La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Barrios del Sureste, pasado y presente (III) | Los Corralillos

Lejos de su esplendor agrícola

Los Corralillos, en Agüimes, tiene su heredad de aguas y la comunidad de regantes | Sin embargo, la mayoría de sus 230 habitantes actuales trabaja también fuera

El roque de Aguayro y parte de Los Corralillos vistos desde La Era del Cardón. | | LP/DLP

«La época de esplendor de Los Corralillos ha sido aproximadamente entre los años 45 y 70 del pasado siglo. Había abundante agua. Estaba lleno de árboles, frutales y palmeras. Eran unas 50 familias, todas naturales del barrio, y todos vivían prácticamente de la agricultura. Aparte del tomate y de su empaquetado, también se plantaba algodón y tabaco, además de las papas, batatas, millo y calabazas, entre otros productos hortofrutícolas. Los placistas [los vendedores de las plazas, mercados, de Las Palmas de Gran Canaria, el de Vegueta y del Puerto, existentes en esa época] venían expresamente a Los Corralillos para llevarse la mercancía». Así habla sobre la etapa de bonanza del barrio Domingo Alemán Bordón, de 66 años, jubilado, quien siente devoción por el lugar donde se crió. «A pesar de vivir fuera desde niño, nunca he abandonado Los Corralillos y siempre he estado ligado al barrio», asegura.

Una vista general reciente de parte del barrio Los Corralillos, con el roque Aguayro a la derecha, y al fondo Cruce de Arinaga y el mar. | | DOMINGO MARTÍN

Respecto a la pérdida de esa bonanza, Domingo Alemán afirma que «lo provocó una serie de factores: a mediados de los 60 comenzó el abandono de la agricultura y el crecimiento de la construcción y el nacimiento del sector del turismo; muchos comenzaron a marcharse para buscar trabajos distintos a la agricultura; y a partir de los 70 se inició la reducción y posterior cierre de muchas empresas del tomate».

«Antes, en los 50, muchos vecinos se fueron a Almería para plantar y trabajar con los tomates. Hoy hay descendientes de ellos allí, con los apellidos Bordón, Alemán y Sánchez», agregó.

En relación al nombre de esta población de Agüimes, existen datos que señalan que en este valle, a la sombra del roque Aguayro, habitaban varias familias a principios del siglo XVII, que se dedicaban a la ganadería y tenían su corrales. De esa palabra derivó el diminutivo –illo y la zona pasó a denominarse así.

Lejos de su esplendor agrícola | LP/DLP / D. MARTÍN / M. Á. M.

Los Corralillos, alejado de la costa, en torno a unos ocho kilómetros, tiene al norte Lomo Caballo, al este el barrio de Piletas, al oeste El Alcaucil y al sur el roque Aguayro. Este lugar, rodeado de montañas y con barrancos en su interior, como el que tiene el mismo nombre, Los Corralillos, el de Las Palmitas y el de Las Vacas, siempre ha tenido un elemento fundamental: agua.

Este líquido ha determinado de forma muy particular su actividad económica y su historia. Antes era más abundante que ahora, en un lugar donde, en ocasiones, los termómetros superan los 40 grados centígrados.

Lejos de su esplendor agrícola

En el siglo XIX ya existía el charco de Caidero, en la parte alta, con una naciente y dos cuevas, y allí se hizo un estanque para acumular el agua que luego se utilizaba para regar, pero luego mermó. La Heredad de Aguas de Los Corralillos, que creó sus estatutos en la década de los años 30 del siglo pasado, optó por crear galerías para que corriera el agua. La galería del barranco de Las Vacas fue construida a principios de los años 50.

Respecto a esa galería, que continúa funcionando hoy en día, la curiosidad es que fue construida por una pequeña empresa que era de Pancho López, cuyos hijos constituyeron en 1972 la sociedad Hijos de Francisco López Sánchez (Lopesan), grupo que comenzó en la construcción y después continuó por los sectores turístico, industrial y agrícola. «Estos hermanos reciben aún unas horas de agua, al ser una parte del pago de la construcción de la infraestructura por parte del padre», comenta Domingo Alemán Bordón, quien es también presidente de la Comunidad de Regantes de Los Corralillos, creada en 2004 y que se suministra en gran parte de pozos de los hijos de José Monzón.

Lejos de su esplendor agrícola

Los Corralillos y la zona de los alrededores, en especial el roque Aguayro, estuvieron poblados antes de la conquista. En la cueva llamada la del Dinero, en el roque, se han descubierto enseres y herramientas prehispánicos, y algunos de ellos se encuentran en el Museo Canario, en Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria.

Hay otra característica peculiar que ha tenido Los Corralillos y es que durante el siglo XIX lo habitaban las familias de los de apellidos Alemán Bordón y Lorenzo.

