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Barrios del Sureste, pasado y presente (V) | El Toril

La próspera calle Triana de El Toril

El barrio de El Toril, por arriba de Carrizal, en la villa de Ingenio, se originó a partir del camino del Conde, para llegar a ser en el pasado una vía llena de vida comercial

Medio centenar de viviendas sociales, durante la construcción en los 70, en El Toril.

La calle principal del barrio de El Toril, por arriba de El Carrizal, está llena de historia. Esta vía se llamó Triana , estaba llena de negocios y profesionales, y tuvo su periodo más boyante entre 1950 y 1970, aunque con otra denominación. El barrio dependía del trabajo con el tomate. Ahora la calle se llama Juan Martel Alvarado y es poco de lo que fue, aunque se parece mucho con las viviendas que se conservan igual.

El Toril tuvo sus orígenes a partir de un pequeño grupo de casas junto a un camino que procedía de Telde y con dirección al sur, que luego pasaría a ser una calle. El núcleo poblacional creció en una zona agrícola en el lomo casi desnudo de la montaña, donde se vivía o se subsistía como se podía, rodeada de barrancos y con vistas a la costa y a la bahía de Gando. En el pasado y presente del barrio hay elementos determinantes: su ubicación; el agua, recurso fundamental; el molino de gofio y otros inmuebles; y su calle principal.

Respecto a la ubicación, El Toril tiene al norte su barrio de los Cuatro Palos, llamado oficialmente Lomo Cementerio, donde crece urbanísticamente el barrio desde el siglo pasado, y la avenida de los Artesanos con dirección al casco de Ingenio; al sur, se encuentran Carrizal y la parroquia de Nuestra Señora de Buen Suceso, que está a unos 200 metros aproximadamente de uno de los extremos de la calle principal de El Toril, que es paralela a la costa.

La tienda de comestibles de Juan Díaz, la primera que hubo en El Toril

Al oeste, están el barranco de Guayadeque y la zona agrícola La Alcantarilla; y al este, el barranco de los Aromeros, el campo de fútbol, donde disputa sus compromisos el club de fútbol unión Carrizal, y donde también se halla la Casa del Obispo, actual sede de la fundación Nanino Díaz Cutillas.

En relación al nombre del barrio, la tradición oral supone que deriva de la existencia de un abrevadero y la presencia de toros. No hay documento oficial o escrito que determine o aclare la procedencia de este topónimo.

El retraso de la entrega de las viviendas sociales en los años 70 provocó un encierro y protestas vecinales

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El agua es el otro gran elemento en la creación y vida en El Toril, al tiempo que no hay conocimiento desde cuándo existe este núcleo de casas en el lugar. La cercanía al barranco de Guayadeque y a sus nacientes de agua, administrada por la Heredad Principal y Mina de Carrizal, influyó en la aportación del líquido elemento a El Toril.

Roque Cabrera

Roque Cabrera La Provincia

Este núcleo poblacional contó con la existencia de abrevaderos y acequias, como de tornas (esto es, un obstáculo para regular la cantidad de agua). Aún está en pie la Torna Golosa, la cual regulaba el agua de la zona de Las Rosas, después de pasar el cauce del barranco. También tenía su papel la torna el Macho del Seminario, que conducía el agua a La Hoya y al resto del terreno de Carrizal según su corriente natural.

En El Toril se halla aún la acequia, soterrada y con algunos tramos en mal estado, que fue construida y diseñada, tras el proyecto de los hermanos León y Castillo, y que llevaba agua desde Guayadeque a El Lazareto, en la base de Gando, en el municipio de Telde.

Por otro lado, un inmueble que fue muy importante para la economía y la sociedad fue el molino de gofio, con su maquinaria artesanal y que era la frontera de la frontera del barranco de los Aromeros y ahora está en la avenida de los Artesanos. Para muchos, este molino es un auténtica joya artesanal del pasado siglo XX que se encuentra en estado de deterioro y con riesgo de derrumbe, como apuntaron algunos profesionales. El molino también fue para muchos una forma de subsistir gracias al gofio.

Las naves de empaquetado de tomates de Leonard Hamaton Pilcher, en El Toril, con la bahía de Gando al fondo

Un vial fundamental

La que fue calle principal y de dónde surgió el barrio comenzó siendo un camino, llamado el camino Real, como el del Conde, que desde Telde conducía al sur de la Isla, pasando por la Huerta del Obispo (o casa del Obispo) y que llegaba a Juan Grande. De ahí, su importancia comercial y de comunicación en toda la zona.

En 1915, la calle pasó a llamarse Triana esta vía de unos 250 metros de longitud aproximadamente, y en 1929 el Ayuntamiento colocó una lámpara de alumbrado público en el centro de la misma. Antes, en 1922, la corporación municipal alquiló una casa en esta vía para el maestro nacional y dos años más tarde surgió la Sociedad de El Toril. En la II República, los líderes obreros de Telde fundaron la Casa del Pueblo en esta calle, que fue pavimentada en 1937.

