Los bomberos de España ya cuentan con la primera Guía de Actuación en Vehículos Eléctricos e Híbridos para rescatar personas en accidentes de tráfico, un trabajo de recopilación e investigación del bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria Cristóbal Gómez al que se sumó su compañero de Almería Jorge Sañudo por la necesidad de contar con esta herramienta para adaptar su trabajo al nuevo parque móvil.

El Consorcio de Emergencias de Gran Canaria ya ha adquirido más de 200 ejemplares para distribuirlos entre sus bomberos, remitir unidades a la Asociación Nacional de Rescate en Accidentes de Tráfico (APRAT) y a los miembros de la Asociación de Consorcios y Servicios de Bomberos de España (CONBE), informó el presidente del ente, Pedro Justo Brito, quien elogió la iniciativa de estos profesionales toda vez que redundará en la seguridad ciudadana del país y de América Latina, donde también será distribuida por ser única y también en el resto del planeta a través de internet.

“Los coches eléctricos no son ni más ni menos peligrosos, sino distintos y hay que conocerlos”

Cristóbal Gómez - Bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria

Cristóbal Gómez tuvo esta iniciativa ante la situación de información dispersa e incompleta que encontró en este momento en el que los bomberos deben adaptarse a estos vehículos como ya hicieran ante la llegada del airbag y todos los avances de la automoción que afectaban al modo de abordar la excarcelación de personas, por lo que será la base de formación que el Consorcio impartirá a su personal, explicó el gerente, Emilio Duch.

“Los coches eléctricos no son ni más ni menos peligrosos, son distintos y hay que conocerlos para intervenir con seguridad”, además cada modelo es distinto, ya que la ubicación de componentes como la batería no está estandarizada, aclaró Gómez.

Fichas de rescate por normativa europea, disponibles en APP

Por este motivo, las fichas de rescate que los fabricantes deben emitir por normativa europea de cada modelo, sea convencional, eléctrico o híbrido, cobran aún mayor importancia. Son todo un croquis disponible en sus webs, si bien su existencia es bastante desconocida, explica Gómez.

La nueva guía explica que estas fichas indican las partes del vehículo, situación de la batería, sistemas de seguridad y desconexiones, y sobre todo que están recopiladas en las aplicaciones Eurorescue y Rescuecode, dos herramientas prácticamente imprescindibles porque son decenas y decenas, tantas como modelos hay en el mercado, así que lo idóneo es realizar el trabajo previo de conocer las principales.

Explicación del sistema de funcionamiento de un vehículo eléctrico. LP/DLP

A medida que trascienda el conocimiento de su existencia, ahonda el bombero, sería de gran ayuda tener una copia de la ficha en el parasol del coche e incluso facilitar marca y modelo al dar la alarma, lo que dependerá de muchos factores y no siempre será posible, pero permite a los bomberos recuperar la ficha de camino al accidente y llegar conociendo la información más necesaria para su actuación.

Descubrir si es convencional o eléctrico, lo primero

En cualquier caso, lo primero al llegar a un accidente es determinar si están ante un vehículo convencional, eléctrico o híbrido, algo no siempre tan obvio. Si tiene tubo de escape, es convencional, si se oye el motor, también. Si está en silencio, puede ser convencional apagado tras calarse o eléctrico en marcha, que no se cala. Es toda una serie de detalles a la que hay que habituarse porque marcan grandes diferencias, pues basta un en el acelerador del eléctrico para que comience a andar. En definitiva, insiste, hay que conocerlos.

Y es que los primeros eléctricos lucían grandes distintivos y leyendas, ahora todo ha quedado reducido a unas pocas letras tras la marca tipo “ID3” y poco más, sin embargo para abordarlo es necesario saber si es convencional, totalmente eléctrico o híbrido, sea enchufable o no.

El Consorcio adquiere más de 200 ejemplares para sus bomberos y la Asociación Nacional de Rescate en Accidentes de Tráfico

El abordaje inicial, explica, es siempre por precaución partir de la base de que es un vehículo eléctrico hasta que se demuestra lo contrario, momento en el mando anunciará a su equipo: “descarto nuevas tecnologías”.

Como siempre, primero realizará una rueda de 360 grados y se fijará en señales como la existencia de cableado naranja en la parte baja, en cuyo caso es eléctrico, que son todos automáticos, si tiene caja de cambio, puede ser convencional o híbrido, aunque si ya tiene acceso al interior, ya podrá fijarse en el cuadro de mandos.

La prioridad, desconectar la batería

Una vez confirmado que se trata de un coche eléctrico, la prioridad es neutralizar su alto voltaje, ya que alcanza hasta 800 voltios y aunque los fabricantes ponen todas las medidas para que no haya desviación del circuito a la carrocería, los bomberos siempre trabajan situados en el peor escenario, así que priorizan la necesidad de eliminar cualquier riesgo y lo hacen por etapas.

Lo primero en unos y otros es inmovilizar el vehículo y acto seguido, si es posible, quitar la llave, ello apaga el motor y activa los sistemas de bloqueo y seguridad, evita el calentamiento que se genera en los de combustión y supone un primer paso en la desconexión de la batería en los eléctricos.

Lo siguiente es buscar el desconectador del sistema de alto voltaje, una ventaja de los últimos modelos es que ya tienen tres puntos de desconexión situados en el portabultos, el habitáculo y el capó para elegir el más accesible según se trate de una colisión frontal, lateral o trasera.

“Las casas están muy involucradas y se van adaptando para facilitar el trabajo”, apunta Gómez, quien incluyó en la guía imágenes de modelos expuestos en la feria Movelec del Cabildo en Infecar, donde pudo buscar la ubicación de los desconectores.

Hay métodos como el empleado en Holanda, donde llevan la delantera tanto en su implantación como en la seguridad, en este caso con aparato “de fortuna”, es decir, ideado por el colectivo ante su necesidad. Tiene forma de cargador y actúa de inmovilizador y apagado, con lo cual el coche “se venga abajo”.

La guía también aborda la espectacularidad de los nada habituales incendios de su batería, que no genera explosión como los de combustión, ya que se producen por “embalamiento térmico”, es decir, comienza a recalentarse, avisa con un silbido, genera humo y comienza el incendio. Una vez que se produce es muy persistente. Alemania ya tiene su herramienta de “fortuna”: una lanza de penetración que clava en la batería para inyectar agua y bajar la temperatura de 550 a 90 grados en treinta segundos y extinguirlo con 2.000 litros en 17 minutos.

La publicación repasa finalmente dónde realizar los cortes sin afectar a las baterías ni cableado y dedica el último capítulo al procedimiento de rescate habitual con cada nuevo paso que ahora hay que introducir para adaptarse a la nueva era con seguridad para los bomberos y los pasajeros, que siempre son la prioridad absoluta.