Endesa declara normalizado el suministro eléctrico en Gran Canaria, la única isla que seguía afectada por los efectos adversos del ciclón 'Hermine'. La situación quedó totalmente controlada en horas de la tarde-noche de este jueves, 29 de octubre.

La empresa seguirá manteniendo el dispositivo movilizado para atender las incidencias que puedan ir apareciendo en las próximas horas a causa de las humedades y filtraciones de agua y para llevar a cabo las reparaciones definitivas de los daños producidos en las redes de distribución de baja tensión (B.T.) causados por el temporal.

La isla de Gran Canaria, con Las Palmas de Gran Canaria la cabeza, seguida de otros municipios como Telde y San Bartolomé de Tirajana, ha sido con creces la más afectada por el número de incidencias y su prolongación en el tiempo, dadas las cuantiosas lluvias registradas en su geografía.

En menor medida el efecto de 'Hermine' a nivel eléctrico también se dejó sentir en Tenerife y en La Palma, mientras que en el resto de las islas su impacto apenas tuvo repercusión en la red eléctrica.

El equipo de 200 personas de e-Distribución, la filial de Redes de Endesa, estuvo trabajando de manera ininterrumpida desde las primeras horas de la llegada de 'Hermine' para restablecer el fluido eléctrico a los usuarios canarios afectados por las fuertes y cuantiosas precipitaciones que en algunos puntos llegaron a superar los 100 litros por metro cuadrado. De ahí que ayer celebraran con gran emoción la vuelta a la normalidad en la sala de control de Distribución de Endesa en Canarias la normalización de la situación.

Más 16.000 llamadas atendidas

El teléfono del Centro de Atención Telefónica de Endesa (CAT) ha atendido desde el pasado sábado, 24 de septiembre, más de 16.000 llamadas de usuarios como consecuencia de los efectos provocados por el fenómeno meteorológico 'Hermine'. A estas llamadas se suman más de un centenar registradas en el centro Coordinador de Información Técnica (CIT), el teléfono habilitado para atender las incidencias detectadas por las administraciones públicas. Estas llamadas de los usuarios atendían no sólo a cortes en el suministro sino también a la detección de cortocircuitos, cables descolgados de manera peligrosa, derrumbes en los que se veían afectados materiales eléctricos, etcétera.