Por decisión unánime de la corporación terorense en sesión celebrada el 4 de agosto de 1972, hace medio siglo, Néstor Álamo fue nombrado cronista oficial de la villa. El nombramiento fue acogido con agrado por el pueblo, dado que a Néstor y a su creatividad imparable se debían muchos referentes del Teror de entonces; tanto en lo musical, como en lo histórico o lo patrimonial.

Unos días antes, en su Villa natal de Santa María de Guía se abría otra obra debida a su ingenio y dirección. El 22 de mayo de 1972, monseñor Bueno Monreal procedía a la inauguración oficial del Camarín de la Virgen de Guía; “obra realizada por el joven tallista Juan Serrano, Juana López y Pedro Candelaria…Bueno Monreal estampó la primera firma en el Libro de Oro del Camarín”

Lo cierto es que la mayor parte de los artículos, investigaciones, canciones de Néstor ya estaban hechas cuando se procedió a la designación; por lo que la misma se entendió siempre más como un reconocimiento que como un nombramiento. Néstor Álamo, además en los años siguientes apareció más como “Cronista de Gran Canaria”, incluso cuando escribía de la Villa.

LA ROMERÍA DEL PINO

El 1 de febrero de 1952, Matías Vega proponía como Presidente del Cabildo una moción que fue aprobada por unanimidad del Pleno, “proponiendo que el Cabildo asuma la protección y fomento de las fiestas patronales de Ntra. Sra. del Pino como las más representativas de las que se celebran en Gran Canaria y que al efecto se cree un Patronato presidido por el Sr. Alcalde de Teror y que estará integrado por un Concejal de aquel Ayuntamiento, un representante del Cabildo Insular y un elemento conocedor de las distintas modalidades populares de la Isla e invitando al Rvdo. Sr. Cura Párroco de Teror, a que forme parte de dicho Patronato”.

A partir de aquel momento, el Cabildo asumió las Fiestas del Pino como propias y se organizó la primera Romería-Ofrenda a Nuestra Señora del Pino; concretándola en un acto que simbolizara el homenaje de la Isla a su Patrona y, a la vez, una ofrenda de agradecimiento por los bienes recibidos durante el año transcurrido. Todo se vio concretado por el trabajo de investigación que Matías Vega encargó a Néstor Álamo. Éste contempló, analizó, otras expresiones parecidas en la isla de Tenerife y recreó con su desbordante imaginación lo que debía ser -excepción hecha de la procesión de la Santa Imagen - el principal acto de las fiestas de Teror. Y así, el 7 de septiembre de 1952, se celebró la primera Romería Ofrenda de las Fiestas del Pino. Unos días antes, Néstor Álamo había ideado un acto musical la noche del viernes 5 de septiembre de 1952 para dar inicio a aquellas fiestas que iban a ser relevantes por muchos motivos. Lo mejor vino al final del acto, cuando un coro de muchachos y muchachas terorenses, elegidos por el propio Néstor que veraneaba en la casa de los Manrique de Lata, la actual Casa-Museo de los Patronos de la Virgen y que habían ensayado en los locales de la Falange en Teror, con la intervención como dúo solista de Carmina Estévez Quintana y José Luis Vallejo Cabrera, cantaron, como destacó la crónica , “con acendrado acento de la medianía a las cumbres”, el estreno de “Ay, Teror, que lindo eres”, la primera de las tres canciones que en la década de los cincuenta Néstor Álamo dedicó a la Villa y que con los años ha venido en convertirse en el himno del pueblo; y que se repetiría nuevamente la tarde de la romería.

CANCIONES

A este estreno del “Ay, Teror, que lindo eres” de hace siete décadas; seguiría al año siguiente “Pal Pino”. El 4 de abril de 1953, un sábado de Gloria, el Gabinete Literario celebraba el Festival de Canciones de Gran Canaria. Mary Sánchez concluyó el programa cantando su estreno, que fue “frenéticamente aplaudido”. Extrañamente, el estreno en la Villa no se hizo esperar esta vez hasta las Fiestas del Pino. El domingo 26 de abril, dentro del Programa de Actos de las fiestas de San José de aquel año, en el Pabellón Victoria y en funciones de tarde y noche, Mary Sánchez cantaba otra vez esta nueva parranda que Néstor Álamo había creado para los festejos septembrinos. Pero seis meses más tarde, en el Festival de Arte del 5 de septiembre de 1953, tras la intervención del conjunto de Pulso y Púa del Real Victoria y los cantantes Pilar Alonso y Chano Gonzalo, un nuevo rancho estrenaba…¡por tercera vez!..“P’al Pino”.

