Los apartamentos Tamanaco de Puerto Rico, en el municipio de Mogán, cambiarán de imagen. La empresa familiar Trujillo Castellanos está invirtiendo 2,5 millones de euros para llevar a cabo una reforma integral del establecimiento que abarca las 48 habitaciones del complejo, la piscina, la recepción y resto de zonas comunes. Se trata de la primera obra de gran envergadura que la compañía realiza en este establecimiento turístico desde que adquiriese el inmueble en el año 2000, según explica Gloria Trujillo Castellanos, portavoz de la promotora. Tras finalizar los trabajos, cuando reabra al público lo hará bajo el nombre de Doña Elvira, en honor a la abuela de la familia.
La compañía está acometiendo una reforma total en las 48 estancias del complejo turístico para renovar por completo las cocinas, los baños y sustituir también todo el mobiliario de los dormitorios. Además, se modernizarán también las terrazas eliminando el muro de los balcones para colocar unas nuevas cristaleras, lo que permitirá dar mayor amplitud a la terraza y mejorar las vistas de todo el complejo hacia el valle de Puerto Rico. El complejo se ha abierto ahora todo lo posible hacia el exterior para obtener la mayor cantidad de luz natural posible.
En el caso de las zonas comunes, los trabajos contemplan la intervención en la piscina, ubicada en la primera planta. Ésta se trasladará de lugar hacia el borde de la fachada para convertirla en una piscina tipo infinity que además crecerá en extensión. Al cambiar su ubicación actual, el espacio destinado al solarium también incrementará su tamaño, lo que posibilita la colocación de más hamacas y sombrillas. También se renueva el bar-piscina.
En el caso de la recepción, que se encuentra en la primera planta, se ampliará y se instalará una vidriera en la comunicación de este espacio con el área de la piscina.
La piscina cambia de lugar y se coloca en el borde de la fachada para que sea tipo infinity
Tras la reforma, la empresa Trujillo Castellanos también apuesta por la implementación de las energías renovables para reducir el consumo de energía en el edificio, por lo que colocará una planta de energía fotovoltaica en distintas cubiertas del inmueble, espacios que se encuentran a distinta altura debido a la pendiente del terreno donde se asienta. Las zonas ajardinadas , por su parte, se han acomodado a las rocas naturales que forman los límites del establecimiento turístico.
Una inversión mayor
El ya renombrado Doña Elvira está cerrado al público desde que entró en vigor el estado de alarma en marzo de 2020 y posteriormente la compañía decidió alquilar el complejo a una ONG para alojar a migrantes durante la crisis en la llegada de cayucos y pateras que se registró aquel año. Sin embargo, «aunque la reforma estaba prevista, hemos tenido que realizar una inversión mayor debido al estado de destrozo en que nos dejaron el complejo», señala la portavoz de la empresa.
A esta intervención, que arrancó el pasado mes de mayo y se prevé que concluya durante el mes de agosto, la compañía suma la reciente modernización del complejo turístico Rocamar, ubicado en las inmediaciones del Doña Elvira, en la que invirtió 1,5 millones de euros para ampliar la piscina, mejorar las zonas comunes y reformar los 54 apartamentos.
Por delante, la empresa tiene pensado llevar a cabo una mejora de los apartamentos Dorotea y Don Diego de Playa del Inglés. «Nuestro objetivo es mejorar y renovarnos para ofrecer calidad», destaca Gloria Trujillo Castellanos.
La empresa fue fundada por Alberto Trujillo Castellanos, un comerciante con África que decidió invertir en turismo, lo que ha llevado a que la empresa tenga hoy cinco complejos en explotación, incluido el hotel Doña Luisa de Las Palmas de Gran Canaria.
