Canarias recupera poco a poco la normalidad tras el paso de la tormenta tropical Hermine por aguas cercanas al Archipiélago, aunque este martes aún se mantiene la situación de alerta por la inestabilidad atmosférica y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido un aviso amarillo por lluvias de hasta 60 litros por metro cuadrado en la isla de Gran Canaria y la zona este de La Palma. A mediodía de este lunes se retiró la alerta máxima y los escolares volverán hoy a las aulas.
Las lluvias caídas en los tres últimos días, más de 320 litros por metro cuadrado en algunos puntos de la isla de La Palma y una media de 100 litros por todo el territorio de Gran Canaria, son las más fuertes de un mes de septiembre desde que se tienen registros y acaban con un periodo de sequía que duraba casi dos años.
El presidente Torres resalta que no se hayan registrado daños personales durante la tormenta
Esas precipitaciones benefician a la agricultura, pero también han generado cuantiosos daños en carreteras, viviendas e infraestructuras eléctricas e hidráulicas. Ayer en Gran Canaria, casi al tiempo que se reabrían unas carreteras, como la de La Aldea por el norte, se cerraban otras por desprendimientos.
Las autoridades recomiendan máxima precaución a los conductores en las próximas jornadas por la probabilidad de nuevos derrumbes de piedras sobre las vías, una vez que empiece a secarse el terreno. La caída de un muro de contención en la autovía del Sur, a la altura de Las Huesas de Telde, obligó a cerrar un carril y generó retenciones de tráfico que llegaron hasta Vecindario.
Los últimos coletazos del ciclón Hermine también obligaron a cancelar ayer más de 140 vuelos en los aeropuertos de todas las islas y medio centenar de personas alojadas en un complejo turístico de Playa del Inglés fueron evacuadas a un polideportivo municipal durante unas horas por una avería eléctrica que afectó a todas sus instalaciones.
Fin de la alerta máxima
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, compareció poco antes de mediodía de ayer, tras la última reunión de crisis con los cabildos y ayuntamientos, para anunciar la finalización de la alerta máxima por la tormenta tropical Hermine, decretada desde el sábado por las predicciones de fuertes lluvias todo el Archipiélago, unas previsiones que se cumplieron e incluso se quedaron cortas.
Tras resaltar que la climatología «va a mejor», Torres explicó que el Gobierno regional mantiene la alerta en Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro por la probabilidad de que continúen las lluvias, aunque el ciclón ya se aleja hacia el oeste por el Atlántico. Lanzarote y Fuerteventura quedan en prealerta, ya que su situación es mejor.
El presidente canario calificó de «histórico» el fenómeno meteorológico asociado al ciclón Hermine, pues se constata que ha llovido más en estos tres días de 2022 que en todos los meses de septiembre juntos desde que hay registros. Las cifras apabullan si se tiene en cuenta la cantidad de agua para estas fechas del año, recién acabado el verano.
Con datos hasta las 20.30 horas de ayer, la lluvia acumulada desde el sábado es de 321 litros por metro cuadrado en San Andrés y Sauces (La Palma); 273,4 en El Pinar y 205 en San Andrés-Valderde (El Hierro); y 248,6 en Candelaria y 246 en Güímar (Tenerife).
En Gran Canaria, la cantidad máxima acumulada de estos tres días de Hermine se recogió en la estación de Teror, 169 litros por metro cuadrado. Le siguen los 167,8 litros de Tafira Baja (sede de la propia Aemet), 156,8 en Las Tirajanas, 154,6 en Valleseco, 152 en Vega de San Mateo (El Corral de los Juncos de la cumbre), 146,8 en Cruz de Tejeda, 138,6 en Arucas, 136,6 en Telde (centro forestal Doramas), 135,6 en Las Palmas de Gran Canaria (Plaza de la Feria), 131,9 Tejeda, 124,8 en La Aldea, 122,8 en el Aeropuerto de Gando y 99,4 litros en Maspalomas y 66,4 en Agüimes.
