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La Cumbre de Gran Canaria necesita mucha más agua

Las mayores presas se mantienen con cifras de sequía y los agricultores consideran que el paso de ‘Hermine’ solo supuso una buena regada

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Estado de las presas en Gran Canaria José Carlos Guerra

Las lluvias registradas en Gran Canaria durante la tormenta tropical Hermine, más de 100 litros por metro cuadrado de media y cerca de 200 litros en algunos lugares, han supuesto una buena regada para el campo y los agricultores lo agradecen, pero en absoluto resuelven la sequía en la Cumbre de la isla, donde se da la paradoja de que el precio del agua es más alto que en las zonas de costa pese a que las principales presas se ubican allí. 

No hay que engañarse. Las últimas precipitaciones han aumentado el volumen del agua embalsada y las reservas garantizan el riego agrícola esencial hasta el verano de 2024, según los cálculos del Cabildo, pero también es cierto que las ocho presas del Cabildo están al 11% de su capacidad y solo una, la de El Vaquero, la más pequeña de las públicas, llega a la mitad del volumen total que pude almacenar. 

Las asociaciones de la Reserva de la Biosfera piden que se declare una zona sobreexplotada

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Los embalses privados también tienen cifras de sequía, menos las tres de la cuenca de La Aldea, Siberio, Caidero de las Niñas y ElParralillo, que rondan el 45% de su capacidad. El martes, al hacer balance de los daños y beneficios del ciclón Hermine, el presidente del Cabildo, Antonio Morales, insistió en que la sequía persiste y aumentará con el calentamiento global. Desde el Consejo Insular de Aguas también se ha advertido de que estas precipitaciones no van a aumentar las actuales asignaciones a las distintas comunidades agrícolas que dependen de las aguas de presas públicas.  

Embalses

Aunque en distintos grados, la sequía afecta a los agricultores de toda la isla. Entre los embalses del Cabildo en el sur, el de Soria está al 2%, Chira al 13%, Fataga al 9%, Ayagaures al 24%, la Gambuesa al 42% y El Mulato al 45%. En el norte, Candelaria subió esta semana al 37% (la antigua ermita inundada aún sigue a la vista) y El Vaquero al 50%. 

Entre las presas privadas del sur, Las Niñas está al 20% de su volumen total y la de Tirajana, de tres millones de metros cúbicos de capacidad, solo recibió 61.000 metros con las últimas lluvias.   

Los pocos agricultores que quedan en la Cumbre son los que tienen un peor panorama por delante, según Antonio Díaz, presidente de la Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. «Estos días -sostuvo ayer- hemos tenido una buena regada, pero nos vamos a quedar igual que como estábamos porque esta es una zona que está sobreexplotada en su nivel freático y toda la lluvia se la ha tragado la tierra, que está reseca» 

Los embalses del Cabildo están al 11% de su capacidad y solo el más pequeño llega a la mitad

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Díaz, agricultor de Juncalillo y actual portavoz de la organización que agrupa a los colectivos ciudadanos de la Cumbre, calculó que en 15 días, si no llueve más y vuelve el calor, habrá que empezar a regar otra vez. 

«Para los agricultores esto ha sido un respiro, pero no soluciona los problemas de estos pueblos cumbreros, por eso desde hace tiempo le venimos planteando al Cabildo que por encima de 800 metros se declare como zona sobreexplotada», declaró Díaz. 

Esa propuesta consiste, según explicó, «en dejar de extraer agua por encima de esa altitud para ir recuperando poco a poco los niveles freáticos de la isla, pues en caso contrario toda la Cumbre se convertirá en un desierto en muy poco tiempo». 

Entre las alternativas que se plantean desde la Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera está la impulsar nuevos cultivos y utilizar maquinarias modernas, pero nada se puede hacer sin el elemento fundamental: el agua. «Hay técnicos del Cabildo que están proponiendo los bosques productivos, no solo los pinares, así como aumentar la implicación de la población de la Cumbre en plantaciones que sean rentables para el futuro y que puedan vivir de ellas», aseguró Díaz. 

Los cultivadores de las zonas cumbreras calculan que en 15 días tendrán que volver a regar

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Agricultura

Esa es también «la mejor manera» de evitar los incendios forestales que han arrasado la cumbre de Gran Canaria en las últimas décadas. A su juicio, se debe cambiar el modelo de producción, porque se sigue pensando en la agricultura de hace 40 o 50 años. «Si de alguna manera es posible cultivar en zonas de montaña será por las tecnologías y la maquinaria; ahora se puede trabajar la tierra sin grandes sacrificios, lo único que nos falta es el agua», resaltó Díaz, quien subrayó que «las zonas urbanas, desde hace 60 años, dejaron al campo sin agua, que es su principal valor». Por tanto, opinó que «sin no se recupera el agua nunca se podrá volver a la agricultura ni a alcanzar la soberanía alimentaria».

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