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Las presas de la Isla tienen reservas para un año completo de riego agrícola

Los embalses del Cabildo están al 17% | Soria se vacía para los trabajos del Salto de Chira

Estado actual de la presa de La Candelaria, situada en la localidad de Acusa, Artenara, con la antigua ermita a la vista por el descenso del nivel del agua. LP / DLP

Los embalses públicos de la isla de Gran Canaria tienen reservas para mantener los cultivos durante otro año completo, pero el Consejo Insular de Aguas evaluará una disminución de los caudales a las comunidades de regantes si no llueve este próximo otoño-invierno, según reveló ayer el director gerente de ese organismo del Cabildo, Carmelo Santana, quien subrayó que la sequía es preocupante, pero no peor que la de los veranos de la década precedente, antes de que la borrasca Filomena volviera a llenar algunas presas en enero de 2021.

Los siete embalses del Cabildo almacenan actualmente 1,84 millones de metros cúbicos, lo que supone el 17% de su capacidad total, mientras que la presa semipública de Soria tiene 113.000 metros cúbicos, apenas el 1% del volumen que podría acumular.

Según la última medición del Consejo Insular de Aguas, del pasado 31 de agosto, Chira está al 11%, Ayagaures al 24%, La Gambuesa al 22%, La Candelaria al 18%, Fataga al 1%, El Vaquero al 35% y El Mulato al 42%. El resto de las presas son privadas y tienen similares volúmenes de agua, todas por debajo de la mitad de su capacidad y algunas prácticamente vacías.

Durante el pasado mes de agosto se consumieron 179.954 metros cúbicos de agua para el riego agrícola, de los que 133.448 salieron de las presas del Cabildo, y 46.506 de Soria, que continúa así su vaciado para emprender las obras necesarias para su nuevo uso como depósito de la futura central hidroeléctrica de Salto de Chira.

«Las disponibilidades actuales de agua -explicó Santana- no se pueden comparar con las del verano pasado, pero sí están en una situación parecida a 2020, incluso un poco mejor». En efecto, hace justo dos años quedaban 1,72 millones de metros cúbicos en las presas, 1,60 millones en las del Cabildo (15%) y 116.848 metros en Soria (1%). Chira bajó ese verano hasta el 9% de su capacidad, Ayagaures al 1%, La Candelaria al 5% y El Vaquero al 8%. Fataga se vació por completo y solo la Gambuesa (47%) y El Mulato (55%) resistían la sequía.

«Tenemos reservas para poder afrontar el año y de momento estamos haciendo un seguimiento del consumo de años anteriores y de las dotaciones de agua a las comunidades de regantes», comentó Santana. En el caso de otro invierno seco, detalló, el Consejo «se planteará una reducción de esas dotaciones u otro tipo de medidas para garantizar el suministro de agua de riego en la zona de medianías cumbre».

El resto de las comarcas agrícolas de la isla tienen garantizado el suministro con agua regenerada. Desde la planta depuradora de Barranco Seco, en la capital, se bombea agua hasta los cultivos del sureste y del sur de la isla, hasta El Salobre. También se lleva agua desalada hasta el pueblo de Santa Lucía de Tirajana y se pretende hacerlo pronto Fataga, según adelantó hace unas semanas el consejero de Sector Primario, Miguel Hidalgo.

Aunque este pasado mes de agosto hubo un menor consumo en estas presas públicas, unas salidas de 179.954 metros cúbicos frente a los 216.065 de julio y 197.281 de junio, el consumo durante todo el año «es bastante estable» señaló el gerente, que atribuyó ese descenso a que quizás los propios agricultores redujeron su asignación porque habían gastado gran parte de su cuota y quieren reservar el resto para los meses venideros. Las ocho presas que se gestionan desde este organismo del Cabildo destinan toda el agua embalsada a la agricultura.

Respecto al vaciado de Soria, para aprovechar esta etapa de sequía e iniciar las obras, el gerente explicó que se va a trasladar el agua que le queda a otros embalses y depósitos del Cabildo, por lo que no se perderá nada.

«Tenemos una infraestructura hidráulica fantástica, el canal Trasvasur, que nos permite llevar el agua de unas presas a otras, y ahora es también una herramienta útil para combinar las obras del Salto de Chira con las disponibilidades de agua para los agricultores», resaltó.

El proyecto de esa obra en Soria establece unos niveles de agua a los que puede trabajar, pero si se llegara superar esa altura por fuertes lluvias -«que ojalá que sí», añade- ese excedente se derivaría hacia las demás presas del sur.

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