La procesión de la virgen del Carmen de los trabajadores de la empresa  de Moisés Rodríguez, exportadora de tomates, en los años 60 del pasado siglo XX, donde las empleadas portan la imagen y el trono

La procesión de la virgen del Carmen de los trabajadores de la empresa de Moisés Rodríguez, exportadora de tomates, en los años 60 del pasado siglo XX, donde las empleadas portan la imagen y el trono Marcos Álvarez Morice

Después, pasó a llamarse General Franco, siendo el primer asfaltado a principios de los años 60 con tres máquinas, aunque el trabajo de los operarios era manual.

Hoy en día es la calle Juan Martel Alvarado, quien fue el párroco de Buen Suceso y nombrado alcalde de Ingenio en 1931 durante la II República, siendo el regidor que menos tiempo ha estado en el cargo, ya que fueron nueve días.

«Siempre recuerdo esa calle pavimentada y con las mujeres con los pañuelos en la cabeza que iban a trabajar», rememora Roque Cabrera Pérez, de 70 años, que nació en 1951 y vivió gran parte de su vida en la calle Lope de Vega, una de las transversales de Juan Martel Alvarado. «La paralela es la calle Cándida Ruano Urquía, que llega al extremo de Juan Martel Alvarado. Esa calle la llamábamos la de los muertos, porque el cura acompañaba al féretro y llegaba hasta esa esquina», afirma Roque Cabrera, que desde 1963 reside en su casa de la avenida de los Artesanos.

La calle principal se llama ahora Juan Martel Alvarado, quien fue sacerdote y alcalde de Ingenio nueve días

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Roque Cabrera es el segundo de los doce hijos que tuvieron Carmen Pérez Pérez, que era natural de Arucas y que falleció a los 72 años, y José Cabrera García, nacido en El Toril, que murió a los 90 años, y que trabajó, primero, como boyero )persona que guarda o conduce bueyes), y después en el aeropuerto de Gando, en infraestructuras. Los otros once hermanos son Ángela; José, Pepe (sacerdote); Francisco, Paco; Gabriel; los gemelos Rafael (fallecido) y Rita; Ramón; Carmen; los gemelos Juan y Pedro; y Esperanza, Sita, Cabrera Pérez.

La próspera calle Triana de El Toril

Los abuelos maternos de Roque, que son Gabriel Pérez, nacido en Antigua, Fuerteventura; y Rita Pérez, natural de Arucas, fueron a vivir al barranco El Escobar, cerca de El Toril, en torno a 1936. «Allí montaron un molino y un silo, aprovechando una corriente de agua. Mi madre, que tenía 13 años cuando llegaron, me ha asegurado muchas veces que ‘no pasamos hambre viviendo en el molino, gracias al trueque, ni tuvimos piojos, ni chinches, gracias al agua’», manifiesta Roque Cabrera, quien de niño fue a la escuela de El Toril, cuyo edificio aún está en pie en la esquina de las calles L. H. Pilcher y Padre Manjón; y donde al mismo tiempo estaba la carpintería de Pilcher.

La tradición oral apunta a que el topónimo del barrio deriva de la existencia en el lugar del abrevadero y toros

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Antes, este inmueble había sido el acuartelamiento, y ahora hay viviendas y una guardería. Cabrera Pérez, que empezó a trabajar a los 8 años recogiendo papas, estudió hostelería y trabajó en distintos hoteles y en restaurantes.

Un acontecimiento en el barrio fue la construcción de 53 viviendas sociales en el campo de Los Hoyos, en el extremo norte de la zona. Como había retraso en la entrega, se produjeron un encierro y protestas vecinales. Las casas se entregaron sobre 1973.

El molino de gofio, en la calle L. H. Pilcher, que está en la actualidad deteriorado.

El molino de gofio, en la calle L. H. Pilcher, que está en la actualidad deteriorado. Marcos Álvarez Morice

«Ahora El Toril es un barrio dormitorio. En la calle Juan Martel Alvarado sólo hay una tienda y una peluquería. Hubo antes muchos negocios, siendo la mejor época entre 1950 y 1970, pero fueron cerrando porque no había relevo generacional y por el cierre de las naves de empaquetado de Pilcher», comenta Roque Cabrera, quien recuerda que «entre los negocios que hubo, estaban la tienda barbería de Julio; la tienda de Juan Díaz; el maestro zapatero Juan López; las tiendas de Eusebita y Carmita; el practicante; la casa de Tomasito, dulcería; varios bares, como el de Lucianito y Macario; y varias panaderías, como la de Los Vega, Pedro Cruz, Eusebita y Manolita», concluye.

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