En relación al número de habitantes, los residentes no pasaban del centenar hasta los años 50. En cambio, eran más de 300 a finales de los años 60. Y a partir de los 70 se inició la pérdida de población que provocó que en décadas posteriores no fuesen de nuevo más de cien. El número de habitantes creció con la llegada de familias de fuera en el siglo XXI. El barrio cerró 2021 con 234 habitantes, cinco menos que en 2020, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Emigrar

Domingo Alemán Bordón nació en Los Corralillos en 1955. Cuando contaba con unos cinco años, su padre compró la primera cocina de gas y una radio, enorme. «Antes se cocinaba con leña», apostilla. Más tarde, a sus nueve años, la familia se mudó a vivir al Cruce de Arinaga. «Allí no había agua, ni luz, y todas las calles eran de tierra. Mi padre compró un motor, como muchos vecinos, para tener luz, y mis hermanos y yo teníamos que ir lejos, al pozo, para cargar y llevar agua para beber», recuerda.

Domingo es el quinto hijo de los siete que tuvieron José Alemán Bordón, quien murió a los 90 años, y Primitiva Bordón Hernández, a los 77 años. Los otros hijos son: Dolores, José, Francisca, Lorenzo, Sofía y Primitiva Alemán Bordón. La primogénita tiene 73 años y la más joven, 61.

Los abuelos y abuelas de estos siete hermanos, que tuvieron sus tierras en Los Corralillos, nacieron a finales del siglo XIX en el barrio, salvo la abuela materna, Francisca Hernández Torres, que vino al mundo en Jinámar y se casó con Domingo Bordón Reyes. Los abuelos paternos, eran Blas Alemán Santana y Sofía Bordón López.

El padre de los siete hermanos, José Alemán Bordón, trabajaba en una finca de caña dulce que era de Juan Rodríguez, quien tenía pozos de agua que a mediados de los años 60 vendió a los hermanos Benítez, los cuales crearon la empresa embotelladora Aguas San Roque. José Alemán fue a trabajar a esa nueva compañía y lo hizo durante 44 años. Entre los gerentes que tuvo esta empresa figuró Juan Rodríguez Doreste (1904-1988), quien fue profesor mercantil, escritor, crítico de arte y alcalde de Las Palmas de Gran Canaria.

Domingo Alemán Bordón asistió, como sus hermanos, al colegio de Los Corralillos, que está cerrado y que es ahora sede de la asociación vecinal. Formó parte de la primera promoción del Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Joaquín Artiles, de Agüimes, que abrió sus puertas para el curso 1968-1969, convirtiéndose en el primer centro de secundaria al sur del municipio de Telde. Después del instituto, Alemán Bordón realizó distintos cursos y comenzó a trabajar en empresas hoteleras en asuntos administrativos y laborales. En 1996, abrió una asesoría laboral, contable y fiscal, junto a su esposa María del Pino Grimán del Rosario, en la que sigue trabajando ella, así como los hijos de ambos, Saulo y José Alemán Grimán.

Bodega

En 1989, compró una finca en Los Corralillos, aunque su intención no era ganarse la vida con la agricultura. En ella plantó las primeras vides hace más de veinte años, hasta crear la Bodega Viña Aguayro. Entre las uvas que tiene en la actualidad están la listán negro, tintilla y malvasía blanca. Además, ha plantado distintos y numerosos frutales y olivos.

Cocodrilos

Muchos relacionarán Los Corralillos con el Cocodrilo Park Gran Canaria, ya que se encuentra en el lugar, en la GC-104, justo antes de la entrada al barrio. En este parque se exhiben numerosos animales y se trata de un centro de divulgación. El recinto es el centro de recuperación para los ejemplares que han sido sustraídos, víctimas de tráfico o intervenidos, entre otros, por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

El Cocodrilo Park, que abre al público de viernes a domingo, es visitado por numerosos turistas e isleños, aunque muchos no pasan más allá del parque, y desconocen el barrio.

En el presente, Los Corralillos conserva la ermita y plaza de San Juan Bautista, además de un parque infantil y una cancha polideportiva. En esa misma calle San Juan, a un lateral de la ermita, tiene su sede la asociación socio-cultural Al pie del Aguayro y también se encuentra una vivienda vacacional. La otra casa de este tipo está en la vía principal, en la calle Murillo. «En Los Corralillos ya no quedan tiendas, y la última de aceite y vinagre fue la de Guillermito, que cerró en los años 90», lamenta Domingo Alemán.

En la actualidad queda en el barrio un ganadero vacuno, Francisco Bordón, y varios propietarios que tienen cochinos y cabras. «Respecto al futuro, poco puedo decir. Veo con tristeza lo que fue, próspero y con esplendor, y lo que es, un barrio dormitorio con más gente de fuera que nativos de él», concluye Alemán Bordón.

El barrio de Los Corralillos se ha transformado en muchos aspectos, entre ellos en su comunicación, sus carreteras y números de vehículos. En las imágenes, arriba, a la izquierda, el puente en el barranco de Las Vacas; y a la derecha, La Cortada, tras salir del cruce de Los Corralillos y con dirección a La Era, en el primer tercio del siglo XX; abajo, a la izquierda, la calle Murillo, la principal, la semana pasada; y a la derecha, Domingo Alemán Bordón, bodeguero y presidente de la comunidad de regantes. |

Compartir el artículo

stats