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Barrios del Sureste, pasado y presente (IX) | Cruce de Arinaga y La Goleta

De nada a casi todos los servicios

Cruce de Arinaga, sin las necesidades de antes, es por habitantes casi el barrio con más población de la villa de Agüimes | La Goleta continua con un desarrollo distinto

Una vista general y reciente de Cruce de Arinaga.

Cruce de Arinaga y La Goleta, ambos en la villa de Agüimes, tienen mucho en común en el origen y en sus pasados, además de su proximidad. Los dos núcleos poblaciones eran antes dos planicies que se dedicaban a la labranza y a la zafra del tomate, además de tener muy poco población; y muchas carencias. Todo eso ha cambiado mucho en menos de 50 años. Eso sí, cada barrio siguió un camino y desarrollo distinto.

Lo que hoy en día es Cruce de Arinaga, en la villa de Agüimes, tiene un nombre oficial joven, no mucho más de 50 años, como también ocurre en otros sitios de la comarca del Sureste. El lugar era una amplia planicie dedicada a la labranza y al tomate, y que contaba con una quincena núcleos pequeños, que eran cuarterías y algunas casas sueltas, y esos sitios habitados sí tenían nombres oficiales, como Llanos de Prietos, Pico Viento, Hoya Quemada o Hoya Cabrera, entre otros.

Lo que supuso una revolución y un cambio para las denominaciones y en otros aspectos, como la comunicación y la economía, fue que en torno a 1925 comenzó la construcción de la carretera que partía desde el casco de Agüimes y acabaría en Arinaga, en la costa.

Esa nueva carretera, que se iba construyendo, se encontró después con la carretera general del sur, la que venía desde Carrizal, en la villa de Ingenio, y con dirección a Cruce de Sardina, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, y de esa intersección de dos vías importantes para la época, surgió lentamente un grupo de viviendas que se fue desarrollando hasta la actualidad, siendo clave la construcción posterior de la iglesia de San José Obrero, que se había comenzado a edificar entre 1959 y 1960, y que fue considerada parroquia en 1969.

Ya a finales de los años 20 y a comienzos de los 30 se comenzó a denominar entre los vecinos y foráneos como el Cruce el lugar donde se cortaban las dos carreteras. Ese sitio exacto se llamó de forma oficial como Llanos de Prietos hasta 1969. Una discusión famosa se produjo, respecto a la denominación de Cruce de Arinaga, entre el maestro Vicente Romero y el sacerdote Ángel Suárez, que era antes párroco del casco de Agüimes y después de San José Obrero a partir de 1969. Los dos discrepaban si el nombre debía llevar la preposición ‘de’, como defendía el profesor, o no, quedando como Cruce Arinaga, a secas, como argumentaba el cura. La oficialidad le dio la razón al primero.

Un vista general y reciente de Cruce de Arinaga, en primer término, y la zona industrial de Arinaga detrás y al fondo izquierda, desde la montaña de Agüimes. | | DOMINGO MARTÍN

Sobre la ubicación, Cruce de Arinaga tiene al norte Las Rosas, también en la villa de Agüimes; el cruce de Sardina al sur; al oeste, La Goleta, y más arriba Agüimes; y al este, la zona industrial de Arinaga y Playa de Arinaga.

En relación al topónimo de La Goleta, el otro núcleo poblacional de la zona que está a menos de 500 metros de Cruce de Arinaga y que tienen mucho en común desde sus orígenes, parece que no guarda alguna relación con La Goleta, en el término municipal de Arucas, ni tampoco con la Degollada de la Goleta de Tejeda.

Este moderno asentamiento de La Goleta está enclavado en un amplio llano que en la primera mitad del pasado siglo XX fueron tierras de tomateros. En esa época, el núcleo se limitaba a unas cuarterías donde vivían con sus estrecheces los que cultivaban y cosechaban los tomates, como sucedía en gran parte de la comarca.

