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El deterioro de Risco Caído obliga a una inversión de más de tres millones

El Cabildo planifica una intervención para evitar los desprendimientos sobre las cuevas y el arqueólogo descubridor Julio Cuenca alerta de una ruina inminente

Estado de ruina en el interior de una de las cuevas del poblado aborigen de Risco Caído LP/DLP

El entorno de Risco Caído necesita una primera inversión de más de tres millones de euros para garantizar la conservación del yacimiento arqueológico y continuar las investigaciones sobre las costumbres aborígenes. Esa es la previsión presupuestaria recogida en los planes elaborados por el Cabildo de Gran Canaria para frenar el deterioro de ese enclave, amenazado por los desprendimientos y con algunos espacios en estado de ruina. 

Las cuevas de Risco Caído, principal emblema de la declaración de la cumbre de Gran Canaria como Patrimonio Mundial de la Humanidad, permanecen cerradas y prácticamente en la misma situación que estaban el 7 de julio de 2019, el día que la Unesco tomó esa decisión. Poco antes de esa fecha ya se habían eliminado las visitas guiadas para contemplar la entrada de luz en el marcador astronómico que idearon los antiguos canarios. 

El Cabildo justifica la prohibición de acceder al poblado troglodita por el peligro de derrumbes desde la cornisa hasta la parte frontal de las cuevas. Esta misma semana mostró fotos de un reciente desprendimiento de piedras y sostuvo que eso «evidencia la necesidad» de impedir la entrada de personas a todo ese entorno.  

El gobierno insular respondió así a los que reclaman la reapertura de ese yacimiento aborigen a los investigadores y al público interesado en conocer los fenómenos solares que se producen en el interior de la cueva número 6. Entre ellos está el arqueólogo Julio Cuenca, descubridor y director científico del proyecto de Risco Caído que se llevó a la reunión de la Unesco en Bakú (Azerbaiyán). 

Cuenca asegura que esos desprendimientos son consecuencia del «abandono» que sufre el yacimiento desde hace más de tres años y denuncia que el deterioro se extiende al resto de las cuevas que forman ese poblado troglodita, situado cerca de la localidad de Barranco Hondo, en Artenara.

La Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria también ha criticado la actuación del Cabildo y considera que no se está aprovechando la declaración de Patrimonio Mundial para el desarrollo económico y social de la Cumbre. La polémica sobre la ubicación de la sede del organismo que gestionará las dos figuras de la Unesco o las denuncias sobre el deterioro del entorno del Roque Nublo por la falta de servicios a los visitantes son dos muestras de ese malestar de los colectivos ciudadanos de Artenara o Tejeda. 

El consejo de gobierno del Cabildo aprobó el pasado lunes dos documentos que, según anunció, pretenden resolver algunos de estos problemas. Se trata del Plan de Gestión Integral del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria 2022-2026, con una previsión presupuestaria de 33,7 millones de euros para esos cuatro años, y el  Plan de Investigación y Conservación del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas 2022-2026, con una estimación presupuestaria de 2,7 millones.

Necesidades

En referencia a la complicada situación del yacimiento de Risco Caído, el primero de esos dos planes reconoce la necesidad urgente de intervenir en su conservación e incluye previsiones presupuestarias por valor de 2,94 millones de euros en ese periodo de tiempo, la mayor parte del dinero repartido entre este año (705.000 euros) y 2023 (1.175.000 euros). En los siguientes años se reduce el gasto hasta concluir con 255.000 euros en 2026.   

Esa inversión de casi tres millones de euros recoge bajo el epígrafe Plan sobre el ámbito Risco Caído: Risco Caído, Barranco Hondo (Artevirgo), que a su vez se divide en cuatro actuaciones. La primera se denomina Proyecto de Adecuación, embellecimiento y puesta en valor del BIC Risco Caído y tiene un presupuesto de 1,51 millones de euros, de los que 500.000 euros corresponden este año y 925.000 a la anualidad de 2023.  

La segunda intervención, relacionada directamente con los desprendimientos, lleva el título de Asistencia técnica para estabilidad del macizo rocoso sobre el yacimiento de Risco Caído (cuevas 6 y 7) e intervención, con un gasto total de 815.000 euros y las principales inversiones en los años 2024 y 2025. 

Bajo el epígrafe Recuperación y mejora de varios conjuntos de Barranco Hondo, Solapón se recoge la tercera partida, de 330.000 euros, repartidos a partes casi iguales entre las cinco anualidades. Por último, se incluyen otros 295.000 euros para el Centro de Barranco Hondo.  

En otro apartado de ese Plan de Gestión Integral se encuentra otra previsión presupuestaria de 135.000 euros Prueba concepto para la documentación multiespectral de pinturas rupestres del conjunto Risco Caído. 