Aunque esas precipitaciones son aplaudidas en el campo, pues la ausencia de vientos no ha provocado grandes daños ni en los cultivos ni en las infraestructuras agrícolas, sí que se han producido centenares de incidencias. Entre ellas, el presidente Torres destacó las sufridas por los cortes de electricidad, que desde el sábado han afectado a unos 2.000 abonados. De ellos, 400 aún sufrían a primera hora de ayer la falta de energía. También reseñó las cancelaciones y desvíos de vuelos desde los aeropuertos isleños, más de 750 desde el inicio de la alerta máxima. Por contra, los puertos de todas las islas han operado con normalidad por el buen estado de la mar.
Torres, que compareció junto al delegado de la Aemet en Canarias, David Suárez, y la directora de Protección Civil y Emergencias del Ejecutivo regional, Marta Moreno, sostuvo que los peores consecuencias por el paso de Hermine se han producido en la localidad grancanaria de La Aldea y en los municipios tinerfeños de Candelaria y Güímar. Los daños, no obstante, se están empezando a evaluar por parte de los cabildos y ayuntamientos.
La recuperación de la normalidad se visualizará a partir de este martes con la vuelta de los escolares a los colegios, institutos y universidades. También se notará en los desplazamientos, pues ayer muchas personas optaron por el teletrabajo ante la previsión de dificultades en las carreteras.
Torres y David Suárez explicaron la evolución del ciclón Hermine, desde la formación de una onda tropical entre las costas de Senegal y Cabo Verde para pasar después a tormenta, luego a depresión tropical y ahora a borrasca subtropical.
El delegado de la Aemet coincidió en que las lluvias asociadas a este fenómeno climatológico han sido «extraordinarias» por la intensidad y por la fecha del año en que se han producido. Respecto a las predicciones para los próximos días, Suárez adelantó que Canarias empieza desde hoy a recuperar el tiempo habitual de principios de otoño, pues queda bajo la influencia de un anticiclón del norte de las Azores y vientos del nordeste.
Lecciones
La evolución y las consecuencias del ciclón Hermine se estudiarán en profundidad y ofrecerá «muchas lecciones» para los fenómenos tropicales que puedan presentarse en el futuro, subrayó el delegado de la Aemet, quien recordó que las investigaciones han revelado que estas tormentas se han acercado más al Archipiélago canario en los últimos 20 años, lo que puede estar relacionado con el calentamiento global.
La tendencia hasta ahora era que las tormentas tropicales se formaran en el Caribe y se quedaran allí, pero ahora se han originado en la costa africana, cerca de Cabo Verde, y se han desplazado al norte antes de adentrarse en el Atlántico.
Por último, la responsable de Protección Civil del Gobierno autónomo, Marta Moreno, hizo un balance de las incidencias registradas durante la noche del domingo al lunes y dijo que las mayores dificultades se vivieron en La Palma por la gran cantidad de agua caída en pocas horas. Hubo inundaciones en viviendas y daños en las carreteras, que a lo largo de la mañana de ayer ya se estaban arreglando.
En La Aldea, el tramo de El Risco a Agaete quedó abierto por la tarde tras los trabajos realizados durante todo el domingo por el Servicio de Carreteras del Cabildo, un alivio para la población del municipio después de quedar únicamente comunicados con el resto de la isla por la vía de Mogán. Salvo en Lanzarote y Fuerteventura, en todas las islas quedan carreteras cortadas por los desprendimientos, que se irán abriendo de forma gradual.
El presidente Torres acabó sus comparecencia de ayer, la última de este episodio, con un agradecimiento por la coordinación entre los cabildos, los ayuntamientos y las distintas fuerzas de seguridad. También alabó el comportamiento de la población durante la alerta máxima, que a su juicio fue ejemplar. «La mejor noticia es que no hay daños personales que lamentar, ninguna persona ha sufrido daños», concluyó.