Denominación

Sin que se pueda precisar si corresponde al lugar, se sabe que la firma inglesa Richard J. Yeoward tenía su central de operaciones en Arinaga, dedicándose a la exportación del tomate. Se sabe que la embarcación llamada Goleta, del francés Goélette, embarcación ligera a vela de dos palos, fue muy utilizada en Canarias para el transporte de tomates y plátanos desde los pequeños puertos costeros al de La Luz. Esta información sugiere que la finca de tomates del lugar se denominó La Goleta, por la embarcación atracada en Arinaga, razón que explicaría que el centro de operaciones de la Yeoward estuviera en este lugar.

Se confirme o no esa hipótesis, la zona conocida ahora como La Goleta también tenía lugares con su propia denominación, como Piletas, Tepa o el barranco de Ana Guerra. Lo cierto es que La Goleta tuvo su época de esplendor a mediados del siglo pasado. Allí estaba la escuela del maestro Mario Vega, entre los años 50 y 60, la cual tenía su buena fama por la formación que se impartía al alumnado, entre los que estaban niños de otros barrios, asentamientos y municipios. El profesor enseñaba cada día alguna palabra en inglés. También la Comunidad Quintana tuvo en La Goleta su pequeño imperio para la época: tierras y cultivos; un almacén de empaquetado; un taller; transporte; y ganado, sobre todo vacuno. Incluso en la década de los 60, La Goleta contó dos clubes de fútbol federados: CF Piletas y CF Prieto. En esos tiempos existían dos tiendas de aceite y vinagre, la de Herrera y la de Miguelito. Hoy en día no hay ninguna. Sin embargo, la situación fue cambiando paulatinamente a partir de los años 80 con la crisis y la desaparición de empresas dedicadas a la exportación de tomates; la opción de trabajar en la hostelería; y la compra de terrenos en la zona por parte del Cabildo de Gran Canaria. Los aerogeneradores se han multiplicado en las últimas décadas por esta llanura. Hoy en día ya no hay la dedicación a la ganadería y a la agricultura que existió.Manuel de la Nuez fundó y creó la panadería de la Nuez en La Goleta. Esta empresa siguió creciendo y se trasladó al Cruce de Arinaga. Sin embargo, Jonathan de la Nuez, nieto del fundador y que siguió la vida profesional de su padre, Emilio de la Nuez, tomó la decisión de cerrar este negocio familiar hace un año. Al parecer una de las razones ha sido la falta de trabajadores para esta panadería.

En la actualidad, este núcleo poblacional cuenta con un Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) La Goleta, la ermita y una plaza. Allí también se han construido varios edificios de viviendas sociales. No hay tiendas. Para muchos se ha convertido en un barrio dormitorio. Otros defienden que tiene «mucha tranquilidad» y que está «muy cerca» del cruce. Sobre su población, contaba con 589 vecinos el pasado año, mientras que en el 2000 eran 297 habitantes.

Venta de tierras

De vuelta con el pasado del Cruce de Arinaga, cabe indicar que hay documentos que señalan que sobre 1850 numerosas fincas agrícolas y terrenos existentes fueron compradas por vecinos del casco de Agüimes. Asimismo, el médico de Telde, José Melián Rodríguez, optó en los años 30 del siglo XX por comprar tierras, las cuales pasaron a ser propiedad de sus hermanas Agustina y Pino, como herederas, cuando el hermano murió y al no tener él descendencia.

Las hermanas siguieron arrendando las tierras, aunque en los años 50 Agustina Melián vendió algunos terrenos a Francisco Calderín Medina, y Pino Melián otros al productor y exportador de tomates británico Leonard Hamaton Pilcher. Entonces, aumentó en gran cantidad los aparceros que vivían por temporadas en la zona. En los 70, Pino Melián vendió parcelas al Cabildo, que luego formarían parte de la zona industrial de Arinaga, y otras tierras a aparceros y a particulares.