El documento aprobado por el gobierno insular el pasado lunes también analiza el Área de Relevante Interés Patrimonial (ARIP) de la zona declarada como Patrimonio de la Humanidad y señala que «se deberá actuar urgentemente sobre los conjuntos arqueológicos seleccionados para preservar los valores que contienen, y particularmente en Barranco Hondo y Risco Caído». 

Respecto a la conservación, el plan especifica que «desde el descubrimiento de las cuevas se han venido realizando actuaciones de mantenimiento y otras de urgencia, como las del yacimiento de Risco Caído, en la Cueva de los Candiles o en Cuevas del Rey, estas últimas obras consistentes en mantenimiento y reforzamiento de muros de paredes interiores y exteriores de las cuevas, colocación de contrafuerte, tratamiento de grietas y fisuras, trabajos de saneamiento de laderas, eliminando vegetación invasiva y desviando pequeñas escorrentías».

Además, se han instalado equipos para monitorizar el interior de las cuevas, para controlar la temperatura, humedad, microsismicidad y deformación del terreno. «A pesar de todas estas actuaciones», añade el documento, «se siguen realizando acciones de conservación y se van programando en la planificación todas las necesarias, especialmente aquellas que tienen que ver con los factores que inciden directamente en el deterioro de los yacimientos rupestres y sus manifestaciones, estableciendo las medidas paliativas, los estudios y análisis pertinentes, así como los sistemas de control oportunos, pues el mantenimiento dentro de la preservación es primordial». 

El segundo Plan, el de Investigación y Conservación, detalla  algunas de las futuras intervenciones en Risco Caído y su entorno. En concreto, cita los Estudios de cuevas sobre grabados de triángulos púbicos, con una consignación económica de 195.000 euros en los cinco años, e Investigaciones en el ámbito Barranco Hondo-Artevigo, con 155.000 euros.

Desprendimientos sobre la parte frontal de la cuevas 6 y 7 de Risco Caído. LP/DLP

El arqueólogo Julio Cuenca considera que los actuales responsables del Cabildo «son conscientes del deterioro que sufre Risco Caído, pero no han hecho nada». Sostiene que las actuaciones para los próximos cinco años «ya deberían estar ejecutadas en su mayor parte», pues figuraban en los primeros informes científicos de los años 2013 y 2014.

«Lo que se necesita es una intervención integral en Risco Caído y de forma prioritaria en la base del acantilado donde se encuentran las cuevas, no solo la 6 y 7, donde están el almogarén y el templo astronómico, sino en todo el conjunto, que está en estado de ruina inminente». 

Conservación

A su juicio, el deterioro del resto de las cuevas debilita la base del acantilado, por eso se planteó en su día la compra de todas ellas y se iniciaron, en su etapa como director de Risco Caído, los trabajos de conservación. «Dos personas del Cabildo lo pararon porque ellos no entendían que había que actuar más allá de las cuevas 6 y 7, pero están todas alineadas y si no se protegen tienen efecto dominó sobre las demás", añade. 

En 2013, según Cuenca, los informes de geólogos e ingenieros de minas ya propusieron intervenir en el frente del escarpe. «Se realizó una limpieza para quitar piedras sueltas y se eliminó vegetación para evitar que las raíces profundizaran, porque en el macizo rocoso no todo es de la misma composición geológica, hay estratos de arenas y tobas volcánicas, otras de arenas lacustres porque allí hubo un gran lago, y sobre todo eso lo que se llama conglomerado Roque Nublo, que es el material más pesado», explica.

Una vez saneada la cornisa, «el siguiente paso que proponían los expertos era empezar a sellar la pared utilizando un tratamiento a a base de resinas transpirables para ir sujetándola», recuerda Cuenca, quien detalla que ese sistema de impermeabilización evitaría que la humedad siga rebotando en pared y la debilite aún más. 

«Ninguna de esas cosas se ha hecho pese a estar propuestas por los geólogos desde 2013; se negaron y ahora lo que proyectan es un embellecimiento, que será un ajardinamiento delante de las cuevas 6 y 7, lo que es absolutamente ridículo porque hay que actuar en todo el conjunto las 18 o 19 cuevas», asegura el arqueólogo, que comenta que «de nada vale acondicionada una parte de la casa si el resto está en ruinas, incluidos los cimientos». 

Cuenca entiende que «lo más urgente», incluso antes de iniciar las excavaciones, es proteger y conservar Risco Caído y el resto de los complejos arqueológicos incluidos en Patrimonio de la Unesco, pues «hay que empezar la casa por los cimientos» y así lo establece también la Ley de Patrimonio Histórico de 2019. 

Por último, el descubridor de Risco Caído lanza una advertencia: «Si hay nuevos derrumbes y afectan al conducto por donde penetra la luz, lo que nosotros llamamos el sistema óptico, adiós cueva y adiós templo astronómico, porque ya no se producirá más el fenómeno de la entrada de luz». 

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