El conocido relaciones públicas Alejandro Morales (El Príncipe de la Noche) falleció en la noche de ayer domingo, 15 de mayo, en la Clínica San Roque, en Las Palmas de Gran Canaria, donde permanecía ingresado. Tenía 71 años.

En 2016 le diagnosticaron Alzheimer y sus familiares decidieron ingresarlo en un centro de día de Santa Brígida para que recibiera cuidados profesionales.

Su cuerpo está siendo velado en el tanatorio de Santa Brígida. En la tarde de hoy lunes, a las 17.30 horas, se celebrará la misma en su memoria en la parroquia de Santa Brígida y a continuación su cuerpo será incinerado en San Miguel.

Alejandro "se movía como pez en el agua" entre la jet set, recordaba la periodista Marisol Ayala en un artículo publicado en 2016 en LA PROVINCIA/DLP.

La frase "vale más por lo que calla que por lo que cuenta" se hace realidad en Alejandro, el hombre que fue referente de la crónica social en Canarias y más tarde en Madrid, recordaba Ayala. Además de en Gran Canaria residió entre Lanzarote y Madrid, donde desarrolló la imagen de proyectos turísticos, recordó Ayala.

Eran frecuentes sus apariciones en programas de televisión de crónica social y muy recordadas las fiestas que organizaba con la presencia de numerosos rostros conocidos.

"Quien le abrió las puertas y le convirtió en personaje fue el diario LA PROVINCIA. En 1982 Alejando comenzó a publicar la página semanal, 'Cita de verano'" recordaba la periodista Marisol Ayala

"Quien le abrió las puertas y le convirtió en personaje fue el diario LA PROVINCIA. 1982. Alejando comenzó a publicar una página semanal, 'Cita de verano' se llamaba. En ella "Ale" contaba las fiestas de famosos, sus cordiales rupturas, sus proyectos, sus nuevos novios y novias, sus lujos y el mundo rosa con sus luces y sus sombras. La página la escribía desde Madrid o París, o en la misma redacción de LA PROVINCIA, donde era personaje habitual hasta llegar a convertirse en un fenómeno social. Sus textos tuvieron un seguimiento brutal. El lector devoraba cada párrafo, y nuestro Príncipe de la Noche o Moralisímo, que era otra de sus firmas, escribía con gracia y un poco de ingenuidad, alcanzando tal popularidad que allá dónde llegaba firmaba autógrafos, como si de un personaje más se tratara", escribió Ayala.