El Cabildo de Gran Canaria ha aprobado este miércoles su Estrategia de adaptación al cambio climático e impulso de la economía baja en carbono, con la que prevé invertir en acciones dirigidas a este fin 148 millones de euros hasta 2030.

Este plan, el primero de estas características que aprueba una institución del Archipiélago, según ha subrayado la corporación insular en un comunicado, establece líneas de actuación centradas en la naturaleza, las infraestructuras, la gobernanza y la tecnología para frenar los efectos del calentamiento global.

El Consejo de Gobierno insular ha refrendado esta iniciativa que, en palabras del presidente de la corporación, Antonio Morales, "supone un paso decisivo en las políticas climáticas del Cabildo y, al estar integrada en el proyecto Mac-Clima, supondrá también la transferencia de conocimientos y buenas prácticas al resto de socios, al tiempo que marca una hoja de ruta para mejorar la resiliencia climática de la isla".

"Nos sitúa a la vanguardia de Canarias en la adaptación al cambio climático y marca las pautas para transformar nuestra economía. Es cierto que la situación es grave, pero también es cierto que tiene solución, y que Gran Canaria tiene un plan", ha aseverado en un comunicado.

Con esta estrategia, la corporación grancanaria responde a los planteamientos del sexto informe elaborado por el panel internacional de expertos sobre el cambio climático, en el que se plantean cinco posibles escenarios de subida de temperaturas.

Los más graves auguran que Canarias podría volverse un lugar prácticamente inhabitable en 50 años debido a las sequías, la desertización, el riesgo máximo de incendios forestales, el aumento del nivel del mar y los cada vez más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos.

Ante esa perspectiva, la estrategia insular se ha diseñado con los objetivos de impulsar un modelo energético bajo en emisiones e inclusivo, incentivando la eficiencia energética y la integración de criterios bioclimáticos en la edificación; aumentar la resiliencia de la ciudadanía y de las infraestructuras frente a los eventos climáticos y sus consecuencias; y sensibilizar y formar a los grancanarios sobre el cambio climático.

Además, busca proteger el sector primario frente a las consecuencias provocadas por el calentamiento global, proponiendo prácticas agrícolas sostenibles que favorezcan la adaptación al cambio climático; incrementar la resiliencia del sector turístico, con acciones centradas en la economía verde y circular que reduzcan su impacto, y fomentar la innovación para adecuarse a ese cambio, con medidas en los campos de la investigación, la aplicación tecnológica y el emprendimiento innovador.

Otros objetivos son aumentar la resiliencia en relación con la gestión de las emergencias climáticas; adecuar la planificación territorial a las nuevas situaciones climáticas, incorporando criterios de adaptación; incrementar la eficiencia del sistema de desalación, depuración y distribución del agua; fomentar la conservación de la biodiversidad insular y mejorar la coordinación dentro del Cabildo y entre las distintas instituciones para hacer frente a la situación.

Y para lograrlo, el plan establece doce líneas estratégicas de acción enmarcadas en cuatro ámbitos. El primero de ellos se centra en la naturaleza y se basa en potenciar la biodiversidad marítima y terrestre, en una nueva gestión de los recursos hídricos y en el desarrollo de novedosas alternativas agrícolas. En estas actuaciones se estima invertir 39,5 millones de euros.

La segunda área es la relativa a las infraestructuras y proyecta la adecuación de estas y de los edificios y viviendas a las emergencias climáticas, además del fomento de la movilidad sostenible y el impulso e implementación del aprovechamiento de las energías renovables y de la economía circular y baja en carbono. Su coste aproximado se eleva a 88,620 millones de euros.

En el campo relacionado con la gobernanza las metas son optimizar la coordinación administrativa, con la creación de un órgano de coordinación interadministrativa y observatorio del cambio climático, fomentar el conocimiento de la ciudadanía, a través de información para la acción, y promocionar microproyectos locales. Los costes serían de 15,765 millones.

El último marco de acción es el tecnológico y formula actuaciones en los sistemas de monitoreo y prevención para conocer mejor las causas del cambio climático, su evolución, riesgos, impactos y oportunidades, para lo que se ha valorado un presupuesto de 4,05 millones euros.

Morales ha resaltado que hasta este momento, "y una vez constatado un peligro real e inminente para el progreso y el bienestar de la población de Gran Canaria", el gobierno que preside ha puesto en marcha distintas acciones, como la adhesión desde 2015 al Pacto de las Alcaldías de los 21 municipios y la elaboración de los planes de Acción para el Clima y la Energía Sostenible en todos ellos y la identificación de los riesgos y vulnerabilidades de la isla a través de un proyecto financiado por la Fundación Biodiversidad.

Igualmente, ha agregado, el Cabildo de Gran Canaria "ha sido pionero en la aplicación de subvenciones al autoconsumo, tanto en viviendas y micropymes como en sus propias instalaciones; dispone de una red pública de cargadores de vehículos eléctricos en todos los municipios; lidera el proyecto INTERREG 'Mac-Clima' para el desarrollo de políticas de adaptación al cambio climático e impulsa una comunidad energética industrial, con la ayuda del programa para la transición energética en islas NESOI".