En 1954 vino nuevamente con Mary Sánchez el “Caminito de Teror”. La prensa, el 31 de agosto de ese mismo año, ya lo anunciaba con entusiastas alabanzas. “El Pino tendrá este año su nueva canción. Más lirica. Infinitamente más, de mayores calidades melódicas y a más de todo esto, muy popular, que viene a continuar la línea de canciones exaltadoras de la devoción del pueblo a la Excelsa Patrona de Canarias; su título, "Caminito de Teror", es ya presagio de lo que tanto letra como música encierran y expresan”

El Pregón que pronunció para las Fiestas de 1955, cuando Teror celebraba el Cincuentenario de la Coronación de la Virgen, fue el culmen de todo este proceso de íntima relación de Néstor y Teror; y el estreno de “Tiempo de Gran Canaria” con que quiso darle realce, el más exquisito broche para todos aquellos años.

ESCUDO DE TEROR

Néstor Álamo, presentó en 1954 un proyecto de escudo para uso oficial de la Villa, que sería aprobado en sesión extraordinaria del pleno municipal de 25 de junio. La propuesta sería aprobada por decreto ministerial de 25 de febrero de 1955; una vez tramitado el expediente en forma reglamentaria y emitido el preceptivo informe por la Real Academia de la Historia. Desde entonces hasta la actualidad se han realizado diversas eliminaciones y modificaciones de elementos añadidos posteriormente al inicial proyecto, pero su autoría inicial a él se debe.

PLAZA TERESA DE BOLÍVAR

El solar donde se ubica la Plaza Teresa de Bolívar había sido adquirido por el Ayuntamiento a propuesta del concejal Carlos Acosta Lantigua en pleno celebrado el 10 de diciembre de 1952, con la intención de convertirlo en un parque público “que serviría de solaz a propios y extraños”.

En el lugar se encontraba la huerta y jardín propiedad de Luisa y Elvira del Castillo y el garaje de Vicente León Rodríguez, destacado personaje de la historia local de Teror, natural de Valleseco, secretario del Ayuntamiento durante 34 años y abuelo del que, años más tarde, sería elegido alcalde de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, José Vicente León. También fue almacén del cercano comercio de los Hernández.

Néstor, cuando ya la obra estaba a punto de concluirse elevó propuesta a la corporación terorense para que la pequeña plaza llevase el nombre de la mujer del Libertador de América; ya que Teresa Rodríguez del Toro tenía en la Villa, ascendencia familiar y tronco de su apellido

En 1959 ya estaba terminada. La obra fue realizada por el Cabildo Insular, supervisada en lo técnico por el aparejador de dicha corporación, Tomás Campos Doreste, y en lo artístico por el pintor Santiago Santana.

Según Néstor, Gran Canaria, a través de esta obra, Teror se hizo “presente en la vida -y acaso en la obra- de una de las más grandes figuras de la historia. Es éste un matiz glorioso, que sitúa con rango a la villa aquella, no sólo dentro de España sino de todo el mundo de habla española; saber que del cuenco de montañas en cuyo centro el Pino y Teror se asientan, surgió esa raíz vital que había de enlazarle de forma romántica, eterna, con ese genio de la raza que fue Bolívar. Todo esto es algo que va más allá de lo vulgar y rutinario; se trata de un conjunto de circunstancias que, al realzar el prestigio y la historia de Teror, realza a la vez el prestigio de todo nuestro archipiélago. Al estimarlo así, el ayuntamiento de aquella villa ha acordado exaltar uno de sus rincones más bellamente recatados con el nombre de aquella dama ilustre: Teresa de Bolívar”

CASA MUSEO DE LOS PATRONOS

Desde fines de la década de los sesenta y sobre todo a inicios de los setenta, la familia Manrique de Lara adecuó su casona ubicada en la Plaza del Pino para situar en la misma, la sede de la Casa-Museo de los Patronos de la Virgen. Néstor Álamo, amigo y asesor de la familia, apoyó y ayudó en dicho proyecto y su realización, y tuvo siempre en la edificación su casa terorense.

La Fundación que años después se creara para dar consolidación al proyecto inicial es una más de todas estas realidades actuales de la Villa, que tuvieron en Néstor Álamo su defensor y su permanente apoyo.

NESTÓR ÁLAMO Y EL ROBO DE LAS JOYAS DE LA VIRGEN DEL PINO

El 8 de septiembre de 1974, el obispo Infantes Florido daba -quizá sin pretenderlo- un terrible golpe a una de las manifestaciones más populares de la relación del pueblo canario con Nuestra Señora del Pino: el tesoro de joyas donadas desde siglos a la imagen por mil razones y sentimientos. Ese día se hacía pública la Instrucción Pastoral en las Fiestas de Nuestra Patrona. “Las Alhajas de la Virgen del Pino”. De todo lo que vino después hasta el robo de la mayor parte de las mismas en enero del año siguiente, ya se ha hablado y escrito mucho. Pero de lo que pensó, habló y escribió Néstor Álamo, nombrado Cronista Oficial dos años antes; no tanto.

