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Fiestas del Pino | Procesión sin restricciones

Pino ‘reenamora’ a los canarios

El casco de Teror recibe en su día grande a más visitantes que en años anteriores

a la pandemia | La Virgen fue bañada con 7.000 rosas durante la procesión

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Eucaristía y procesión: Fiestas del Pino 2022 Juan Carlos Castro

Reenamoramiento. Esa es la palabra que pudo definir ayer la celebración del Día del Pino, a la que asistieron miles de personas deseosas de disfrutar por fin de una fiesta sin restricciones. Tantas eran las ganas de jolgorio, que la asistencia llegó a superar la registrada en años anteriores a la pandemia. La procesión, el evento más esperado por los feligreses, fue visionada así por más de 30.000 personas y la Virgen fue bañada (como era costumbre antes de la pandemia) por los pétalos de más de 7.000 rosas lanzadas desde los balcones.

«Se nota que la gente necesitaba una fiesta en condiciones», expresó con alegría Inma Suárez, vecina de la capital que aprovechó el festivo para reunirse con su familia en la villa mariana. «Yo jamás había aguantado las masificaciones, pero después de todo lo que hemos pasado necesitaba por fin ver multitudes en las calles», agregó convencida.

De hecho, la emoción por regocijarse de la ansiada normalidad supuso que a la mayoría de asistentes no les importase esperar hasta media hora para poder comprar productos tradicionales como los bocadillos de chorizo de Teror, bollitos de nata y trucha elaborados por las monjas del monasterio del Císter o los zumos de caña dulce y guarapo. «Habré hecho en total más de una hora de esperas entre una cosa y otra», aseveró Suárez, pero sin muestras de malestar en su rostro. «Sinceramente no me importa porque lo importante es que por fin se vea movimiento», espetó satisfecha.

Las filas fueron consideradas también una señal de mayor organización del evento. «En otras ocasiones se formaba una batiburrillo de gente alrededor de los puestos, pero este año se nota que está todo más controlado», opinaron algunos vecinos, que creían que la situación podía haberse derivado como secuela de las limitaciones y el control que se desarrollaron con ahínco estos dos últimos tres por la situación del coronavirus.

A lo largo de la mañana, los asistentes se agolpaban entre las atracciones y puestos de comida, ropa y souvenirs instalados con motivo de las fiestas mientras esperaban que concluyese la eucaristía principal, a la que solo tuvieron acceso un reducido grupo de personas que consiguieron entrada con antelación. «Aprovechamos este momento para retomar todas las costumbres que solíamos realizar en el Día del Pino», explican Francisco y Beatriz, un matrimonio que no visitaba el municipio durante sus fiestas desde hacía tres años. «Con la pandemia no podíamos vivirlo igual, pero este año no queríamos perdérnoslo», agregan. Como ejemplo, Claudia, su pequeña, tomaba uno de los helados artesanales que elabora la empresa El Canario.

Para mucha gente la celebración de este señalado día ha significado una excusa más para reunirse con sus familiares y amigos y recuperar las costumbres. «En nuestro caso hemos venido una quincena de familiares: el más pequeño apenas tiene los cuatro años, mientras que el mayor ya ha rebasado los 70», expresan Isidro y María del Camino, que partieron a pie caminito a Teror con el resto de parientes sobre las ocho de la mañana para evitar las calurosas horas del mediodía. «Ya nos hacía falta, porque estos últimos años paralizamos la tradición por la situación sanitaria», admiten.

Del mismo modo pensaban cientos de familias, pues desde las primeras horas del día pudieron apreciarse cientos de peregrinos subir por la curvilínea cuesta de la carretera de acceso al municipio terorense desde la capital. Caminando, en bicicleta o incluso en patines. La multitud sobrepasaba en número sin ninguna duda a la de la jornada anterior, en la que la subida de caminantes se efectuaba a cuenta gotas. Sin embargo, en esta ocasión los caminantes tuvieron que hacer el trayecto entre la basura que se tiró durante la tarde-noche del día anterior.

Desechos del camino

Botellas de alcohol, latas de cerveza y envases de plástico. La vía, que permaneció cerrada en la víspera del día grande hasta las dos de la madrugada, acumulaba por la mañana incluso carritos de la compra desechados en los laterales. La estampa, por el contrario, no continuó en el casco. Una cuadrilla de operarios municipales efectuaron una batida de limpieza a altas horas de la noche para garantizar una buena imagen.

Los cuerpos de seguridad instalaron durante las primeras horas del día vallas en la calle principal de acceso a la plaza, para limitar el recorrido por el que pasaría horas más tarde la talla de la Virgen del Pino. Tras la conclusión de la eucaristía, media hora más tarde de lo previsto, la virgen salió por fin del templo para ser acompañada en su recorrido por las calles aledañas por las autoridades religiosas, políticas y militares, así como por las mujeres de la asociación Nisamar y la banda de música de Teror.

«Este el acto que más nos ha gustado siempre porque es el más vistoso de todos, pero también porque es el momento que aprovechamos para hacer nuestras promesas», explicó Susana, madre de dos pequeños que «apenas saben lo que es una procesión, porque en estos años no hemos podido llevarlos», agrega apenada. Por este motivo no dudó en ataviarlos con sus vestimentas más elegantes, dignas para apreciar la imagen de la virgen.

Durante media hora se escucharon las ovaciones de los devotos, pero el momento más emocionante fue el lanzamiento de miles de pétalos de rosas desde los balcones de las viviendas de la calle principal. Según los datos aportados por el Ayuntamiento, fueron desmembradas más de 7.000 rosas por el equipo de voluntarios liderados por el florista terorense Quique Guerra, aunque de manera particular se arrojaron muchas más flores.

El recorrido, que tuvo una duración de poco más de una hora, concluyó pasadas las dos de la tarde con la llegada de la Virgen a la fachada de la Basílica al ritmo de ‘Sombra del nublo’. La entrada, que se ejecutó bajo la emoción de miles de feligreses que gritaban al unísono Viva la Virgen del Pino, no concluye de ningún modo las fiestas del municipio. Los devotos tendrán la oportunidad de volver a ver pasear la talla el próximo domingo, por la celebración del Día de las Marías. Además, la imagen continuará en exposición hasta el 18 de septiembre, cuando se llevará a cabo su subida otra vez a su camarín.

En la imagen principal, la calle Real de la Plaza de Teror recibe la imagen de la Virgen del Pino con una lluvia de pétalos de colores. Arriba de este texto, miles de visitantes paseando en el casco de Teror tras la procesión. A la izquierda, una feligresa hace una foto con su móvil de la talla. |

La madrugada festiva transcurre con calma

A pesar de las ganas de fiestas, el municipio de Teror vivió su festividad con tranquilidad. Los cuerpos de seguridad no registraron incidentes destacables durante la madrugada del Día del Pino, a pesar de las miles de personas que se acercaron hasta las inmediaciones de la Basílica de Teror para disfrutar de las fiestas. Según los datos que aportó el Centro Coordinador de Seguridad y Emergencia de la fiesta, en el puesto de mando avanzado, se registraron un total de 180 llamadas por la noche, principalmente de ciudadanos pidiendo información para recibir atención sanitaria por esguinces, intoxicaciones etílicas o malestar. El dispositivo de seguridad y emergencia estuvo conformado por uno 500 efectivos, aunque no se efectuaron actuaciones destacables. En concreto, los servicios policiales realizaron una treintena de intervenciones de seguridad y una quincena de vehículos fueron retirados de la vía pública. No fue necesario efectuar ningún traslado hospitalario de urgencia.

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