En la década anterior había comenzado la autoconstrucción de casas terreras por parte de los vecinos, al tiempo que ya había planos municipales. Se respetaron el camino del Conde y el de la Madera que transcurrían por la zona.

«Cada domingo se echaba un techo con la ayuda de los vecinos. Era una costumbre, una fiesta». Así lo recuerda y lo vivió Antonio Guedes López, que nació en 1952 en El Milanillo, también en la villa agüimense, aunque se trasladó con su familia a los tres años a La Goleta y a distintos asentamientos del Cruce de Arinaga.

Antonio Guedes, de 70 años, era el noveno hijo de Diego Guedes López, conocido como Dieguito el pastor, que falleció a los 73 años y que nació en Pajonales (Agüimes); e Isabel López López, de Guayadeque, exactamente junto a la ermita de San Bartolomé (Agüimes), que murió a los 87 años.

Los primeros cinco hermanos de Antonio Guedes ya han fallecido, y eran Francisco, Diego, Fermín, Manuel y Juan, siendo los otros Rafael; Francisca; María Isabel, llamada Maruca; y Julia Guedes López.

Como la mayoría de los niños y niñas, Antonio Guedes estudió en la escuela del cruce.

El cura Ángel Suárez, con los hermanos Juan, Maruca y Manuel Guedes y el camión de la familia

Pastor y alumno

Al mismo tiempo que estudiaba, ya con 10 años, trabajaba con las cabras y ovejas de su padre. «Iba siempre con el ganado y con el libro de estudio en la mano», señala. Cuando tenía 11 años, el maestro Vicente Romero le dio clases particulares durante un verano, sin cobrar, a él y a otros cinco alumnos. Después, hicieron las pruebas para la beca, y Guedes López logró la mayor beca de Gran Canaria (14.000 pesetas) para estudiar Bachiller elemental, que estudió en el colegio Labor de Telde.

Hizo Bachiller superior, trabajó dos años en una empresa de construcción y a los 22 años hizo el servicio militar obligatorio en el Sahara español, en 1975, «justo cuando había tiros de verdad y fue la Marcha Verde», afirma.

Tras licenciarse, se casó con Josefa Rodríguez Guerra, natural de Firgas, que había conocido años atrás. Y fueron a vivir en una casa sita en la calle Maninidra, donde siguen viviendo hasta ahora. Ambos tuvieron cuatro hijos: Emilia, Diego, Antonia y Luis Guedes Rodríguez.

Trabajó con su hermano Juan en una ferretería y, tras 15 años juntos, continuó por su cuenta. Sus hijos Diego y Antonia trabajan en la ferretería que él había creado antes.

Antes y al inicio de la Democracia, tuvieron mucho más protagonismo, importancia e influencia las asociaciones vecinales, los clubes deportivos y la iglesia.

Guedes López fue socio y fundador del club deportivo Doramas, de fútbol, en 1971, y después fundó en 1979 el club de lucha Roque Nublo.

«Antes de la Democracia, no teníamos casi nada para vivir, ni agua, ni luz, que luego llegaron, como el asfaltado, a finales de los 70. En 1978 hubo un encierro de los vecinos del Cruce de Arinaga en la iglesia de Agüimes para reclamar el servicio de la luz.

«Francisco Macías fue un presidente vecinal y edil muy destacado», recuerda Guedes. «También destacó y ayudó mucho Jesús Vega, párroco de San José Obrero, en la formación, el respeto a los credos y el trato a los jóvenes», añade. «Ahora tenemos de todo: un instituto, tres colegios, centro de Formación Profesional, supermercados, farmacias, piscina, campo de fútbol, campo de lucha, teatro y velatorio, entre otros. De no tener nada, a tenerlo todo», concluye.

El Cruce de Arinaga es el mayor núcleo poblacional de la villa: tenía 10.693 habitantes en 2021, y Playa de Arinaga sumaba 10.246 vecinos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). El barrio de la iglesia de San José Obrero sumaba 5.177 personas en el 2.000. Ha duplicado en sólo veinte años.

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