El 28 de noviembre de 1974, Néstor publicaba un pequeño escrito que tituló “Riesgo y ventura ( ? ) de la Virgen en sus joyas”, que ampliaba al mes siguiente y en el que afirmaba que se había de tener mucho “cuidado con el puritanismo. El puritanismo, por ley, desemboca siempre en espacios de esterilidad…A los canarios nos ha parecido poco todo cuanto al Pino se ha entregado al navegar de su historia de casi cinco siglos. Para nosotros “el Pino” es la más alta simbología de la canariedad. Para todos cuantos amamos la isla y la sentimos, el Pino es éso: lo esencial del cielo y lo divino -dogmas aparte- en connubio con la tierra nuestra. Si Santa Teresa asentó que la Gracia también andaba entre los calderos no ve el autor de esté papel por qué un tristísimo pedazo de palo en más o menos estado de decadente entidad -lean “podredumbre”- no puede estar ungido por la Gracia, tocado por Dios y su mano, por un algo que existe, palpita y aletea pese a la torva calidad de hiena de que a veces el hombre se reviste…El pueblo, nuestro pueblo, el pueblo de Teror que es como paradigma del pueblo canario, ha sabido responder en la defensa. Puede que él, Teror -estoy seguro- habrá de continuar el ejercicio ese de "Pueblo de Dios", ejercicio hoy, para algunos, de tan pobre estima”

EL HOMENAJE A NÉSTOR ÁLAMO DE 1983

He de decir que siento un íntimo orgullo al afirmar que en ese homenaje celebrado por todo lo anterior y mucho más el 15 de octubre de 1983, fue cuando conocí a Néstor Álamo gracias a mi padre, que presidía el acto en su calidad de alcalde.

He escrito mucho sobre aquella noche y merece mucho más. Quizá cuando se cumplan los cuarenta, alguien lo haga. Si afirmo, y afirmé siempre, que el desbarajuste con que acabó no minusvaloró nada el aprecio y la estima que siempre tuve por Néstor y su obra. Y hasta por su mal carácter.

Aquella tarde-noche, todo Teror fue de Néstor. Tras la inicial inauguración de la recién culminada vía que partió la Finca de Sintes con su nombre; la colocación de la placa en la Plaza Teresa de Bolívar que rezaba “Esta Plaza de Teresa Bolívar fue creada por el cronista de la Villa del Pino Néstor Álamo. Teror con su gratitud”; la masiva asistencia de prensa, autoridades y pueblo; la actuación de la Agrupación Folklórica San Cristóbal, tomó la palabra Cayo Yánez, alcalde de Teror, para expresar que la adhesión al homenaje propuesto por la Tertulia Víctor Doreste era una mínima entrega “a cuenta de lo mucho que le debía”

Pero el hecho que hizo recordar por muchos meses el homenaje y que pretendía ser el regalo que Néstor hacía para realzar el acto, vino entonces. Néstor subió al escenario y mostró un cuadro de la Virgen con el famoso y desaparecido Manto de los Navíos. La expectación creada por sus propias palabras hizo que todos los informadores, fotógrafos, cámaras de televisión,…se acercaran y enfocaran; y he aquí, que Néstor -genio y figura- blandió su bastón y comenzó con él a dar estocazos a diestro y siniestro, sin acertar porque los focos lo deslumbraban. Afirmó rotundamente que “nadie negociaba con él y con la Virgen” y otros cuantos insultos que hicieron que todos los medios de comunicación abandonaran el acto en ese mismo momento. Aunque unos días más tarde intentó excusar su actitud, el presunto mal carácter de Néstor quedó como la única razón de aquel desplante. El alcalde Cayo Yánez lo defendió siempre, y nada más terminar todo, se acercó a mí y me susurró: “Él los avisó.

En el Néstor a partir de los setenta, desde sus palabras por lo inadecuado que le pareció el Mirador de San Matías hasta sus desplantes a Vicente Rivero cuando fue párroco de Teror, todo no fue otra cosa que la vehemente expresión de lo fácil que para él era hacer las cosas bien y cuanto empeño manifestaban muchos en hacerlas mal.

Néstor Álamo ya no entendió el mundo en sus últimos años de vida; ni que en su tierra los dirigentes no amasen Gran Canaria, Las Palmas o Teror como él los amaba. Porque él creía que sólo de ese amor nacía la entrega profunda al bien común.

Yo estoy totalmente de acuerdo con él.