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S. B. de Tirajana

Los chiringuitos del Sur clausurados dos años a la espera de la concesión municipal

La licencia caducó en 2007 pero se mantenían abiertos | 25 trabajadores esperan a otro Erte

Una pareja de turistas pasea junto a uno de los kioscos de Playa del Inglés, cerrados hace más de dos años. | | ÁNGEL MEDINA

San Bartolomé de Tirajana los negocios turísticos han recuperado la actividad y la clientela, pero los chiringuitos de Maspalomas y Playa del Inglés no lo han notado. El 14 de marzo de 2020 los recién estrenados quioscos de estas playas tuvieron que echar el cierre por el confinamiento que se decretó por la pandemia, y desde entonces no han vuelto a abrir. Aunque los concesionarios de estos negocios pidieron al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana retomar la actividad el pasado año, esta solicitud fue denegada porque la concesión administrativa está vencida desde 2007, y hay que volver a sacarla a licitación pública.

Se preguntan los concesionarios de los chiringuitos que se gestionan en dos lotes: un empresario lleva los seis de Playa del Inglés y El Cochino, de los que cinco venden bebidas y otro se usa como taquilla, y otra sociedad gestiona los cuatro de Maspalomas, de los que tres ofrecen bebidas y otro funciona como taquilla, cómo es posible que en estos más de dos años de pandemia los responsables municipales no hayan tenido tiempo para resolver este trámite administrativo.

El edil responsable de Litoral en San Bartolomé de Tirajana, Samuel Henríquez, asegura que el pliego con las bases del concurso público para adjudicar los chiringuitos ya está redactado, y que sólo está pendiente de que los técnicos le den el visto bueno para sacar el servicio a concurso. Aunque todavía no hay fecha, según dijo ayer el edil, para sacar a licitación la concesión de los chiringuitos, la idea es que se oferten como hasta ahora en dos lotes: el de Playa del Ingles y El Cochino, y por otro el de Maspalomas. En cada caso además de los puestos de bebidas se hacen cargo de un kiosco que los turistas utilizan para cambiarse de ropa y dejar sus pertenencias en unas taquillas.

Pero entre tanto este proceso se resuelve hay unos 25 trabajadores que siguen viendo con incertidumbre su futuro laboral. Mientras la vuelta a la normalidad en los negocios hoteleros y hosteleros ha sacado de la situación de Erte a miles de trabajadores que tienen su empleo en el Sur grancanario, en su caso sus únicas esperanzas son que la autoridad laboral reconozca otro Erte, en este caso ya no por la pandemia, y que se cumpla el compromiso por parte del Ayuntamiento de que las empresas que se hagan con el negocio les mantengan en sus empleos.

Alexis León que gestiona los quioscos de Playa del Inglés y El Cochino señala que sus empleados, unos doce, llevan unos 25 meses en Erte porque afortunadamente para ellos se han podido hacer prórrogas «pero ya no vale el covid». Aunque reconoce que no ha sido una situación fácil para estas familias porque el ingreso que perciben es mucho más bajo que el salario, entiende que esta opción les daba «cierta tranquilidad» cuestión que ahora no tienen porque no saben si se pueden escapar con otro Erte, y tampoco saben cuando se va a resolver la adjudicación de estos negocios. «Si por lo menos se supiera que en un mes o dos se licita la concesión pues podrían ver su futuro de otra manera», insiste.

Preocupa también a León el estado en que se pueden encontrar los habitáculos por los que en su día se pagaron unos 536.000 euros, y que costeó el Consorcio para la Rehabilitación Turística de Maspalomas. Cuenta que se colocaron un mes de febrero y apenas los disfrutó un mes porque en marzo estaban ya cerrados. Teme que los motores de los grupos electrógenos se hayan podido averiar por estar tanto tiempo sin funcionar, y también el ventanal hidráulico. De la misma forma, critica que Costas sólo haya autorizado instalar los kioscos porque antes de que se renovaran contaban dos cuatro mesas y ocho sillas a cada lado para que el turista pudieran sentarse a tomar un refresco o una cerveza, y lo justifica porque se trata de una Reserva Natural, al tiempo que apunta que a su juicio en otras playas de Lanzarote y Fuerteventura no se aplica el mismo criterio.

A la vez Yaiza Rodríguez, responsable de la empresa que gestiona los kioscos de Maspalomas, califica de una «auténtica desidia» por parte del Ayuntamiento lo que ocurre con los kioscos. Se muestra muy preocupada por la situación de las 13 familias que esperan porque reabra. «Queremos mantener al personal y estamos gestionando otro Erte pero la idea es que se puedan subrogar a la empresa que se haga con la nueva concesión», incide. Para esta empresaria la situación derivada de este proceso municipal es complicada porque los empleados llevan percibiendo unos 900 euros, muchas son madres solteras, y esperaban que esto se resolviera. Al mismo tiempo como gerente del negocio se queja de tener que seguir pagando impuestos por una actividad que no puede ejercer a causa de un problema administrativo d el que es responsable el Ayuntamiento.

«Lo de los kioscos es un desastre se mire por donde se mire», añade. Sobre esto insiste en que si ya no se entiende como en dos años el Ayuntamiento no ha tenido tiempo para redactar el pliego de este concurso, menos aún se puede comprender que una corporación que dirige el primer municipio turístico de Canarias no vea que eso afecta también a la imagen de las playas de Maspalomas y El Inglés. «Hay cosas que tienen que tener prioridad y esta sin duda la debe tener», concluye esta empresaria que remarca que su prioridad es «no dejar a los trabajadores tirados»..

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