Los vecinos que viven en los barracones de El Matorral, en San Bartolomé de Tirajana, se despertaron en la madrugada del miércoles alarmados por el fuerte ruido que se estaba escuchando en el pueblo y por los gritos de una residente que alertaba a la comunidad. Pasaban las 03.30 horas de la mañana y se había originado un incendio en un solar anexo a este barrio en una ubicación muy próxima a los primeros contenedores habilitados como viviendas, con el consiguiente peligro para la seguridad de las personas. «Se empezaron a escuchar estampidos en una zona donde hay personas que acumulan chatarras para buscarse la vida, pero no sabemos cómo fue; al principio solo escuchamos a una vecina dando gritos diciéndonos que había fuego y cuando salimos a la calle nos dimos cuenta de que había un gran incendio», explicó este jueves una testigo residente en la zona, «aquello era impresionante y lamentable». Por ahora se desconocen las causas del fuego.

Lamentable, sostuvo la testigo, porque aquél incendio se desató junto a un barrio en el que viven desde hace 22 años 43 familias que llegaron allí por entonces con la promesa de que sería una situación provisional después de derribarse las cuarterías donde vivían y a la espera de ser trasladadas a una vivienda digna. «Llevamos años reclamando que nos saquen de aquí, y hasta que no ocurra una desgracia....», se queja.

El fuego se inició en un solar con una cuartería y acumulación de basura y maderas ubicado junto al barrio al lado de los barracones y de un colegio infantil, según fuentes del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, organismo que atendió esta emergencia dado que las unidades de bomberos del parque de Maspalomas estaban desplazadas para sofocar el incendio que se había originado durante esa tarde en el barrio de Aldea Blanca.

Y ese precisamente fue el miedo de los vecinos. «En ese descampado hacía mucho viento y si conforme sopla en dirección sur como ocurrió esa noche el viento sopla en dirección norte se habría llevado por delante las viviendas y habría afectado a las personas», añade la portavoz de los vecinos, quienes ha mostrado su preocupación por que esta situación vuelva a repetirse. Dada la cercanía del fuego a las casas, los bomberos mantuvieron la prioridad en esta actuación frente al incendio de Aldea Blanca para proteger a las personas.

En el barrio, dijo, se respira desde el miércoles una indignación generalizada entre los vecinos porque a pesar de conocer la situación que atraviesan las 43 familias, entre ellas muchas que perciben pocos ingresos económicos, «ningún representante público fue capaz de venir al día siguiente para ver si necesitábamos algo». «Nos sentimos abandonados; es muy triste y lamentable que todo un barrio haya pasado una noche en vilo pero nadie se haya preocupado por nosotros; es indignante ver cómo prefirieron ir a la romería ofrenda de El Pino que saber cómo estan las 43 familias», critica la portavoz vecinal.

«Los niños están asustados y aquí hay gente enferma; ya bastantes abandonados estamos para que encima ni nos pregunten cómo estamos, mejor sería que se acuerden ahora de nosotros y no cada cuatro años», concluyó. Los bomberos terminaron de sofocar el fuego a las 08.00 horas.