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Arucas

Activistas y vecinos paralizan los rellenos en la charca de Riquiánez de Arucas

'Salvar Riquiánez' se moviliza para impedir la desaparición de este ecosistema, similar a existentes en San Lorenzo, en la capital

Vecinos y Activistas paralizan indignados los rellenos en la charca de Riquiánez de Arucas

Vecinos y Activistas paralizan indignados los rellenos en la charca de Riquiánez de Arucas Javier Bolaños

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Vecinos y Activistas paralizan indignados los rellenos en la charca de Riquiánez de Arucas Javier Bolaños

La charca de Riquiánez está a punto de desaparecer. Las obras privadas que se están llevando a cabo en este humedal de Arucas se han comido ya cerca de la mitad de este ecosistema de casi 7.000 metros cuadrados, llevándose consigo aves, lagartos canarios y otras especies en peligro de desaparición, además de poner en riesgo palmeras autóctonas canarias. Un grupo de vecinos y ecologistas, que han constituido 'Salvar Riquianez', logró parar durante esta mañana de martes los trabajos de relleno que se han acelerado en las dos últimos semanas, que incluyen el vertido ilegal de escombros procedentes de otras obras.

Las charcas de San Lorenzo, en Las Palmas de Gran Canaria, están en peligro de desaparición. Pero son son las únicas, ya que toneladas de tierra están poco a poco sepultando otro reducto situado a unos cientos de metros de las instalaciones deportivas de Barreto de Arucas, en el que suelen anidar y pasar pollas de agua, cigueñuelas, garcillas bueyeras y garzas, entre otras aves, y también otros animales como los lagartos canarios.

La obra se come la mitad de este humedal de casi 7.000 metros cuadrados, pone en peligro aves, lagartos canarios y ahoga palmeras autóctonas

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La zona no está dentro de la propuesta del espacio natural protegido de Lomo Riquiánez en tramitación, por los activistas señalan que se está haciendo un gran daño medioambiental, ya que se han encontrado especies muertas en el camino en estos días, donde decenas de camiones de gran tonelada discurren hasta esta finca privada. Precisamente, estas personas recogieron un lagarto canario, una especie protegida, que había sido aplastado por una de las máquinas, pero que todavía sobrevivía, para llevarlo al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo. Precisamente, apuntaban la posibilidad de que se personaran también agentes para visitar el lugar.

Algunos de los participantes observan los escombros y el resto de rellenos. J. B.

De momento, una quincena de personas logró parar esta obra durante la mañana, tras una pancarta en la que se podía leer: "Las especies se respetan. Salvar sus hábitats". La zona, según apuntan, tiene una superficie de casi 7.000 metros cuadrados. Y los rellenos, de una docena de metros de altura, se han comido ya casi la mitad de la charca. Además, algunas palmeras están ya a punto de quedar sepultadas.

Los activistas habían logrado impedir que continuaran estos trabajos hace medio año. Pero en las últimas semanas se han retomado y alcanzado velocidad de crucero, con decenas de camiones vertiendo toneladas de tierra, por lo que han enviado también escritos a organismos competentes como el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil para que actúen antes de que sea demasiado tarde.

"Los escombros deben ir a un gestor autorizado", recuerda Honorio Galindo

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Dentro de los rellenos se mezclan también escombros, como es visible en el lugar. A la vista se puede ver bloques, vigas, azulejos y cemento, que según apuntan puede venir de una obra próxima. "Estos restos deben ir a un gestor autorizado, para su reutilización, o al centro de Juan Grande", resalta el histórico ecologista de Turcón Honorio Galindo, integrado ahora en Salvar Chira Soria Agonaue.

No van a quedarse quietos

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Una de las promotoras de la protesta, Desirée Benítez, señala que aunque es una charca artificial para las fincas de la vega de Arucas, ha alcanzado un gran valor medioambienal, con su propio ecosistema y reserva de aves, además de que los trabajando están dañando especies protegidas, sin que en el lugar aparezca tampoco un cartel que se informe de la finalidad de la obra.

Galindo señala que ahora van a remitir nuevas denuncias a los organismos competentes para que actúen, y que si siguen las obras volverán a movilizarse para evitar la desaparición de esta reserva de aves.

Como curiosidad, durante la protesta se personó un coche de la Policía Local de Arucas, aunque dio medio vuelta cuando ya estaba dentro del camino de la finca, pero sin llegar hasta donde estaban los activistas delante del tractor de la constructora encargada de sepultar los rellenos. Más tarde se personaron agentes Seprona de la Guardia Civil.

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