moral es palpable.

Hotel Parque Paraíso de Playa del Inglés. LP/DLP

Es el caso de Tamara, de 35 años. Después de ocho años como camarera del restaurante del hotel, ahora se ha visto en la calle y con un futuro incierto. «No tengo para comer, vivo de la ayuda de mis vecinas y del dinero que me envían mi suegra y mis padres de la Península», relata. Sin saber si va a cobrar o no, ha trasladado su situación a la propietaria del piso donde vive de alquiler y ésta le ha dicho que si no paga a final de mes le dará un mes para marcharse. «No sé a dónde, será debajo de un puente», cuenta entre lágrimas, «me da vergüenza contarlo, pero llevo un mes lavándome la cabeza con fairy». La joven denuncia que ha solicitado alimentos en una ONG pero se lo han negado porque está dada de alta y tiene una nómina, a pesar de que no sabe si la va a cobrar.

A Tamara la llamaron hace dos días para trabajar en una pastelería «pero no voy porque el hotel me tiene dada de alta y si me voy pierdo todo lo que me deben». «No me marcho hasta que me den el paro, porque los años que tengo cotizados no los voy a perder», manifiesta.

«No tengo para comer y si no pago el alquiler la dueña me da un mes para irme», relata Tamara

decoration

Otra de las trabajadoras afectadas, Toñi, de 36 años, no sabe cómo afrontar el alquiler a final de mes. «Hay días en que no hay para comer y me ayuda una amiga, así que no sea como voy a afrontar el alquiler, me da mucho vergüenza hablar con mi casera», relata también entre lágrimas minutos antes de fundirse en un abrazo con Tamara.

Todos los trabajadores siguen a la espera de conocer cuál será su futuro, y además lamentan que tenga que seguir desplazándose hasta el hotel costeando un depósito de combustible que ahora es más caro llenar. Si no se soluciona la situación, se manifestarán a partir de ahora con calderos. Este periódico continúa a la espera de que la propietaria de los complejos dé su versión de los hechos.

Compartir el artículo

stats