En la parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso, en Carrizal de Ingenio, este domingo era un día grande. Desde las once de la mañana cientos de vecinos y los familiares del que fuera sacerdote ingeniense Tomás Morales Morales se congregaron en la iglesia para acoger en una celebración religiosa la talla del beato, que tras ser bendecida en la catedral de Santa Ana , va a permanecer para siempre en este templo, que se encuentra a pocos metros de la casa donde nació en 1905. Ante la pequeña imagen, de 1,20 metros, elaborada en cedro en Ecuador, que se encontraba sobre un trono a los pies del altar en el mismo lugar en el que fue bautizado y cantó su primera misa en 1931, su hermana Antonia María, que ya tiene 95 años, mostraba su agradecimiento a todos los que se acercaron hasta allí para compartir este emotivo acto, y también a los que le acompañaron hasta la catedral de Sevilla donde tuvo lugar la beatificación hace una semana .

«Me siento acompañada, y también muy agradecida con todos los que han colaborado para que la imagen se pudiera hacer sin generar gastos a la Parroquia», aseguraba Antonia María, tras concluir la ceremonia religiosa, a la que acudió junto a su sobrina Antonia, y el marido de ésta, Francisco. Momentos antes, el templo se había fundido entre vítores y vivas al beato, y largos aplausos. Al homenaje su sumó la agrupación Guayadeque que le brindó una folía con la que cantaban: «Viva Fray Tomás, naciste en Carrizal y hoy estás en los altares», que fue interrumpida varias veces por los aplausos de los presentes.

En la homilía, el obispo auxiliar de la diócesis de Canarias, Cristóbal Déniz, señaló que el mensaje de Fray Tomás al que se le arrebató la vida en Almería por odio a la fe en 1936, cuando contaba 29 años, es que «cuando recibimos el mal hay que responder con perdón y no con revancha, para que el demonio no nos gobierne». Destacó el obispo como el ahora beato, hijo del labrador José Morales y Andrea Morales, se cría en el seno de una familia numerosa de nueve hermanos, de los que solo vive Antonia María, y se lanza a la aventura de dejar a los suyos para seguir la llamada de los dominicos después de conocer a fray Isidoro que estuvo de misiones por las islas y le anima a ingresar en la orden. Contaba con tan sólo doce años cuando se marcha a la escuela Apostólica de los Padres Dominicos en Almagro (Ciudad Real). Allí estudia cuatro años Humanidades, tres cursos de Filosofía, también Teología y se ordena sacerdote, hasta que se traslada a Almería en 1933, donde tres años después en medio de una contienda anticlerical se ve obligado a abandonar el convento, y tras ser detenido es asesinado de un disparo en la cabeza.

Fuera de la iglesia, en la plaza, también aguardaban algunos vecinos porque en el interior no cabía un alma más. Roque Ramírez, que conserva en su cartera una foto de cuando el beato se ordena sacerdote, con un texto manuscrito por su padre Agustín, aseguraba que fue vecino de la familia Morales Morales. «La casa de mis padres estaba al lado de los padres de Tomás, y recuerdo que su hermano Domingo fue el primer cartero del pueblo», apuntaba.

Procesión

Las campanas daban las doce del mediodía cuando la imagen de Fray Tomás salía en procesión seguida de la comitiva que presidía el obispo auxiliar de la diócesis, el párroco Santiago Quintana Díaz, y los sacerdotes Santiago Rodríguez, Jesús Vega; la hermana del beato Antonia María, su sobrina Antonia, a la que acompañaban todos los vecinos. Resultó llamativo como en el recorrido por la calle San José o la Avenida de la Hoya se hicieron varias paradas para que algunas vecinas con problemas de movilidad, que no pudieron acercarse a la ceremonia, tuvieran la oportunidad de ver de cerca la talla del fraile. En una de las ocasiones, la feligresa esperaba asomada a la ventana, y hasta se giró el trono a fin de que tuviera una mejor perspectiva, al tiempo que el párroco y el obispo se acercaron incluso a saludar. También se mostraba la estola de la primera misa del beato, bordada por las monjas catalinas de La Laguna, y que conserva enmarcada su hermana.

El momento más emotivo se produjo cuando el trono llegó a las puertas de la casa en la que vivió el ahora beato, y donde reside su hermana Antonia . allí, el pueblo de El Carrizal volvió a lanzar vivas y aplausos a la imagen de Fray Tomás, y felicitaban a su hermana, no en vano no ha dejado de moverse para que se produjera la beatificación, un proceso que ha alargado unos sesenta años, pues se inicia en 1962 en Almería, y se clausura en 1997.