El escritor y filólogo palmero Anelio Rodríguez Concepción se referirá a las 19.00 horas de hoy, en la tercera sesión del Campus de Etnografía y Folclore de la ULPGC que tiene lugar en Ingenio en el marco de la 27º edición del Festival Internacional de Folclore 'Muestra Solidaria de los Pueblos', de la afamada tradición palmera tabaquera y sus vínculos con América. Rodríguez Concepción, que articulará su conferencia alrededor del contenido de su volumen titulado 'La tradición insular del tabaco (mucho más que humo y ceniza)', ha dedicado muchos años a este estudio al que sigue sumando materiales historiográficos y testimonios orales, que define como "una maravillosa e inagotable fuente de conocimiento que fluye en el entorno inmediato".

Como avanza el escritor y filólogo "incidiré en el hecho de que las labores agrícolas y artesanas mantienen los patrones traídos del Caribe hace siglos, reivindicando de paso el valor etnográfico de esta tradición laboral sin olvidar sus relaciones con diversos campos socioculturales, como el del periodismo y el asociacionismo cívico en tiempos de abusos a los emigrantes canarios". El estudioso palmero confiesa que empezó a interesarse por el tema del tabaco en La Palma que se remonta al siglo XVII cuando cursaba la EGB.

"De niño, además de escarbar entre libros, revistas y periódicos, salí al campo y me acerqué a varios tabaqueros para hacer fotos en blanco y negro con una Kodak Instamatic y una Yashicaflex de mi padre. Un profesor inolvidable, Germán González, me pidió muy en serio que a lo largo de mi vida continuara tirando del hilito. Me ayudó a entender la importancia de los que había comenzado casi como un impulso de curiosidad primaria, asociada por fuerza al ambiente familiar (me crie en la tabaquería Gloria Palmera, de mi abuelo materno, Francisco Concepción, más conocido en La Palma como Pancho Gibrán). Años después, cuando estaba a punto de acabar la carrera de Filología, el gran José Pérez Vidal, uno de los hombres más sabios que he conocido, me animó a meterme de lleno en la aventura de la investigación, tanto en la filológica como en la etnográfica", explica.

El desarrollo económico del tabaco

Según Anelio Rodríguez la industria tabaquera de la isla ha contribuido históricamente a su progreso social y, en menor medida, económico. "Lo ha hecho, sin duda, en su progreso social. Hay ejemplos muy concretos de desarrollo en una doble vertiente, la educacional y la de conciencia obrerista, de extraordinaria influencia entre el siglo XIX y XX. En cuanto al progreso económico..., eso ya es harina de otro costal: por una serie de factores que no se pueden simplificar en dos líneas, la producción tabaquera nunca pudo llegar a convertirse en la gallina de los huevos de oro que todos buscaban para paliar los efectos de las sucesivas crisis endémicas que iban jalonando la historia del Archipiélago. Había condiciones para alcanzar un punto óptimo de rendimiento, pero por un lado faltó rigor y unidad empresarial y por otro pesaron demasiado las trabas políticas y burocráticas impuestas por esa "madrastra" felona que fue Tabacalera", añade el escritor.

Que la manufactura del tabaco artesanal se incluya en un campus de estudio y reflexión promovido por la universidad no le resulta nada inadecuado. "Está más que justificado. El tabaco vino de América junto a variadas formas musicales y literarias que hoy forman parte de nuestra identidad de pueblo hormigueante, inquieto, siempre con la mirada puesta en el horizonte. Vino con otros productos agrícolas fundamentales, como la papa, el tomate, el millo, etc. Vino, además, con un vocabulario específico que mantiene su vigencia entre campesinos y artesanos de La Palma. Vino con los emigrantes de vuelta. Vino de mil maneras posibles. Un ejemplo: el armazón de plata del altar del Santuario de las Nieves se sufragó con la venta de tabaco en rama donado por un benefactor palmero desde Cuba", expone.

Según el escritor "la ley anti-tabaco ha reducido las posibilidades de desarrollo de un sector ya de por sí limitado por todo tipo de contingencias históricas. Por otro lado, considero que el principal reto al que se enfrenta esta práctica artesanal sería el de potenciar la agricultura tabaquera. Ojo, en La Palma se sigue cultivando, aunque no en las cantidades deseadas, y ese esfuerzo, que estimo como una heroicidad, oscila mucho. Falta una regularidad productiva en los campos que aúpe con vigor todo lo demás para poner la industria a la altura de lo que su historia exige", concluye.