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Teror

Los Gofiones, pregoneros del Pino

Cuando el grupo llegó por primera vez a la villa se convirtió en el paradigma al que seguir | La formación folclórica abre hoy la fiesta del Pino con «sobradas razones»

Imagen promocional de Los Gofiones. | | LP/DLP

Cuando los Gofiones aparecieron a fines de los años sesenta del pasado siglo XX, la villa de Teror se debatía entre los anhelos culturales de una parte del pueblo, lo que organizaba el Casino, y lo que se autorizaba por parte del ayuntamiento y la iglesia, circunscrito casi exclusivamente a los eventos relacionados con las distintas fiestas desde la Santa Cruz hasta el Pino.

Y digo que se debatía porque había muchas ganas de hacer, y en concreto en el mundo musical y folclórico, mucha juventud con afanes de recuperar, crear, regenerar y ofrecer lo que recuperaban, como el caso de Los Chicharrones, a los visitantes, siempre ávidos de la atractiva singularidad de lo canario.

Y llegaron Los Gofiones, y en Teror al igual que en otros muchos lugares, se convirtieron en el perfecto paradigma, en el ejemplo ideal del cauce a seguir.

A la villa vinieron por primera vez a las 10 de la noche del domingo 31 de agosto de 1969, dentro de la programación de las Fiestas del Agua con las que por entonces se iniciaban las Fiestas del Pino.

En La Alameda actuaron con un programa dividido en dos partes, en la que interpretaron la Isa, la Endecha Guanche y las Folías de Gran Canaria; el Sorondongo y las Seguidillas de Lanzarote; el Tajaraste de La Gomera; el Tanganillo de Tenerife; los Aires de Lima de La Palma; la Polca de Fuerteventura y el Baile del Vivo de la isla de El Hierro.

Una racimada de cantos isleños que querían, como expresaron, ofrendar a la patrona; ofrenda que hicieron visible cuando una representación de ellos acudió el día 16 de septiembre, al término de aquellas Fiestas del Pino, a la Subida de la Virgen del Pino a su camarín.

La basílica, aún en obras por entonces, pudo escuchar las palabras de monseñor Socorro refiriéndose a que las fiestas habían concluido, «felizmente y más concurrida que nunca, pues han venido cientos de miles de personas..., que estas fiestas sean preludio del próximo año en que celebraremos el estreno solemne; de la basílica renovada».

Monseñor Socorro hizo que todo el pueblo que presenciaba el acto de la Subida de la Virgen a su camarín, esperara unos momentos con la Imagen en la boca del camarín.

¿A qué? a que una representación de Los Gofiones llegara unos minutos más tarde con una simbólica ofrenda de flores para la Virgen.

Aquello significó mucho para la villa de Teror de fines de la década de los sesenta; por ello, tan sólo unos meses más tarde, la noche del 11 de julio de 1970 en las fiestas de San José de aquel año; en el patio del Colegio Diocesano tuvo lugar la primera actuación de Los Roneros, un exiguo grupo formado las semanas anteriores, pero que muy pronto se constituyó en el grupo referente de la cultura musical terorense, que seguiría los pasos de otros que como Candidito Ortega o José Santana estaban haciendo escuela y utilizando todos los recursos a su alcance, como la Banda de Música de la villa para hacer cultura.

El periplo de Los Roneros es conocido y he escrito sobre el mismo. La relación con Los Gofiones también fue fuerte; gracias a lo cual una de las piezas musicales más identitarias de Teror y sus fiestas -la Isa a Candidito- pasó de éstos a Los Gofiones.

Los aires musicales que el terorense Candidito Ortega custodiara y recuperara para el acervo cultural de toda Canarias pudieron seguir escuchándose, aún después de su ausencia, gracias a Los Gofiones

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El terorense Santiago Nuez, último director musical de Los Roneros, la llevó en su equipaje cuando pasó a Los Gofiones, y éstos la grabaron por primera vez hace cuarenta años, en 1982, en su disco 500 años de historia, aunque no les gustó como quedó –el tempo de la canción era muy lento–, por lo que la volvieron a grabar en el siguiente disco Volumen V, y ésa es la versión, un tanto variada con respecto al original que se ha difundido por el mundo entero.

Y así, los aires musicales que Candidito custodiara y recuperara para el acervo cultural de toda Canarias pudieron seguir escuchándose, aún después de su ausencia, gracias a Los Gofiones.

El último hito en estos primeros momentos de relación del grupo con la villa tuvo lugar la tarde del día 7 de septiembre del año 1972.

Hace medio siglo, Los Gofiones vinieron a la romería del Pino.

Aquel año la representación del Cabildo de Gran Canaria con una maqueta de una típica casa de La Isleta ubicada entre las calles Fragua, Erizo y Girasol terminaba las representaciones institucionales y municipales de la romería. Y tras el Cabildo, Los Gofiones pasaron ante la Virgen del Pino cerrando la romería ofrenda de hace medio siglo.

Todo esto y mucho más, es sobrada razón para que el grupo de Los Gofiones pregone las Fiestas del Pino del 2022.

Con ellos, la recuperación del camino a la tradición, las usanzas más definitorias de estos festejos, el sentimiento, la cultura, y el definitivo retorno al caminito de todo aquello que mejor nos define como pueblo está asegurado.

El resto lo pondremos en el día a día de las fiestas, las mujeres y hombres de Canarias; y con música de Los Gofiones, nada menos.

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