La creciente inquietud por el cambio climático y la perentoria necesidad de entrar en acción para mitigar sus efectos multiplica la sensibilidad por el medioambiente y la necesidad de combinar esfuerzos entre el sector público y el privado para, entre otras, reforestar Gran Canaria. El Hospital Perpetuo Socorro ejemplificaba ayer en Osorio esta colaboración, con sus 1.200 nuevos matos plantados en la zona de El Rayo.
El Cabildo de Gran Canaria, la Fundación Foresta, la Asociación para la Defensa del Árbol y el Paisaje y el Hospital Perpetuo Socorro escenificaron ayer en la finca de Osorio la colaboración entre las administraciones públicas, las entidades sin ánimo de lucro y las empresas para pintar de verde la isla de Gran Canaria, ejemplificada en el riego conjunto de un buen número de nuevos matos plantados en la zona de El Rayo, de unas 14 hectáreas, situada en el norte de la finca insular, y adquirida para el patrimonio público en el año 2015
Desde entonces hasta ahora allí se ha reforestado con 13.000 árboles de especies de laurisilva con la estrecha colaboración de Foresta, a lo que se añaden otros 1.200 por iniciativa del Hospital Perpetuo Socorro, dentro de una campaña denominada Cuidando tu piel, cuidas nuestra cumbre.
La directora comercial de firma, Eva Molina, explicaba ante el presidente de la corporación insular, Antonio Morales; de Foresta, Claudio Alonso; y de Adapa, Rafael Molina Petit, la mecánica de su colaboración, en la que por cada paciente atendido con los nuevos equipos láser de HPS realizados por su Unidad de Dermatología y Dermoestética, se ha plantado un árbol con la colaboración de Adapa y Foresta.
«Avanzamos hacia un deterioro que se puede hacer irreversible», advierte Antonio Morales
Entre unos mato de acebiño y palo blanco, Molina vinculaba la salud del planeta con la salud y calidad de vida humana, en el que el empeoramiento de las condiciones medioambientales también repercute en órganos como la propia piel. Las huellas que en ella dejan, «tratadas con tecnología avanzada, pueden resolverse de la misma forma que una intervención forestal como la de esta campaña puede contribuir a paliar los efectos de un incendio terrible, dejando así una huella positiva».
Por su parte, Morales hacía hincapié al finalizar su intervención, del cómo la cadena de catástrofes que asolan a España y a Europa este verano, con su sucesión de gravísimos incendios forestales y récords de temperaturas nunca vistos, como los que está sufriendo Reino Unido estos días, son el entrante de los que «los expertos llevan décadas advirtiendo», resaltando que «avanzamos hacia un proceso de deterioro medioambiental que se puede hacer irreversible, si no le ponemos remedio».
En este contexto enmarcaba la presentación, ayer en la finca insular, del trabajo conjunto de las cuatro entidades, «con la que demostramos que es posible plantar, mimar y cuidar cada planta para que se convierta en un árbol. Ese es el mensaje que debemos mandar a la sociedad, y por lo tanto, sigamos en esta línea».
Claudio Alonso también se felicitaba por esa coordinación entre el sector público y el privado, pero sin olvidar que todo lo plantado requiere de una supervisión durante sus primeros años de su vida y una atención para no tirar por la borda el esfuerzo realizado. «Aquí no se trata de meter una mata en el agujero y olvidarse», señaló observando un entorno en al que a esas horas del mediodía se iba caldeando a 31 grados centígrados: «se trata de reforestar y de que esos árboles crezcan para que fijen el CO2, guarden la humedad del suelo y para potenciar la diversificación", remarcó, para concluir que el Cabildo, especialmente en los últimos años, "es el que más ha colaborado con Foresta, que en sus 22 años de vida ya ha plantado 10.000 árboles en la isla y medio millón en unas 700 hectáreas de todo el Archipiélago».
La empresa sanitaria planta un ejemplar por cada paciente tratado en su Unidad de Dermatología
En ello coincidió con Molina Petit, quién recordó que en los años 50 sel siglo pasado fue cuando se tomó una conciencia ambiental, y la decisión de abordar la desertización del 80 por ciento de Gran Canaria, y que ahora, según considera, «se está viviendo un momento parecido», al que se suma la intervención ya no solo de las administraciones públicas sino de la sociedad civil en su conjunto.
